/ KnoWhys

KnoWhy #709

¿Quién era Labán?

enero 23, 2024
KnoWhy #709
Labán inspecciona las posesiones de Lehi que le trajeron Lamán, Lemuel, Nefi y Sam.
Labán inspecciona las posesiones de Lehi que le trajeron Lamán, Lemuel, Nefi y Sam. Imagen cortesía de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
“Pues he aquí, Labán tiene los anales de los judíos, así como una genealogía de mis antepasados; y están grabados sobre planchas de bronce”.
1 Nefi 3:3

El conocimiento

En los primeros capítulos del Libro de Mormón, Nefi relata un episodio relacionado con Labán, un funcionario de Jerusalén con autoridad militar (véase 1 Nefi 3-4). Labán escuchaba peticiones, tenía un archivo de registros, comandaba una unidad de cincuenta hombres dentro de los muros de Jerusalén pero también tenía el control de una fuerza militar mayor, y era avaro, de temperamento tenso y dado a la bebida1.

A partir de la década de 1950, Hugh Nibley comparó el carácter moral y el comportamiento de Labán con los personajes con la misma autoridad y que son similares en diversos registros del antiguo Cercano Oriente2. Descubrió que, en términos generales, esos hombres eran “un sórdido grupo de arribistas cuya autoridad dependía de constantes engaños e intrigas, […] buscando ante todo aumentar su fortuna privada”, no muy diferente de la imagen del propio Labán3.

Entre los hombres con los que Nibley comparó a Labán estaba Jaush (o Yaʾush), el principal oficial militar contemporáneo de Labán en la fortaleza de Laquis, en las tierras bajas del sur de Judea 4. “Los cargos y las acciones de Labán y Jaush presentan un complejo paralelismo, indicativo de un tipo y una vocación militar especiales que no se encuentran en la Biblia”, observó Nibley5. Los sellos descubiertos recientemente en Arad, Kuntillet ʿAjrud y Jerusalén sugieren claramente que el título del cargo que ocupaban hombres como Labán y Jaush era śar ʿir o śar haʿir, que significa “comandante de (la) fortaleza”6.

Basándose en una sugerencia de John W. Welch, Kelly N. Schaeffer-Bullock (antigua alumna de Welch) ha desarrollado el argumento de que Labán era efectivamente el comandante de la fortaleza de Jerusalén a principios del siglo VI a. C.7. Es decir, era “el comandante militar a cargo de la ciudad fortificada de Jerusalén, o tal vez, más estrechamente, de una fortaleza dentro de Jerusalén”8. Schaeffer-Bullock repasa varios detalles sobre Labán que parecen ser coherentes con lo que se sabe sobre el comandante de la fortaleza a partir de datos históricos y arqueológicos.

La espada de Labán

Una pista impresionante es la espada de Labán. Según Nefi, “y el puño era de oro puro, labrado de una manera admirable, y vi que la hoja era de un acero finísimo” (1 Nefi 4:9). Esta no era un arma ordinaria de soldado. Basándose en el sello de finales del siglo VII a. C. del comandante de la fortaleza de Jerusalén, parece que el rey otorgaba armas a sus oficiales militares como símbolo de autoridad9. Schaeffer-Bullock propone por tanto que la espada de Labán le había sido concedida ceremonialmente como símbolo de su cargo como comandante de la fortaleza10.

El paralelismo más cercano a la espada de Labán en la arqueología israelita es la espada Vered de Jericó, una gran espada de hierro endurecido en acero, datada a finales del siglo VII a. C. y bien conservada11. Los arqueólogos recuperaron esta espada en una fortaleza a las afueras de Jericó y creen que era un arma ceremonial12. Es probable que esta espada perteneciera al homólogo de Labán en esta fortaleza contemporánea de Judea.

El tesoro de Labán.

Otro detalle que indica que Labán pudo haber sido el comandante de la fortaleza en Jerusalén es que tenía importantes registros bajo su cuidado en su tesoro (1 Nefi 4:20)13. Los comandantes tanto de la fortaleza de Laquis como de la de Arad mantenían importantes archivos14. En Laquis, estos registros se copiaban en delet, lo que muy probablemente significaba una columna de escritura sobre papiro o posiblemente tablillas de bronce comparables a las planchas de bronce del tesoro de Labán15. Schaeffer-Bullock (siguiendo una sugerencia de Welch) propone que Labán, como comandante en Jerusalén, tenía específicamente a su cargo el tesoro real16.

