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KnoWhy #86

¿Por qué razón es un vidente mayor que un profeta?

abril 18, 2017
KnoWhy #86
Los espectáculos o intérpretes, por Anthony Sweat
“[U]n vidente es mayor que un profeta”.
Mosíah 8:15

El conocimiento

Mosíah 8 incluye un discurso de la naturaleza de la profecía, el papel de un vidente y la traducción divina dado por Ammón, “un hombre fuerte y poderoso, y descendiente de Zarahemla” (Mosíah 7:3). En respuesta a la petición del rey Limhi para la traducción de algunos registros sagrados (Mosíah 8:11–12), él habló de “un hombre que puede traducir los anales; pues él tiene algo con lo que puede mirar y traducir todos los anales que son de fecha antigua; y es un don de Dios”. Los instrumentos de traducción, que Ammón llamó “intérpretes”, solo podían ser utilizados cuando uno es comisionado divinamente para ello. “Y a quien se le manda mirar en ellos,” Ammón enseñó, “se le llama vidente” (Mosíah 8:13).

Con esta información en mente, Limhi razonó que “un vidente es mayor que un profeta” (Mosíah 8:15). Ammón estuvo de acuerdo, y explicó:

[U]n vidente es también revelador y profeta; y que no hay mayor don que un hombre pueda tener, a menos que posea el poder de Dios, que nadie puede tener; sin embargo, el hombre puede recibir gran poder de Dios. Mas un vidente puede saber de cosas que han pasado y también de cosas futuras; y por este medio todas las cosas serán reveladas, o mejor dicho, las cosas secretas serán manifestadas, y las cosas ocultas saldrán a la luz; y lo que no es sabido, ellos lo darán a conocer; y también manifestarán cosas que de otra manera no se podrían saber. (Mosíah 8:16-17)

Ammón hizo una distinción entre ser un profeta y ser un vidente. Un profeta, un portavoz de Dios, puede predecir con autoridad divina lo que, podría o debería ocurrir si la gente se comporta de cierta manera (como bendiciones prometidas por guardar los mandamientos o aflicciones prometidas por caer en un comportamiento apóstata).1 Mientras cada dispensación tiene grandes profetas (con P mayúscula) que están a la cabeza del pueblo de convenio de Dios o la iglesia de Dios con las llaves del sacerdocio, personas, tanto hombres como mujeres, pueden actuar como profetas o profetisas (con P minúscula) en sus respectivas vidas, familias y funciones eclesiásticas (cf. Éxodo 15:20; Números 11:29; Jueces 4:4; Isaías 8:3; 2 Reyes 22:14; Lucas 2:36; Hechos 11:27; 21:10; Apocalipsis 19:10).

Un vidente, sin embargo, es más que un profeta que pronuncia un juicio divino o predice el futuro. Un vidente es alguien que “por la fe, pued[e] efectuar grandes milagros” por el uso de “medios” (instrumentos divinos) preparados por Dios (Mosíah 8:18).2 Como explicó Ammón, un vidente es mayor que un profeta porque revela lo que sucedió en el pasado, incluyendo los misterios, secretos, enseñanzas ocultas, escrituras perdidas y el conocimiento oculto. Como Limhi reconoció, los instrumentos de un vidente son “indudablemente preparados con objeto de desplegar todos los misterios de esta índole a los hijos de los hombres” (Mosíah 8:19). De esta manera, un vidente va más allá de los dones concedidos a un profeta y por lo tanto es “mayor”, tanto en poder como también en responsabilidad.

El porqué

La descripción de un vidente en el Libro de Mormón encuentra lugar en el mundo del antiguo Israel. Después de todo “[l]a Biblia… hace alusión a personas que recibían manifestaciones espirituales por medio de objetos físicos tales como varas, una serpiente de bronce sobre un asta… un efod (parte de la vestimenta sacerdotal que incluía dos piedras preciosas) y el Urim y Tumim”.3 De hecho, los videntes son mencionados en los registros bíblicos teniendo presencia en la sociedad de Israel (1 Samuel 9:9, 11, 19; 2 Samuel 15:27; 24:11; 2 Reyes 17:13; Miqueas 3:7; Amós 7:12; Isaías 30:10 ), y el enigmático “Urim y Tumim” del antiguo testamento (Éxodo 28:30; Levítico 8:8; Números 27:21; Deuteronomio 33:8; 1 Samuel 28:6) parecen haber tenido una función oracular en la religión bíblica.4 El Libro de Mormón es por lo tanto en este caso consistente con la tradición bíblica.

El mismo José Smith es designado como un “vidente” en el Libro de Mormón y en Doctrina y Convenios (2 Nefi 3:6; DyC 21:1). Él puede ser llamado de esa manera, dado que con los instrumentos divinos él no solamente tradujo el Libro de Mormón sino que también vislumbró el pasado distante de la antigua América.5 Como Richard E. Turley Jr., Robin S. Jensen y Mark Ashurst-McGee explicaron: “Las piedras videntes… se mencionan en los relatos históricos sobre José Smith y la traducción del Libro de Mormón”.6 La naturaleza exacta de la traducción del Libro de Mormón no se entiende completamente.7 Sin embargo, la evidencia histórica indica que José el vidente primero miraba y luego leía las palabras traducidas del Libro de Mormón que aparecían en ya sea los “intérpretes” nefitas (también llamados “lentes” o después Urim y Tumim) que fueron recuperados con las planchas o en su propia piedra vidente que había utilizado previamente en ciertas actividades mágicas populares.8

Con la restauración del antiguo orden de Dios en nuestros tiempos llegó de nuevo el don de ser un vidente. Steven C. Walker comentó: “El antiguo llamamiento de vidente permanece activo a través de los tiempos modernos”, ya que “en la iglesia moderna, los miembros de la primera presidencia y el cuórum de los doce apóstoles sirven como videntes. Estos quince líderes apostólicos son designados profetas, videntes y reveladores que dirigen a la Iglesia por medio de la revelación divina”.9

Otras lecturas

Steven C. Walker, “Seer,” in The Encyclopedia of Mormonism, ed. Daniel H. Ludlow (New York, N. Y.: Macmillan, 1992), 3:1292–1293.

