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KnoWhy #184

¿Por qué Samuel hizo profecías tan cronológicamente precisas?

agosto 16, 2017
KnoWhy #184
Imagen compuesta de Samuel en la Muralla y Samuel en la Muralla 2, de Jorge Cocco, con el calendario maya agregado por Book of Mormon Central
Imagen compuesta de Samuel en la Muralla y Samuel en la Muralla 2, de Jorge Cocco, con el calendario maya agregado por Book of Mormon Central
“He aquí, yo, Samuel, un lamanita, declaro las palabras del Señor que él pone en mi corazón; y he aquí, él me ha puesto en el corazón que diga a los de este pueblo que la espada de la justicia se cierne sobre ellos; y no pasarán cuatrocientos años sin que caiga sobre ellos la espada de la justicia”.
Helamán 13:5

El conocimiento

Durante su extenso discurso a los nefitas en Zarahemla, Samuel el lamanita hizo dos declaraciones proféticas notablemente concretas. En primer lugar, declaró: “[N]o pasarán cuatrocientos años sin que caiga sobre ellos la espada de la justicia” (Helamán 13:5; cf. v. 9.; Alma 45:10). Más tarde, dijo: “He aquí, os doy una señal; porque han de pasar cinco años más y, he aquí, entonces viene el Hijo de Dios para redimir a todos los que crean en su nombre” (Helamán 14:2).

Tales predicciones proféticas precisas son raras en las escrituras.1 Incluso dentro del mismo discurso de Samuel, hay otra profecía—la señal de la muerte de Cristo—donde el tiempo exacto no es mencionado (véase Helamán 14:14, 20-27).2 Parece probable que cuando el tiempo exacto se incluye en el registro, el tiempo mismo era de alguna manera significativo.

Todas las sociedades antiguas tenían importantes unidades del calendario o periodos de tiempo que fueron cuidadosamente marcados.3 El mesoamericanista SUD John E. Clark señaló: “El ciclo principal del tiempo maya era el periodo de 400 años llamado baktún“.4 Cada baktún se dividía en 20 unidades llamadas katún, un ciclo de 20 años, y el katún fue subdividido en unidades llamadas ho´tun, que era un ciclo de cinco años.5 De acuerdo con John L. Sorenson: “Presagios y profecías… entre los mayas se expresaban comúnmente en términos del comienzo o el final de todas las unidades del calendario”.6

Imagen por Book of Mormon Central
Imagen por Book of Mormon Central

En este sentido, es significativo que ambas profecías específicas de Samuel el lamanita se correlacionan en unidades de medidas específicas con el sistema de calendario mesoamericano.7 Como lo expresó Clark: “Samuel el lamanita advirtió a los nefitas que no pasará un baktún ‘sin que yo haga que sean heridos’ (Helamán 13:9)”.8

Otro mesoamericanista SUD, Mark Wright sugirió: “Samuel el lamanita pudo haber hecho una profecía de un ho´tun cuando declaró que en ‘cinco años’ serán dadas las señales con respecto al nacimiento de Cristo (Helamán 14:2)”.9 Curiosamente, Sorenson dijo: “En Yucatán al tiempo de la conquista española, el gobernador o su portavoz… tenían la responsabilidad de profetizar cinco años por adelantado el destino que traerían los próximos 20 años llamados katún“.10 De manera similar, Samuel el lamanita profetizó el destino del siguiente baktún (Helamán 13:5, 9), y aparentemente lo hizo con cinco años de anticipación (Helamán 14:2).11

El porqué

"Samuel the Lamanite" (Samuel el lamanita) por Briana Shawcroft
“Samuel the Lamanite” (Samuel el lamanita) por Briana Shawcroft

La antropóloga mesoamericana Prudence M. Rice explicó: “El tiempo es una construcción cultural. Sus unidades de medir, significado, y lo demás son únicos con respecto a la legitimación de poder y autoridad”.12 Es por lo tanto, sumamente importante que cada profecía cronológicamente precisa de Samuel el lamanita use periodos de tiempo que eran probablemente importantes dentro del contexto cultural más importante de los nefitas. El uso de estos periodos de tiempo culturalmente importantes probablemente ayudó a legitimar la autoridad y credibilidad de la profecía de Samuel.

