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KnoWhy #487

¿Qué función deben tener los estudios académicos sobre el Libro de Mormón?

enero 15, 2019
KnoWhy #487
Imagen a través de The Odyssey Online
Imagen a través de The Odyssey Online
“Pero bueno es ser instruido, si hacen caso de los consejos de Dios”
2 Nefi 9:29

El conocimiento

Debido a que el Libro de Mormón está lleno de contenido fascinante, invita a estudiarlo de diferentes maneras. Desde el día en que se publicó, los lectores comunes, los pensadores religiosos y diversos tipos de estudios han producido un conjunto diverso y creciente de respuestas, investigaciones y análisis de lectores. Este creciente cuerpo de investigación puede incrementar nuestro entendimiento del Libro de Mormón en muchos niveles diferentes. Gran parte de esto ha sido recopilado y está disponible en el archivo en línea de Book of Mormon Central.1 Los siguientes resúmenes identifican apropiadamente tres grandes campos académicos por medio de los cuales los investigadores han estudiado el Libro de Mormón.

Historia

El Libro de Mormón no se presenta como una obra de ficción. En sus páginas, los lectores encuentran las palabras de sus autores y editores quienes vivieron en tiempos y entornos culturales específicos. Por lo tanto, entre mejor entiendan los lectores el contexto histórico del Libro de Mormón, entenderán mejor a los profetas que lo escribieron, así como también el mensaje acerca de Jesucristo.

Por estas razones, los eruditos capacitados han utilizado varias herramientas históricas para reconocer y correlacionar los detalles históricos y culturales en el Libro de Mormón con las antiguas sociedades de las Américas, así como con los antiguos israelitas y otras civilizaciones del antiguo Cercano Oriente. La capacitación en arqueología, antropología, guerra antigua, lingüística, derecho, geología, botánica, zoología, genética y muchos otros campos han ayudado a los académicos a establecer e iluminar escenarios históricos plausibles para el Libro de Mormón.2

Geografía

Conocer dónde tuvo lugar el Libro de Mormón permitiría a los lectores a comprender mejor su propia descripción interna de los eventos históricos, su vida práctica y la cultura material. También puede incrementar nuestro entendimiento de los cambios que enfrentaron y las soluciones que adoptaron sus pueblos que se centraron en Cristo. Cuando se estudia con estos propósitos en mente, los intentos por identificar la geografía del Libro de Mormón han producido resultados que afirman y dan un fundamento al testimonio de Jesucristo. Aunque la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no tiene una posición oficial acerca de dónde tuvo lugar el Libro de Mormón, los líderes de la iglesia han alentado en vez de desalentar los intentos rigurosos por localizar los entornos geográficos y geopolíticos.3

Literatura

Todas las sociedades alfabetizadas tienen formas o características únicas de comunicar ideas por medio del lenguaje escrito. Muchos eruditos han señalado formas en las que el Libro de Mormón fue probablemente influenciado por tradiciones literarias del antiguo Cercano Oriente y la antigua América. Al comparar sus escritos a estos contextos literarios, los investigadores han descubierto muchas ideas nuevas en sus páginas, tal como patrones, temas, consistencias, conexiones y detalles significativos que, de otra manera, podrían haber pasado desapercibidos. En cambio, estas ideas pueden fortalecer la fe en Jesucristo y enriquecer nuestro entendimiento de Su evangelio verdadero.4

El porqué

La relación adecuada entre la erudición y la fe necesita ser correctamente entendida y apreciada. Los dos extremos deben ser especialmente evitados: Alguien se puede sentir tentado a separar completamente el Libro de Mormón de la investigación académica, sintiendo que su mensaje espiritual no tiene nada que ver con el conocimiento secular. Otros pueden ser aludidos a ver el Libro de Mormón como un mero objeto de interés escolar y, por lo tanto, darle poca o ninguna atención a su mensaje espiritual.

El profeta Nefi armonizó este punto de vista extremo al declarar que “bueno es ser instruido” si es que “hacen caso de los consejos de Dios” (2 Nefi 9:29). Debido a que el Libro de Mormón trata tanto con lo espiritual como lo material, con la humanidad y la divinidad, con el tiempo y la eternidad, necesita ser abordado tanto “por el estudio como por la fe” (DyC 88:118; 109:7).