Labán y sus cincuenta

Lamán y Lemuel temían a Labán porque “puede mandar a cincuenta” (1 Nefi 3:31; 4:1). Nibley señaló hace mucho tiempo que cincuenta es una unidad militar estándar en el antiguo Cercano Oriente17. Cabe destacar la frecuente referencia a guarniciones de cincuenta en las cartas de Amarna18. Nadav Naʾaman, un experto en los documentos de Amarna, explicó: “Un cuadro de 50 soldados, o múltiplos del mismo, era la unidad estándar de las tropas egipcias según las cartas de Amarna… Cincuenta era también la unidad estándar para mantener una guarnición19. Cincuenta es también la unidad militar estándar en fuentes neoasirias (ca. 911-612 a. C.) y neobabilónicas (ca. 626-539 a. C.)20. Así pues, los cincuenta de Labán representan probablemente la guarnición directamente bajo sus órdenes como comandante de la fortaleza, según Schaeffer-Bullock21.

Los siervos de Labán

Además de sus cincuenta, Nefi menciona que “los siervos de Labán” fueron enviados a “que mataran” a Nefi y a sus hermanos (1 Nefi 3:25-26). Como señala Schaeffer-Bullock, estos no parecen ser siervos domésticos o supervisores de asuntos comerciales, ya que siguen órdenes de matar a los hijos de Lehi. Una inscripción hallada en Kuntillet ʿAjrud menciona naʿarê śar ʿir. El término hebreo naʿar suele referirse a un adolescente, pero en este contexto William M. Schniedewind sugiere que probablemente se refiera a un “siervo” o “aprendiz”22. Así, el naʿarê śar ʿir sería “un joven que recibe entrenamiento militar” bajo la dirección del “comandante de la fortaleza” 23.

Otros han argumentado que, en contextos militares, un naʿar era en realidad un guerrero de élite y consejero u oficial de gran confianza a las órdenes de un comandante militar24. Schaeffer-Bullock propone que se trata de los siervos de Labán, incluido Zoram, que como guardián de las llaves del tesoro pudo haber sido el naʿar principal de Labán, que seguirían sus órdenes de ejecutar a los hijos de Lehi25.

El porqué

Como determinó Hugh Nibley en su estudio innovador que comparaba a Labán con funcionarios militares del antiguo Cercano Oriente, Labán “se ve como el tipo y modelo mismo de una clase bien conocida de funcionario público en el antiguo [Cercano] Oriente. Todo en él es auténtico”26. Esta conclusión sigue presentándose décadas después, ya que Labán se compara favorablemente con descubrimientos aún más recientes sobre el cargo de “comandante de la fortaleza” en el antiguo Judá.

Resulta significativo que una evidencia del título y el cargo de comandante de la fortaleza proceda directamente de un sello hallado en Jerusalén a finales del siglo VII a. C.. Esto no solo prueba que el cargo existía en la época y el lugar exactos en que se presenta a los lectores al poderoso oficial militar llamado Labán, sino que también podría muy bien ser un artefacto directamente vinculado al propio Labán, ya que él o alguno de sus predecesores podría muy bien haber utilizado este sello en asuntos oficiales.

Si se entiende que Labán era el comandante de la fortaleza de Jerusalén, el valor que todos los hijos de Lehi, pero especialmente Nefi, demostraron al acercarse a él para obtener las planchas de bronce cobra mayor relieve. Que Labán “[pudiera] mandar a cincuenta, sí, y aun puede matar a cincuenta” no era una hipérbole de Lamán y Lemuel (1 Nefi 3:31). Era un hombre poderoso y peligroso, con el que no debían meterse los ciudadanos comunes. Lamán merece cierto crédito por hacer un intento, por débil que fuera, de acercarse a un hombre así, y todos los hermanos deben ser reconocidos por el papel que desempeñaron al intentar negociar con Labán según el plan de Nefi (1 Nefi 3:11-26).

Sobre todo, comprender quién era realmente Labán y el poder que podía ejercer ayuda a los lectores a apreciar mejor el valor que necesitó Nefi para confiar en la promesa del ángel de que “el Señor entregará a Labán en vuestras manos” y luego proceder a buscar a Labán sin el apoyo de sus hermanos, siendo guiado “por el Espíritu, sin saber de antemano lo que tendría que hacer” (1 Nefi 3:29; 4:6)27.

Además, si “los siervos de Labán” eran a su vez guerreros de élite y militares de alto rango, y Zoram era el principal de ellos, entonces Nefi demostró aún más su valor y confianza en el Señor cuando se acercó a Zoram vistiendo la armadura de Labán para obtener las planchas de bronce. Si Zoram no se hubiera dejado engañar por el ardid y hubiera reconocido a Nefi, entonces la vida de Nefi habría estado directamente en peligro, lo que ilustra la seriedad de su convicción cuando hizo un juramento: “Así como el Señor vive, y como nosotros vivimos, no descenderemos hasta nuestro padre en el desierto hasta que hayamos cumplido lo que el Señor nos ha mandado” (1 Nefi 3:15). Nefi verdaderamente estaba dispuesto a poner su vida en peligro para cumplir lo que el Señor le ordenó.