Como observó Sorenson: “En el pensamiento mesoamericano, las profecías de Alma y Samuel de un baktún entero hubieran sido declaraciones sumamente profundas”.13 Otro experto mesoamericano Santo de los Últimos Días asintió: “La profecía de Samuel incluía un número poderoso y evocador que el pueblo sin duda habría considerado sumamente simbólico”.14

Según Wright,15 parte de ese simbolismo habría hecho relevante la declaración profética para la audiencia contemporánea nefita de Samuel. El punto de vista de los mesoamericanos sobre el tiempo era cíclico—lo que significa que ellos esperaban que ciertos eventos se repitieran por sí mismos en el curso de cada katún o baktún.16

Por lo que, una profecía de destrucción en 400 años—en un baktún—podría ser considerada como una advertencia de destrucción en el aquí y ahora.17 De hecho, Samuel advirtió que en ese mismo momento, “la espada de la justicia se cierna sobre ellos”, que “la ira del Señor ya está encendida contra vosotros” y que la única manera de salir era el arrepentimiento seguido por fe duradera en Jesucristo (Helamán 13:5-6, 30; énfasis añadido). 18

"The Mayan Calendar" (El calendario Maya) por Book of Mormon Central
“The Mayan Calendar” (El calendario Maya) por Book of Mormon Central

Mientras tanto, el ho´tun era un período comúnmente celebrado y conmemorado, al igual que el katún.19 La profecía de Samuel advirtió por adelantado a las personas que el siguiente ho´tun sería verdaderamente una causa para celebrar—y que marcaría el nacimiento del Señor y Salvador en el mundo. Mormón registró que la llegada de la señal efectivamente traía “alegres nuevas al pueblo” (3 Nefi 1:26). La ocasión sin duda fue honrada y celebrada por los ho´tun y katún por venir, no solo marcando el nacimiento de Cristo, sino también en conmemorar el milagroso momento de la llegada de la señal—que vino, como lo hizo, justo a tiempo para evitar que los creyentes fueran ejecutados (3 Nefi 1:8-16).

Este antecedente también podría explicar por qué un plazo de tiempo específico para la señal de la muerte de Cristo no se menciona en la profecía de Samuel. Su muerte no llegó a la conclusión de una importante unidad de tiempo, al igual que el nacimiento de Cristo (un ho´tun) y la caída final de los nefitas (un baktún). Mormón, al parecer, menciona un periodo de tiempo específico de estos eventos cuando coincidieron con los ciclos de tiempo considerados importantes dentro de la cultura circundante. El uso profético de símbolos de periodos de tiempo altamente simbólicos en la profecía del Libro de Mormón parece ser un ejemplo de lo que el Señor “habla a los hombres de acuerdo con el idioma de ellos, para que entiendan” (2 Nefi 31:3; cf. DyC 1:24).20

Otras lecturas

Mark Alan Wright, “Nephite Daykeepers: Ritual Specialists in Mesoamerica and the Book of Mormon,” in Ancient Temple Worship: Proceedings of the Expound Symposium, 14 May 2011, ed. Matthew B. Brown, Jeffrey M. Bradshaw, Stephen D. Ricks, and John S. Thompson (Salt Lake City and Orem, UT: Eborn Books and Interpreter Foundation, 2014), 252–253.

John L. Sorenson, Mormon’s Codex: An Ancient American Book (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2013), 192–195, 434–442.

John E. Clark, “Archaeology, Relics, and Book of Mormon Belief,” Journal of Book of Mormon Studies 14, no. 2 (2005): 46–47.

