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KnoWhy #666

¿Por qué Juan declaró que el número de la Bestia es 666?

abril 19, 2023
KnoWhy #666
La bestia de siete cabezas es adorada por hombres de todas las naciones, como se cuenta en el Libro de Apocalipsis. Grabado. Colección Wellcome. Marca de dominio público.
“Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, porque es número de hombre; y su número es seiscientos sesenta y seis”.
Apocalipsis 13:18

El conocimiento

Después de ser exiliado a Patmos, el apóstol Juan tuvo una magnífica visión que desde entonces ha sido incluida como el último libro del Nuevo Testamento (véase Apocalipsis 1:1). Esta visión se refiere tanto a los eventos históricos del tiempo de Juan como a los últimos días que preceden a la Segunda Venida1. Debido a que la visión de Juan a menudo usa un lenguaje simbólico e imágenes, sus significados pueden no ser siempre evidentes de inmediato.

Uno de los términos simbólicos que Juan utilizó involucra la gematría, un sistema de pensamiento judío que asigna “un valor numérico a una palabra o frase”2. Aunque esta práctica puede parecer extraña para los lectores modernos, Richard D. Draper y Michael D. Rhodes señalan que “la mayoría de las personas antiguas no tenían un sistema de numeración y alfabeto separados, por lo que las letras también servían como números… Como resultado, cualquier nombre dado podría traducirse en un número”3. La primera letra en griego y hebreo, por ejemplo, tenía el valor numérico del número uno, y así sucesivamente (ver tablas abajo). Al sumar los valores de cada letra, se podía obtener una amplia variedad de números.

 

 

alfabeto griego

alfabeto hebreo

En Apocalipsis 13, Juan ve una visión de un dragón y una bestia que persiguen a la Iglesia de Dios. Con respecto a la bestia, Juan declara: “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, porque es número de hombre; y su número es seiscientos sesenta y seis” (Apocalipsis 13:18). Esto parece ser un ejemplo de un uso especializado de la gematría llamado isopsefía, que “se entiende más adecuadamente como una frase, nombre o idea codificada que se transmite numéricamente en lugar de literalmente”4. Es especialmente evidente que la descripción de Juan del 666 es un ejemplo de isopsefía, dado que se describe como “el número de un hombre”. Lincoln H. Blumell y Thomas A. Wayment identifican esta frase como “una fórmula adaptable de manera flexible” para marcar la isopsefía en un texto determinado5.

Por lo tanto, el número puede ser visto como un mensaje codificado que la audiencia de Juan podrían haber sido capaces de discernir, especialmente aquellos con un trasfondo judío. Esto también ha llevado a muchas especulaciones sobre la identidad de esta bestia por parte de audiencias posteriores. “El desafío con [la gematría / isopsefía] es que cualquier número de palabras o nombres pueden tener el mismo valor numérico, dejando incierta cualquier solución sugerida”6. Sin embargo, se han propuesto diversas soluciones.

Una de las teorías más ampliamente aceptadas es que este número se refiere a Nerón, quien inició la primera persecución oficial romana de la Iglesia cristiana. Cuando se transcribe su nombre al griego, sería Neron Caesar, y cuando se escribe con el alfabeto hebreo, su valor numérico es 6667. Curiosamente, algunos manuscritos tempranos de Apocalipsis encontrados en “áreas de habla latina de la Iglesia” afirman que el número de la bestia es 6168. Este mismo número (616) ocurre cuando el nombre latino de Nerón (Nero Caesar) se escribe en hebreo.

El contexto histórico inmediato de Juan es relevante para esta identificación. Si bien muchos cristianos tempranos creían que el libro de Apocalipsis había sido escrito durante el reinado de Domiciano en el 81-96 d. C., otros creían que había sido escrito una generación antes durante el reinado de Nerón en el 54-68 d. C., lo que haría que la designación del número como Nerón fuera inmediatamente aplicable para la época de Juan9.

Tanto Nerón como Domiciano fueron famosos por su persecución a los cristianos. Por lo tanto, la designación como una bestia que persigue a la Iglesia sería un título apropiado para cualquier emperador. Sin embargo, aunque el número 666 no se puede rastrear fácilmente hasta Domiciano, incluso si el Apocalipsis hubiera sido escrito durante su reinado, los rumores se extendieron por todo el Mediterráneo de que “Nerón no había muerto realmente en el año 68 d. C., sino que había huido a Partia, donde estaba levantando un enorme ejército para volver y destruir Roma”10. Aunque Nerón finalmente no regresó, podría haber sido un recordatorio para los cristianos de lo que habían experimentado anteriormente y estaban experimentando nuevamente bajo el reinado de Domiciano.