Book of Mormon still life (La vida inerte del Libro de Mormón) por James Fullmer
Book of Mormon still life (La vida inerte del Libro de Mormón) por James Fullmer

Como lo expresó el élder Boyd K. Packer: “Cada uno de nosotros debe acomodar la mezcla de la razón y la revelación en nuestras vidas. El evangelio no solo lo permite, sino que lo requiere. Una persona que se concentra, ya sea en un lado u otro, solo perderá tanto el balance como la perspectiva”.5 El élder Holland de manera similar declaró que “la verdadera fe y la convicción inquebrantable vienen con un poder más completo cuando se compromete nuestra mente como nuestro corazón”.6

Mientras que la razón como la revelación son necesarias, el aprendizaje académico debe verse como un suplemento de la búsqueda del conocimiento espiritual. “En la adquisición de conocimiento sagrado”, enseñó el élder Dallin H. Oaks “la erudición y la razón no reemplazan la revelación. Estos son medios para lograr un fin, y el fin es la revelación de Dios”.7 El élder Russell M. Nelson dejó este punto muy claro con respecto al estudio del Libro de Mormón:

Hay escritores que se han concentrado en los relatos, en la gente o en las breves descripciones de la historia. Otros se han interesado en su estructura lingüística o en lo que se dice de las armas, la geografía, la vida animal, las técnicas de construcción o los sistemas de pesos y medidas. Por interesantes que sean esos temas, el estudio del Libro de Mormón es más satisfactorio cuando el lector se concentra en el objetivo principal del libro, que es testificar de Jesucristo. En comparación, todos los otros asuntos son secundarios.8

Como un asunto secundario, la erudición rigurosa y responsable puede ayudarnos a cultivar y fortalecer nuestra fe de que el Libro de Mormón es lo que afirma y se esfuerza por ser. B. H. Roberts enseñó que “la evidencia secundaria apoyando a la verdad… puede ser de [mayor] importancia y los factores importantes en el logro de los propósitos de Dios”.9

Un estudio astuto puede ayudarnos a apreciar mejor las vidas de los antiguos profetas que escribieron el Libro de Mormón. La investigación disciplinada puede ayudarnos a comprender mejor el significado de sus palabras y otros contextos históricos, sociales, religiosos, políticos, militares en los que se dieron. Un análisis atento puede ayudarnos a discernir las verdades espirituales que no podríamos haber visto por nosotros mismos. Y la investigación dirigida puede ayudar a los lectores a encontrar respuestas satisfactorias a preguntas u otras preocupaciones que de otra manera serían perplejas o que disuaden la fe.10 “A menudo preguntar ‘por qué’”, élder Russell M. Ballard dijo, “conduce a la inspiración y a la revelación”.11

Mientras que el estudio académico del Libro de Mormón nunca puede reemplazar la necesidad de fe o proveer un sustituto para la revelación personal, puede ayudar a crear un “clima en donde la creencia puede florecer”.12 Si la investigación académica alguna vez distorsiona o se desvirtúa del mensaje principal del Libro de Mormón sobre Cristo, entonces uno puede sentir que algo acerca de esta investigación o su enfoque no es inspirado por Dios. Por otro lado, cuando cualquier estudio nos lleva más cerca a Cristo, eleva nuestra fe en Él, ilumina nuestro entendimiento de Su evangelio y nos motiva a arrepentirnos, entonces podemos saber “con un conocimiento perfecto, que es de Dios” (Moroni 7:16).

Otras lecturas

John W. Welch, “The Power of Evidence in the Nurturing of Faith“, en Echoes and Evidences of the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson y John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 2002), 17–53.

Henry B. Eyring, ed., On Becoming a Disciple-Scholar (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1995).

Boyd K. Packer, “The Mantle Is Far, Far Greater Than the Intellect,” BYU Studies Quarterly 21, no. 3 (1981), 259–278; esta dirección se entregó originalmente a los instructores del CES y del Instituto en el Quinto Simposio Anual de Educadores Religiosos del CES, Agosto 22 de 1981.