Nefi haría un juramento similar al propio Zoram, asegurándole su libertad si se unía a la compañía de Lehi (1 Nefi 4:32). Que Nefi fuera capaz de “[agarrar] al siervo de Labán y [retenerlo] para que no huyera” mientras lo hacía es aún más impresionante considerando que Zoram pudo haber sido un guerrero bien entrenado. Enfatiza el hecho de que por muy “grande de estatura” que Nefi pudiera haber sido, todavía necesitaba “mucha fuerza del Señor” para poder sujetar a Zoram (1 Nefi 4:31).

También resalta la fe de Lehi al mandar a sus hijos para ir a Labán como el Señor había ordenado, confiando en que “el Señor librará a mis hijos de las manos de Labán, y los hará volver a nosotros en el desierto” (1 Nefi 3:2-4; 5:5). También profundiza nuestro aprecio por el regocijo de Sariah cuando sus hijos regresaron sanos y salvos; ella sabía que habían sido enviados a un líder militar poderoso y tempestuoso y, comprensiblemente, temía lo peor (1 Nefi 5:1-10).

En definitiva, la gama de emociones y comportamientos mostrados por toda la familia (el valor y el miedo, los fracasos y los triunfos) pueden apreciarse mejor cuando se comprende mejor al propio Labán. El estudio de las plausibles posiciones militares de Labán y de su siervo Zoram realmente da vida a la gravedad de los peligros y riesgos que Nefi y sus hermanos enfrentaron en sus aventuras en Jerusalén y también al valor, la confianza y la fe en el Señor que Nefi mostró a través de sus acciones. Esta comprensión también resalta mejor la mano providencial del Señor al preservar a salvo a los cuatro hermanos para su regreso al campamento de su padre.

Otras lecturas

Hugh Nibley, An Approach to the Book of Mormon (Salt Lake City, UT: Deseret Book; Provo, UT: FARMS, 1988), 120–134.

Kelly N. Schaeffer-Bullock, “Rediscovering Zoram: The Chief Naʾar of the Commander of the Fortress” (manuscrito no publicado).

 