El uso del isopsefía en inscripciones relacionadas con Nerón también ha sido comprobado, lo que permitía al escritor decir lo que aparentemente temía decir en público. Una de estas inscripciones dice: “Un cálculo nuevo: Nerón mató a su madre”. Esta isopsefía utiliza los valores numéricos del nombre griego Nerón y la frase “mató a su madre”, dando a cada frase en la inscripción el equivalente numérico de 100511. Dada la persecución de Nerón contra los cristianos en Roma, verlo como una bestia que ayudó al dragón (simbólicamente entendido como el diablo) a perseguir a la Iglesia tendría mucho sentido en la iglesia cristiana primitiva (véase Apocalipsis 13:15).

Draper y Rhodes también han presentado otra hipótesis sobre el significado del número, sugiriendo que se refiere realmente a la bestia misma. Cuando la palabra griega para bestia (therion) se escribe en hebreo, el equivalente numérico es 666. Al emplear este significado, Draper y Rhodes argumentan que Juan “está pidiendo discernimiento moral para evitar ser atrapado por la bestia” 12.

Además, el número seis en sí mismo contrasta fuertemente con el número siete, que se utiliza como “el número de Dios”13. Por lo tanto, “el seis sería lo que se acerca más a la perfección, pero falla y se queda corto en su potencial”14. Al repetir este número imperfecto tres veces, se intensifica la idea de incompletitud y fracaso, mientras que también sugiere “una condición de profunda maldad espiritual”15.

Este caso podría fortalecerse al compararlo con la siguiente parte de la visión de Juan en Apocalipsis 14, que describe a las huestes de los “ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de su Padre escrito en la frente” (Apocalipsis 14:1)16. Así, hay un marcado contraste espiritual entre estos santos justos que fueron sellados “en la frente” y aquellos que fueron marcados por la bestia en sus manos derechas y en la frente (véase Apocalipsis 13:16). Cuando se ve bajo esta luz simbólica, la gran rectitud de los sumos sacerdotes mencionados en Apocalipsis 14 se opone a las multitudes de los impíos que siguen al dragón y a la bestia (véase DyC 77:11).

El porqué

Se han propuesto otras interpretaciones en un intento de identificar a la bestia con diversas personas u organizaciones, aunque cada una de ellas plantea diversos retos en su interpretación17. En última instancia, el significado de este número no ha sido abordado en la revelación moderna. Debido a que muchos aspectos del libro de Apocalipsis tratan no solo del tiempo de Juan, sino también del tiempo inmediatamente anterior a la Segunda Venida, es posible que la bestia y su número puedan tener múltiples identificaciones o cumplimientos.

Uno de los textos más perspicaces de las Escrituras en relación con el libro de Apocalipsis proviene del Libro de Mormón. Después de que Nefi vio una visión de sus propios tiempos inmediatos y del futuro de su pueblo, vio “uno de los doce apóstoles del Cordero” (1 Nefi 14:20). Este apóstol, que fue identificado como Juan, escribiría “el resto de estas cosas; sí, y también muchas que han sucedido. Y escribirá también sobre el fin del mundo” (1 Nefi 14:21-22, 27). En otras palabras, según Nefi, los escritos de Juan abarcan el pasado, el presente y el futuro.

Richard Neitzel Holzapfel y Thomas A. Wayment adoptaron este punto de vista, afirmando que “Juan puede haber estado expresando su comprensión de que la bestia de los últimos días sería malvada en algunas de las formas en que lo fue Nerón”18. Así pues, el conocimiento del contexto histórico de Juan, incluidas las persecuciones romanas bajo Nerón, puede ayudar a los lectores modernos a identificar algunos de los símbolos empleados por Juan, incluidos los que parecen dirigidos contra Roma19.

Es importante recordar que cualquiera que sea la forma de persecución que esta bestia pueda representar, ya sea pasada, presente o futura, se han prometido bendiciones de paz y protección a los discípulos de Jesucristo. Según Nefi, “[el Señor] preservará a los justos por su poder, aun cuando tuviese que venir la plenitud de su ira, y serán preservados los justos aun hasta la destrucción de sus enemigos por fuego. … Y los justos no tienen por qué temer, pues ellos son los que no serán confundidos” (1 Nefi 22:17, 22).

Al confiar continuamente en Jesucristo y en Su expiación, todo se arreglará y finalmente los discípulos de Cristo “verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Y allí no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque Dios el Señor los alumbrará, y reinarán para siempre jamás” (Apocalipsis 22:4-5).