 

1. El otro ejemplo en el Libro de Mormón, que se trata del momento del nacimiento de Cristo, es la profecía de 600 años dada por Lehi y Nefi (véase 1 Nefi 10:4; 19:8; 2 Nefi 25:19). La profecía de Samuel sobre los cinco años fue particular y sin precedente. Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 5:190: “Lo específico de esta profecía es única en las escrituras canónicas. Otras profecías sobre tiempos específicos (por ejemplo, que el Mesías nacería 600 años después de que Lehi había partido de Jerusalén, y que los nefitas serían destruidos en 400 años) fueron declaradas referentes a un futuro tan lejano que ninguno que la haya escuchado seguiría vivo. Debido a que 600 y 400 años son números redondos, también se pudieron haber entendido por quienes lo escucharon como cifras generales en lugar de específicas. … La profecía de cinco años, sin embargo, es absoluta, finita y comprobable durante la vida de prácticamente todos los que habían escuchado a Samuel.”
2. Mientras que la profecía de Samuel en Helamán 14 nunca menciona el tiempo de la señal de la muerte de Cristo, es evidente en 3 Nefi 8:1-4 que el tiempo había sido revelado a los nefitas en algún momento. Si fue Samuel quien reveló el tiempo o alguien más, no es claro, ya que solamente dice que el pueblo “se puso a aguardar con gran anhelo la señal que había dado el profeta Samuel” (v. 3). Solamente la señal, no el tiempo, está conectado con Samuel. Tal vez el tiempo fue revelado por el “hombre justo” que guardaba los anales e “hizo muchos milagros en el nombre de Jesús” (v. 1). También podría haber sido revelado en algunas de las “muchas predicaciones y profecías que se difundieron entre ellos” tras la primera señal (3 Nefi 2:10). Si fue Samuel, parecería que Mormón omitió ese detalle cuando copió las profecías de Samuel, tal vez por la razón sugerida aquí: [E]l tiempo no coincide con los números llenos de significado simbólico.
3. Para información más general y antecedentes sobre el sistema del calendario mesoamericano, incluyendo el sistema de conteo largo (tun), véase Mary Miller and Karl Taube, An Illustrated Dictionary of the Gods and Symbols of Ancient Mexico and the Maya (London, UK: Thames and Hudson, 1993), 48–54; Kaylee Spencer-Ahrens and Linnea H. Wren, “Arithmetic, Astronomy, and the Calendar,” in Lynn V. Foster, Handbook to Life in the Ancient Maya World (New York, NY: Oxford University Press, 2002), 250–260; Joel W. Palka, The A to Z of Ancient Mesoamerica (Lanham, MA: Scarecrow Press, 2010), 22–23.
4. John E. Clark, “Archaeological Trends and Book of Mormon Origins,” in The Worlds of Joseph Smith: A Bicentennial Conference at the Library of Congress, ed. John W. Welch (Provo, UT: BYU Press, 2005), 90.
5. Mark Alan Wright, “Nephite Daykeepers: Ritual Specialists in Mesoamerica and the Book of Mormon,” in Ancient Temple Worship: Proceedings of the Expound Symposium, 14 May 2011, ed. Matthew B. Brown, Jeffrey M. Bradshaw, Stephen D. Ricks, and John S. Thompson (Salt Lake City and Orem, UT: Eborn Books and Interpreter Foundation, 2014), 253: “El katún de 20 años fue subdividido en periodos de cinco años llamados ho´tun los cuales a menudo eran celebrados por la realeza y conmemorados en inscripciones monumentales”. Véase también Prudence M. Rice, “Time, Memory, and Resilience among the Maya,” in Millenary Maya Societies: Past Crises and Resilience, ed. M.-Charlotte Arnauld y Alain Breton (Mesoweb Press, 2013), 13: “La finalización de los 20 años completos llamados katún o sus lustros eran regularmente celebrados por los gobernantes en lo que los mayas llamaban “ceremonias de Periodo Final”.
6. John L. Sorenson, An Ancient American Setting for the Book of Mormon (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1985), 274.
