¿Quién era el ángel en el cielo con el evangelio eterno que Juan vio?

El conocimiento

Hace un poco más de 200 años, el ángel Moroni apareció al joven José Smith en la noche del 21 de septiembre de 1823. Durante toda la noche, Moroni instruyó a José Smith acerca de un registro escrito en planchas de oro y que estaban enterradas en las cercanías. José Smith finalmente traduciría este registro por el don y el poder de Dios como el Libro de Mormón. La visita de Moroni a José Smith tradicionalmente se ha interpretado por los Santos de los Últimos Días como un cumplimiento de uno de los eventos que Juan vio y registró en el libro de Apocalipsis. De acuerdo con Juan, él “[vio] a otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, y tribu, y lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6). Este ángel también vendría a anunciar que “la hora de su juicio ha llegado” (Apocalipsis 14:7), así preparando al mundo para la Segunda Venida.

Como señala Duane S. Crowther, muchos aspectos de esta profecía se conectan perfectamente con el ángel Moroni, ya que se dice que el ángel del Apocalipsis (1) vendría trayendo el evangelio eterno; (2) “dijo que traería el evangelio con él”, lo que implica que vendría en un tiempo de apostasía; (3) este evangelio sería predicado por todo el mundo; (4) vendría antes de la hora del juicio de Dios; y (5) el mensaje del ángel “incluiría la admonición de adorar y temer al creador del cielo y de la tierra”¹. Como tal, aunque se pueden observar cumplimientos adicionales de esta profecía, “estos cinco puntos se combinan para dar una clara indicación de que la venida de Moroni el 21 de septiembre de 1823” ofreció un poderoso cumplimiento de esta profecía “de manera completa y literal”².

Primero, así como este ángel tenía “el evangelio eterno” para predicar a aquellos sobre la tierra, el Señor envió a Moroni a José Smith, declarando que “he enviado para revelaros el Libro de Mormón, que contiene la plenitud de mi evangelio eterno” (DyC 27:5). La declaración del Libro de Mormón de que contiene el evangelio eterno fue hecha a José Smith, aparentemente durante la visita de Moroni que duró toda la noche, ya que José luego mencionó que “se hallaba depositado un libro, escrito sobre planchas de oro… También declaró que en él se encerraba la plenitud del evangelio eterno cual el Salvador lo había comunicado” (JSH 1:34). Es decir, la primera reunión de Moroni con José Smith fue directamente relacionada con compartir el evangelio eterno, tal como se profetizó que haría el ángel en Apocalipsis.

Segundo, este anuncio se produjo al final de un largo periodo cuando cosas preciosas se habían perdido del evangelio y se habían quitado convenios (1 Nefi 13:27-29). A través de José Smith, el Señor restauró Su iglesia y Su evangelio. El Libro de Mormón, el evangelio eterno entregado por Moroni, fue importante en este proceso, ya que verdades importantes con respecto a la naturaleza de la humanidad y el plan de salvación fue restaurado en la tierra. De esta manera, José Smith pudo declarar con razón: “Quiten el Libro de Mormón y las revelaciones, y ¿dónde queda nuestra religión? No tenemos nada”³.

Un tercer componente del cumplimiento de esta profecía, como lo señaló Crowther anteriormente, es que el evangelio se enviaría “a toda nación, y tribu, y lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6). El Libro de Mormón salió para hablar a “nación, tribu, lengua y pueblo”⁴. Y por esta razón, los tres testigos proclamaron sus testimonios del ángel y las planchas del Libro de Mormón “a todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos a quienes llegare esta obra”⁵. Los Santos de los Últimos Días de la actualidad participan en el cumplimiento de este aspecto de la profecía, como se da a entender en una revelación dada en noviembre de 1831 que utiliza lenguaje de Apocalipsis 14:6-7 (véase DyC 133:36-37). Como han señalado Richard D. Draper y Michael D. Rhodes, en esta revelación el Señor “amplía la interpretación para incluir no solo a Moroni, sino también a todos los miembros de la Iglesia que sirven en sus llamamientos como misioneros que llevan las enseñanzas de ese libro y un mensaje de advertencia a todas las naciones de la tierra”⁶.