1. Véase 1 Nefi 3:3, 11, 13, 24–25, 31; 4:1, 7,20.
2. Hugh Nibley, Lehi in the Desert / The World of the Jaredites / There Were Jaredites (Salt Lake City: Deseret Book; Provo, UT: FARMS, 1988), 94–104; Hugh Nibley, An Approach to the Book of Mormon (Salt Lake City, UT: Deseret Book; Provo, UT: FARMS, 1988), 120–134.
3. Nibley, Approach to the Book of Mormon, 121.
4. Para conocer los antecedentes de las Cartas de Laquis, la única fuente de información conocida sobre Yaush y su papel, véase Dana M. Pike, “Israelite Inscriptions from the Time of Jeremiah and Lehi”, en Glimpses of Lehi’s Jerusalem, ed. John W. Welch, David Rolph Seely y Jo Ann H. Seely (Provo, UT: FARMS, 2004), 205–210.
5. Hugh Nibley, “Two Shots in the Dark”, en Book of Mormon Authorship: New Light on Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1982), 121.
6. William M. Schniedewind, “Commander of the Fortress? Understanding an Ancient Israelite Military Title”, Biblical Archaeology Review 45, no. 1 (2019): 39–44, 70.
7. Véase Kelly N. Schaeffer-Bullock, “Rediscovering Zoram: The Chief Naʾar of the Commander of the Fortress” (manuscrito no publicado), copia manuscrita en posesión del personal de investigación de Central de las Escrituras
8. Schniedewind, “Commander of the Fortress”, 43.
9. Schniedewind, “Commander of the Fortress”, 43–44. El arma que se muestra en este sello es específicamente “un arco compuesto y tres flechas” (título en la página 44). Curiosamente, los eruditos han propuesto que el arco de Nefi “hecho de acero fino” era un arco compuesto con accesorios metálicos, como se analiza en Central de las Escrituras, “¿Por qué se rompió el arco de “acero fino” de Nefi? (1 Nefi 16:18)”, KnoWhy 548 (6 de febrero de 2020). La forma en que Nefi llegó a poseer un artículo militar de élite, superior a los arcos de caza de sus hermanos mayores, nunca se explica en el texto. Una posibilidad especulativa es que originalmente era de Labán y estaba entre los artículos con los que Nefi se armó cuando se puso la armadura de Labán
10. Schaeffer-Bullock, “Rediscovering Zoram”.
11. Avraham Eitan, “Rare Sword of the Israelite Period Found at Vered Jericho”, The Israel Museum Journal 12 (1994): 61–62. Para comparar esta espada con la espada de Labán, véase
Central del Libro de Mormón, “¿Cómo era la espada de Labán? (1 Nefi 4:9)”, KnoWhy 401 (31 de julio de 2018)
.12. Avraham Eitan, “Vered Yeriḥo”, en The New Encyclopedia of Archaeological Excavations in the Holy Land, 5 vols., ed. Ephraim Stern (Jerusalem: Israel Exploration Society; Washington, DC: Biblical Archaeology Society, 2008), 5:2067–2068.
13. En fuentes hebreas y arameas posteriores, la misma palabra utilizada para referirse a un tesoro donde se guardaba dinero y objetos de valor también se usa para referirse a archivos donde se guardaban registros y libros. Por lo tanto, los registros en las planchas de bronce que se guardan en el “tesoro de Labán” son consistentes con la práctica antigua. Véase John A. Tvedtnes, “Books in the Treasury”, en The Book of Mormon and Other Hidden Records: “Out of Darkness unto Light” (Provo, UT: FARMS, 2000), 155–166.
14. Nibley, “Two Shots in the Dark”, 115–116. Además de los antecedentes sobre el ostraca de Lachish (véase no. 3), Pike, “Israelite Inscriptions from the Time of Jeremiah and Lehi”, 203–205, proporciona antecedentes sobre el ostraca de Arad, algunos “que comprenden una parte del archivo Eliashib, el comandante judaíta de Arad desde la última parte del reinado de Josías hasta aproximadamente 595 a. C.”, por lo tanto, una contraparte contemporánea de Labán.
15. Nibley, “Two Shots in the Dark”, 105–106; Pike, “Israelite Inscriptions from the Time of Jeremiah and Lehi”, 209; William J. Hamblin, “Sacred Writing on Metal Plates in the Ancient Mediterranean”, FARMS Review 19, no. 1 (2007): 45–46, 53–54.
16. Schaeffer-Bullock, “Rediscovering Zoram”.
17. Véase Nibley, Lehi in the Desert, 97–98; Nibley, An Approach to the Book of Mormon, 126–127.
18. Véase EA 132, 139, 238, 289, 295 en Anson F. Rainey, trans., The El-Amarna Correspondence: A New Edition of the Cuneiform Letters from the Site of El-Amarna based on Collations of all Extent Tablets, 2 vols., ed. William Schniedewind y Zipora Cochavi-Rainey (Boston, MA: Brill, 2015), o William L. Moran, ed. y trans., The Amarna Letters (Baltimore, MD: John Hopkins University Press, 1992).
19. Nadav Naʾaman, “The Contribution of the Amarna Letters to the Debate on Jerusalem’s Political Position in the Tenth Century BCE”, Bulletin of the American Schools of Oriental Research 304 (1996): 25n2. Véase también Moran, Amarna Letters, 338n6: “50 es un número común para la dotación de una guarnición”.
20. Véase Joseph Offord, “Archaeological Notes on Jewish Antiquities”, Palestinian Exploration Fund Quarterly 48, no. 3 (1916): 148; A. Leo Oppenheim, Letters from Mesopotamia: Official, Business, and Private Letters on Clay Tablets from Two Millennia (Chicago, IL: University of Chicago Press, 1967), 177.
21. Schaeffer-Bullock, “Rediscovering Zoram”.
22. Schniedewind, “Commander of the Fortress”, 41–42. Para más información sobre el significado de naʿar, véase Schaeffer-Bullock, “Rediscovering Zoram”
.23. Schniedewind, “Commander of the Fortress”, 42.
24. John MacDonald, “The Status and Role of the Naʿar in Israelite Society”, Journal of Near Eastern Studies 35, no. 3 (1976): 147–170.
25. Schaeffer-Bullock, “Rediscovering Zoram”.
26. Nibley, Approach to the Book of Mormon, 120.
27. Sobre la importancia de estos detalles desde una perspectiva legal, véase Central del Libro de Mormón, “¿Fue legal la muerte de Labán realizada por Nefi? (1 Nefi 4:18)”, KnoWhy 256 (24 de noviembre de 2017). Ese artículo señala que Nefi no había estado acechando o había planeado previamente matar a Labán y que, por lo tanto, este asesinato no fue un homicidio culpable, lo que permitió a Nefi huir a un lugar de refugio o abandonar la tierra santa. El hecho de que Labán llevaba su armadura militar también hace que los lectores se pregunten si ya había tomado medidas ofensivas esa noche para perseguir y matar a Lehi y sus cuatro hijos.

Otros formatos

Compartir

Pinterest
Facebook
Twitter

Referencia a las escrituras

Traducido por Central del Libro de Mormón