 

1. Véase Book of Mormon Central Archive, en línea en archive.bookofmormoncentral.org.
2. Para un ejemplo de esta investigación, véase John W. Welch, Neal Rappleye, Stephen O. Smoot, David J. Larsen y Taylor Halverson, eds., Knowing Why: 137 Evidences That the Book of Mormon Is True (American Fork, UT: Covenant Communications, 2017); Brant A. Gardner, Traditions of the Fathers: The Book of Mormon as History (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2015); John L. Sorenson, Mormon’s Codex: An Ancient American Book (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2013); John W. Welch, The Legal Cases in the Book of Mormon (Provo, UT: BYU Press y the Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2008); Daniel C. Peterson, ed.,  The Book of Mormon and DNA Research (Provo, UT: Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2008); “El Libro de Mormón y los estudios de ADN“, Temas del Evangelio, en lds.org; John W. Welch, David Rolph Seely y Jo Ann H. Seely, eds., Glimpses of Lehi’s Jerusalem (Provo, UT: FARMS, 2004); Donald W. Parry, Daniel C. Peterson y John W. Welch, eds., Echoes and Evidences of the Book of Mormon (Provo, UT: FARMS, 2002); John A. Tvedtnes, The Book of Mormon and Other Hidden Books: Out of Darkness Unto Light (Provo, UT: FARMS, 2000); John W. Welch y Melvin J. Thorne, eds., Pressing Forward with the Book of Mormon: The FARMs Updates of the 1990s (Provo, UT: FARMS, 1999); John W. Welch y Stephen D. Ricks, eds., King Benjamin’s Speech: “That Ye May Learn Wisdom” (Provo, UT: FARMS, 1998); Noel B. Reynolds, ed., Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins (Provo, UT: FARMS, 1997); Stephen D. Ricks y John W. Welch, eds., The Allegory of the Olive Tree: The Olive, the Bible, and Jacob 5 (Provo, UT: FARMS, 1994); John W. Welch, ed., Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1992); John L. Sorenson y Melvin J. Thorne, eds., Rediscovering the Book of Mormon: Insights You May Have Missed Before (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1991); Stephen D. Ricks y William J. Hamblin, eds., Warfare in the Book of Mormon (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1990); Hugh Nibley, The Prophetic Book of Mormon, The Collected Works of Hugh Nibley, Volume 8 (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1989); Hugh Nibley, Lehi in the Desert/The World of the Jaredites/There Were Jaredites (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1988); Hugh Nibley, An Approach to the Book of Mormon, The Collected Works of Hugh Nibley, Volume 6 (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 1988); Noel B. Reynolds y Charles D. Tate, eds., Book of Mormon Authorship: New Light on Ancient Origins (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1982; reimpreso en FARMS, 1996). Muchos otros estudios fascinantes e importantes relacionados al contexto histórico del Libro de Mormón se pueden encontrar en Journal of Book of Mormon Studies.
3. Para conocer un ejemplo de los estudios geográficos en el Libro de Mormón, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Se ha revelado donde tuvo lugar el Libro de Mormón? (2 Nefi 1:8)“, KnoWhy 431, (24 de septiembre de 2018); Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Mormón dio tantos detalles sobre geografía? (Alma 22:32)“, KnoWhy 130, (8 de junio de 2017); Dennis L. Largey, et al., “Geography”, en Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis L. Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 288–291; John E. Clark, “Book of Mormon Geography“, en Encyclopedia of Mormonism, 4 vols., ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan Publishing, 1992), 176–179; John L. Sorenson, Mormon’s Map (Provo, UT: FARMS, 2000); John L. Sorenson, The Geography of Book of Mormon Events: A Source Book, edición revisada (Provo, UT: FARMS, 1992); Matthew Roper, “Limited Geography and the Book of Mormon: Historical Antecedents and Early Interpretations“, FARMS Review 16, no. 2 (2004): 225–276; V. Garth Norman, Book of Mormon–Mesoamerican Geography: History Study Map (American Fork, UT: ARCON, Inc./Ancient America Foundation, 2008); Joseph L. Allen y Blake J. Allen, Exploring the Lands of the Book of Mormon, edición revisada (American Fork, UT: Covenant Communications, 2011), 371–399; John E. Clark, “A Key for Evaluating Nephite Geography“, Review of Books on the Book of Mormon 1 (1989): 20–70; actualizado como John E. Clark, “Revisiting ‘A Key for Evaluating Book of Mormon Geographies’“, Mormon Studies Review 23, no. 1 (2011): 13–43.