7. Es importante señalar que los nefitas no necesitaban utilizar el calendario maya para reconocer la sagrada importancia de estos números en el calendario de sus vecinos, y aun así ser influenciados de tal manera que también dan peso e importancia a los ciclos de tiempo de 5, 20 y 400 años. Aunque comúnmente se refiere al sistema del calendario “maya”, era conocido en toda Mesoamérica y probablemente tuvo sus orígenes entre los olmecas de entre los años 500-400 a. C. El año más temprano con este conteo largo es el 36 a. C. en la estela 2 en Chiapa de Corzo, confirmando su uso en los tiempos de Samuel. Véase Gardner, Second Witness, 5:177; Foster, Handbook to Life, 36–37. De manera interesante, Chiapa de Corzo está en Chiapas, México en el valle del río Grijalva, la cual se cree por algunos eruditos que puede ser la tierra de Zarahemla. Chiapa de Corzo es incluso identificada por algunos eruditos como la ciudad nefita de Sidom. Véase John L. Sorenson, An Ancient American Setting for the Book of Mormon (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1985), 5–38, 148–167, 197, 204–206; Joseph L. Allen and Blake L. Allen, Exploring the Lands of the Book of Mormon, revised edition (American Fork, UT: Covenant Communications, 2011), 748–749, 770–772; John L. Sorenson, Mormon’s Codex: An Ancient American Book (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2013), 128, 581–585, 592, 597–598.
8. John E. Clark, “Archaeology, Relics, and Book of Mormon Belief,” Journal of Book of Mormon Studies 14, no. 2 (2005): 47. También, Clark, “Archaeological Trends,” 90: “El Libro de Mormón registra muchas referencias a profecías significativas de 400 años, consistente con esta idiosincrática práctica del calendario mesoamericano”. Además de Helamán 13:5, 9, véase Alma 45:10; Mormón 8:6; Moroni 10:1.
9. Wright, “Nephite Daykeepers,” 253.
10. John L. Sorenson, “The Book of Mormon as a Mesoamerican Record,” in Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), 409; Sorenson, Mormon’s Codex, 193, 440–441.
11. La profecía de 400 años parece haber sido entendida e interpretada cumpliéndose 400 años desde el nacimiento de Cristo (Mormón 8:6-7). Alma 45:10 dice que “los nefitas, degenerará[n] en la incredulidad dentro de cuatrocientos años a partir de la época en que Jesucristo se manifieste a ellos”.
12. Rice, “Time, Memory, and Resilience,” 16.
13. Sorenson, Ancient American Setting, 274.
14. Gardner, Second Witness, 5:177.
15. Una comunicación personal con el equipo de Book of Mormon Central.
16. Sorenson, Mormon’s Codex, 439; Rice, “Time, Memory, and Resilience,” 13, 16: “Para los mayas, el tiempo era simultáneamente lineal y cíclico, una interminable —‘intemporal’—rotación de katún, baktún, y múltiples épocas de creación (como en el Popol Vuh)”. Spencer-Ahrens and Wren, “Arithmetic, Astronomy, and the Calendar,” 247: “Los ciclos dominaron los pensamientos mayas y resultaron en un punto de vista determinístico, en que la historia se repetía a sí misma. Si un día dado o periodo había resultado en consecuencias terribles, lo haría de nuevo cuando el día volviera o cuando el ciclo se repitiera”. Al igual que con los números importantes por sí mismos (5, 20 y 400 años cíclicos), no es necesario que los nefitas hayan usado el calendario maya en sí para tener puntos de vista enculturados de que el tiempo fuera cíclico.
17. Spencer-Ahrens and Wren, “Arithmetic, Astronomy, and the Calendar,” 257, señalaron que “cada katún expresa una profecía del futuro mientras que al mismo tiempo representa el pasado histórico”. Pareciera que Samuel estaba expresando el mismo concepto, usando solamente un baktún en lugar de un katún.
18. La evidencia para este criterio del tiempo cíclico puede ser evidente en el Libro de Mormón. Por ejemplo, se puede notar que 20 años (un katún) después de que Samuel dijo “la espada de la justicia se cierne sobre ellos” (Helamán 13:5), Mormón reportó que “la espada de la destrucción se cernía” nuevamente sobre los nefitas (3 Nefi 2:19).
19. Wright, “Nephite Daykeepers,” 253; Rice, “Time, Memory, and Resilience,” 13. De nuevo, para los nefitas influenciados por la cultura circundante, periodos de años en grupos de 5, 20 o 400 pueden considerarse ocasiones importantes de celebración sin necesidad de adoptar el calendario maya.
20. Véase Mark Alan Wright, “‘According to Their Language, unto Their Understanding’: The Cultural Context Hierophanies and Theophanies in Latter-day Saint Canon,” Studies in the Bible and Antiquity 3 (2011): 51–65.

Traducido por Central del Libro de Mormón