Otras lecturas

Richard D. Draper y Michael D. Rhodes, The Revelation of John the Apostle (Provo, UT: BYU Studies, 2013), 330–335.

Lincoln H. Blumell y Thomas A. Wayment, “The ‘Number of the Beast’: Revelation 13:18 and Early Christian Isopsephies”, en Book of Seven Seals: The Peculiarity of Revelation, Its Manuscripts, Attestation, and Transmission, ed. Thomas J. Kraus y Michael Sommer (Tübingen, Germany: Mohr Siebeck, 2016), 119–135.

Richard Neitzel Holzapfel y Thomas A. Wayment, Making Sense of the New Testament: Timely Insights and Timeless Messages (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2010), 510–512.

Donald W. Parry y Jay A. Parry, Understanding the Book of Revelation (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1998), 176–177.

1. Para obtener una visión general de las opiniones de los primeros cristianos sobre la Segunda Venida, incluyendo cómo estos individuos interpretaron muchos pasajes del Apocalipsis, consulte Nicholas J. Frederick, “Facing the End: The Second Coming of Jesus Christ and the Millennium”, en Ancient Christians: An Introduction for Latter-day Saints, ed. Jason R. Combs, Mark D. Ellison, Catherine Gines Taylor y Kristian S. Heal (Provo, UT: Maxwell Institute, 2022), 471–503.
2. Richard D. Draper y Michael D. Rhodes, The Revelation of John the Apostle (Provo, UT: BYU Studies, 2013), 332.
3. Draper y Rhodes, Revelation of John the Apostle, 332.
4. Lincoln H. Blumell y Thomas A. Wayment, “The ‘Number of the Beast’: Revelation 13:18 and Early Christian Isopsephies”, en Book of Seven Seals: The Peculiarity of Revelation, Its Manuscripts, Attestation, and Transmission, ed. Thomas J. Kraus y Michael Sommer (Tübingen, Alemania: Mohr Siebeck, 2016), 124n22.
5. Blumell y Wayment, “‘Number of the Beast,’” 119; véase las páginas 120–124, 128–134 para más ejemplos de isopsefalia de escritores cristianos y no cristianos.
6. Draper y Rhodes, Revelation of John the Apostle, 332.
7. Aunque el título César normalmente se deletrea con yod en hebreo, como señalan Draper y Rhodes, Revelation of John the Apostle, 333, un manuscrito arameo encontrado en Murabba’at deletrea el nombre de Nerón (Neron Caesar) sin emplear la yod. Esta fuente contemporánea ofrece apoyo a la propuesta de que Nerón es el referente en Apocalipsis 13:18. Véase J. Massyngberde Ford, Revelation: A New Translation with Introduction and Commentary (New York, NY: Doubleday, 1975), 226.
8. Richard Neitzel Holzapfel y Thomas A. Wayment, Making Sense of the New Testament: Timely Insights and Timeless Messages (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2010), 511.
9. Harold W. Attridge, ed., The Harper Collins Study Bible, rev. ed. (San Francisco, CA: HarperOne, 2006), 2086–2087.
10. Draper y Rhodes, Revelation of John the Apostle, 333; cf. Attridge, Harper Collins Study Bible, 2086–2087; Blumell y Wayment, “‘Number of the Beast,’” 127.
11. Blumell y Wayment, “‘Number of the Beast,’” 121; Ford, Revelation, 226. Es significativo que este sea el único uso existente de isopsefía en referencia a un emperador romano fuera de Apocalipsis 13:18.
12. Draper y Rhodes, Revelation of John the Apostle, 333–334.
13. Draper y Rhodes, Revelation of John the Apostle, 334.
14. Draper y Rhodes, Revelation of John the Apostle, 334; cf. Donald W. Parry y Jay A. Parry, Understanding the Book of Revelation (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1998), 176.
15. Draper y Rhodes, Revelation of John the Apostle, 334.
16. Draper y Rhodes, Revelation of John the Apostle, 334.
17. Véase Draper y Rhodes, Revelation of John the Apostle, 332–334, para un análisis de las diversas interpretaciones propuestas anteriormente; cf. Parry y Parry, Understanding the Book of Revelation, 176.
18. Holzapfel y Wayment, Making Sense of the New Testament, 511.
19. Por ejemplo, en Apocalipsis 17:9, Juan menciona a una mujer sentada sobre “siete montes”, que era una imagen utilizada en la iconografía romana para representar la ciudad de Roma. Véase Draper y Rhodes, Revelation of John the Apostle, 414–415. Draper y Rhodes señalan que, como en el caso del número de la bestia, pueden darse varias interpretaciones simultáneamente.

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Referencia a las escrituras

Traducido por Central del Libro de Mormón