Cuarto, muchas de las instrucciones de Moroni a José Smith implicaban citar escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento con respecto a la necesidad de prepararse para la venida del Señor (véase JSH 1:36-41)⁷. Además, según José Smith, Moroni “me informó de grandes juicios que vendrían sobre la tierra, con gran desolación causada por el hambre, la espada y las pestilencias; y que esos penosos juicios vendrían sobre la tierra en esta generación” (JSH 1:7-10). El Libro de Mormón también contiene muchos consejos para prepararse para la Segunda venida del Señor para que podamos estar delante de Dios.

Por último, el mensaje de Moroni estaba dirigido en última instancia, como profetizó Juan: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que ha hecho el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:7). Hablando del Libro de Mormón, José Smith enseñó que “un hombre se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro”⁸. Como tal, es un mensaje para señalarnos a Cristo, para que sepamos “que Jesús es el Cristo, el Eterno Dios, que se manifiesta a sí mismo a todas las naciones” (Portada del Libro de Mormón). Tal es, en última instancia, la razón por la que siempre se ha compartido el Evangelio.

Otro aspecto notable sobre este ángel, como se revela en DyC 133:36, incluye cómo “ha aparecido a algunos”, mostrando así que varias personas han tenido experiencias divinas con este ángel antes de 1831. Muchos de los primeros santos han registrado haberse encontrado con un ángel en relación con las planchas, como los Tres Testigos o Mary Whitmer⁹. A menudo se presume que este ángel es Moroni debido a su papel como guardián y revelador especialmente del evangelio “eterno” contenido en el Libro de Mormón¹⁰.

Por supuesto, al igual que otras profecías, esta profecía de Apocalipsis 14 también podría tener varios cumplimientos. José Smith, por ejemplo, declaró que “el Señor en los últimos días encomendaría las llaves a un testigo sobre todo el pueblo”. Después de citar Apocalipsis 14:6, José Smith luego comentó que “Juan vio al ángel que tenía el sacerdocio que debía predicar”¹¹. Esto ha llevado a Jay A. Parry y Donald W. Parry a observar que “Moroni ciertamente tenía el sacerdocio, pero no encomendó ninguna llave del sacerdocio—eso lo hicieron Pedro, Santiago y Juan, Elías, Moisés y otros (DyC 110; 128:20-21)”, así como Juan el Bautista, quien restauró el sacerdocio aarónico (DyC 13)¹².

El porqué

Cuando Juan comenzó a escribir su revelación, recibió la siguiente instrucción: “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas” (Apocalipsis 1:19). Debido a esta instrucción, está claro que muchos de sus escritos se refieren a acontecimientos que todavía no habían sucedido cuando él escribió. Naturalmente, entonces, sus profecías son especialmente importantes para los Santos de los Últimos Días y otras personas que viven en tiempos turbulentos.

Debido al momento de la aparición de este ángel, es especialmente evidente que este ángel pertenece a los últimos días. Aunque nunca se identifica por su nombre en el Apocalipsis, se pueden encontrar claros cumplimientos de esta profecía en la historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Mensajeros celestiales, incluyendo a Moroni, Juan el Bautista, Pedro, Santiago, e incluso el mismo Juan el Revelador, así como otros, vinieron trayendo componentes esenciales para el evangelio eterno que debía ser predicado a todo el mundo.

Como este evangelio se encuentra dentro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es importante reconocer la importancia del cumplimiento de esta profecía a partir de 1823, hace más de 200 años. Cuando el ángel Moroni apareció, sirviendo como el primer cumplimiento importante de esta profecía, reveló información sobre el Libro de Mormón, que Moroni mismo había completado y sellado, y que ahora ha sido traducido a más de cien idiomas y publicado a personas de todo el mundo. De hecho, está claro que el Evangelio eterno se está compartiendo a “toda nación, tribu, lengua y pueblo”, ya que innumerables santos fieles están trabajando para inundar la tierra con el Libro de Mormón.