4. Para conocer un ejemplo de publicaciones literarias sobre el Libro de Mormón, véase Robert A. Rees, “Joseph Smith, the Book of Mormon, and the American Renaissance: An Update“, Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 19 (2016): 1–16; Joseph M. Spencer, An Other Testament: On Typology (Provo, UT: Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2016); Robert A. Rees, “John Milton, Joseph Smith, and the Book of Mormon“, BYU Studies Quarterly 54, no. 3 (2015): 6–18; Grant Hardy, Understanding the Book of Mormon: A Reader’s Guide (New York, NY: Oxford University Press, 2010); Donald W. Parry, Poetic Parallelisms in the Book of Mormon: The Complete Text Reformatted (Provo, UT: Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2007); Noel B. Reynolds, “The Israelite Background of Moses Typology in the Book of Mormon“, BYU Studies 44, no. 2 (2005): 5–23; James T. Duke, The Literary Masterpiece Called the Book of Mormon (Springville, UT: Cedar Fort, Inc., 2004); David E. Bokovoy y John A. Tvedtnes, Testaments: Links between the Book of Mormon and the Hebrew Bible (Tooele, UT: Heritage Press, 2003); Robert A. Rees, “Joseph Smith, the Book of Mormon, and the American Renaissance“, Dialogue: A Journal of Mormon Thought 35, no. 3 (2002): 83–112; Donald W. Parry, “Hebraisms and Other Ancient Peculiarities in the Book of Mormon“, en Echoes and Evidences of the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson y John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 2002), 156–189; Hugh W. Pinnock, Finding Biblical Hebrew and Other Ancient Literary Forms in the Book of Mormon (Provo, UT: FARMS, 1999); S. Kent Brown, “The Exodus Pattern in the Book of Mormon“, en From Jerusalem to Zarahemla: Literary and Historical Studies of the Book of Mormon (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1998), 75–98; Richard Dilworth Rust, Feasting on the Word: The Literary Testimony of the Book of Mormon (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1997).
5. Boyd K. Packer, “‘I Say Unto You, Be One’“, BYU Devotional, 12 de febrero de 1991, en línea en speeches.byu.edu.
6. Jeffrey R. Holland, “The Greatness of the Evidence“, Chiasmus Jubilee, 16 de agosto de 2017, en línea en bookofmormoncentral.org.
7. Dallin H. Oaks, “Alternate Voices“, Liahona, julio de 1989, en línea en lds.org.
8. Russell M. Nelson, “Un testimonio del Libro de Mormón“, Liahona, noviembre de 1999, en línea en lds.org.
9. B. H. Roberts, New Witnesses for God (Salt Lake City, UT: Deseret News Press, 1909), 2:viii.
10. Para conocer más sobre la función de la evidencia y la erudición en relación a la fe, véase John W. Welch, “The Role of Evidence in Religious Discussion“, en No Weapon Shall Prosper: New Light on Sensitive Issues, ed. Robert L. Millet (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Religious Studies Center, Brigham Young University, 2011), 259–294. Para versiones previas a este artículo, véase “The Power of Evidence in the Nurturing of Faith“, en Echoes and Evidences of the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson y John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 2002), 17–53; Nurturing Faith through the Book of Mormon: The Twenty-Fourth Annual Sidney B. Sperry Symposium (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1995), 149–186.
11. . Russell Ballard, “Las oportunidades y responsabilidades de los maestros del SEI en el siglo XXI“, dirigido a los maestros de religión del SEI, 26 de febrero de 2016, en línea en lds.org.
12. Austin Farrar, “Grete Clerk”, en Light on C. S. Lewis, comp. Jocelyn Gibb (New York, NY: Harcourt y Brace, 1965), 26; como se citó en Neal A. Maxwell, “Discipleship and Scholarship“, BYU Studies 32, no. 3 (verano de 1992): 5.

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Referencia a las escrituras

Traducido por Central del Libro de Mormón