Richard E. Turley Jr., Robin S. Jensen, y Mark Ashurst-McGee, “ José el Vidente ”, Liahona, 2015 Octubre 10-17.

Michael Hubbard MacKay and Gerrit J. Dirkmaat, From Darkness Unto Light: Joseph Smith’s Translation and Publication of the Book of Mormon (Provo, UT and Salt Lake City, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, and Deseret Book, 2015).

 

1. Véase de manera general Ralph A. Britsch and Todd A. Britsch, “Prophet: Prophets,” in The Encyclopedia of Mormonism, 4 vols., ed. Daniel H. Ludlow (New York, NY: Macmillan Publishing, 1992), 3:1164–1167; David Noel Freedman, “Prophet: Biblical Prophets,” in The Encyclopedia of Mormonism, 3:1167–1170.
2. De acuerdo con la historia de José Smith hecho en 1838, el ángel Moroni le indicó al joven profeta que “la posesión y uso de estas [piedras videntes] era lo que constituía a los ‘videntes’ en los días antiguos, o anteriores” (José Smith—Historia 1:35).
3. Richard E. Turley Jr., Robin S. Jensen, y Mark Ashurst-McGee, “José el vidente,” Liahona, Octubre 2015, 11.
4. Cornelis Van Dam, The Urim and Thummim: A Means of Revelation in Ancient Israel (Winona Lake, IN: Eisenbrauns, 1997).
5. Lucy Mack Smith recordó que durante sus encuentros con Moroni a mediados de la década de 1820 su hijo “proporcionaba [a la familia Smith] algunas de las más asombrosas narraciones que se pudieran imaginar. Nos describía a los habitantes del antiguo continente [americano], sus ropas, sus medios para viajar, los animales que montaban, sus ciudades, edificios y de modo muy particular, su modo de guerrear, así como su adoración religiosa. Todo esto lo hacía con aparente sencillez, como si hubiera pasado toda la vida entre ellos”. Lucy Mack Smith, History, 1845, 87, en línea en www.josephsmithpapers.org. Mientras los escépticos pueden desestimar esto diciendo que el joven profeta contaba cuentos inventados o hilaba historias, es también posible interpretarlo como si José estuviera utilizando sus recientemente afinadas habilidades de vidente bajo el tutelaje de Moroni.
6. Turley, Jensen, y Ashurst-McGee, “José el vidente,” 12.
7. Para un resumen general accesible, véase Ensayos sobre Temas del Evangelio “La traducción del Libro de Mormón“.
8. La literatura de la traducción del Libro de Mormón y la participación de José Smith con magia popular es extensa. Para algunas palabras claves, véase Royal Skousen, “Translating the Book of Mormon: Evidence from the Original Manuscript,” in Book of Mormon Authorship Revisited: The Evidence for Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: FARMS, 1997), 61–93; Mark Ashurst–McGee, “A Pathway to Prophethood: Joseph Smith Junior as Rodsman, Village Seer, and Juedo-Christian Prophet” (Master’s Thesis, Utah State University, 2000); Brant A. Gardner, The Gift and Power: Translating the Book of Mormon (Salt Lake City, UT: Greg Kofford, 2011); Kerry Muhlestein, “Seeking Divine Interaction: Joseph Smith’s Varying Searches for the Supernatural,” in No Weapon Shall Prosper: New Light on Sensitive Issues, ed. Robert L. Millet (Provo, UT and Salt Lake City, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 2011), 77–91; Roger Nicholson, “The Spectacles, the Stone, the Hat, and the Book: A Twenty-first Century Believer’s View of the Book of Mormon Translation,” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 5 (2013): 121–190; Michael Hubbard MacKay and Gerrit J. Dirkmaat, “Firsthand Witness Accounts of the Translation Process,” in The Coming Forth of the Book of Mormon: A Marvelous Work and a Wonder, ed. Dennis L. Largey et al. (Provo, UT and Salt Lake City, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, and Deseret Book, 2015), 61–79; From Darkness Unto Light: Joseph Smith’s Translation and Publication of the Book of Mormon (Provo, UT and Salt Lake City, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, and Deseret Book, 2015); Stanford Carmack, “Joseph Smith Read the Words,” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 18 (2016): 41–64; Richard Lyman Bushman, “Joseph Smith and Money Digging,” in A Reason for Faith: Navigating LDS Doctrine and Church History, ed. Laura Harris Hales (Provo, UT and Salt Lake City, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, and Deseret Book, 2016), 1–6.
9. Steven C. Walker, “Seer,” in The Encyclopedia of Mormonism, 3:1292–1293.

Traducido por Central del Libro de Mormón