¿Por qué no figura en el libro la ascendencia de Lehi? Dice Simplemente: “Bástame decir que somos descendientes de José” (1 Nefi 6:2).
Matías Bagnasco

¿Por qué no figura en el libro la ascendencia de Lehi? Dice Simplemente: “Bástame decir que somos descendientes de José” (1 Nefi 6:2).

¿Por qué no figura en el libro la ascendencia de Lehi? Dice Simplemente: “Bástame decir que somos descendientes de José” (1 Nefi 6:2).

marzo 1, 2018
Por BMC Team

Es cierto que no encontramos la genealogía de Lehi en lo que tenemos hoy como el Libro de Mormón. Sin embargo, hay varios pasajes que indican que el registro nefita original sí la incluía. Si leemos todo 1 Nefi 6, Nefi nos da varias razones por no registrar su genealogía. Todo el capítulo se trata de lo que Nefi quería incluir en estas planchas. Analicemos algunos pasajes:

1.   “No doy la genealogía de mis padres en esta parte de mis anales; ni tampoco la daré en ningún otro momento sobre estas planchas que estoy escribiendo” (1 Nefi 6:1)

Por mencionar Nefi “esta parte” y “estas planchas”, entendemos que había “[otra] parte” de sus anales y “[otras] planchas” que estaba escribiendo. Después, Nefi nos dice:

“[E]stas planchas, he aquí, no son las mismas sobre las que escribo la historia completa de mi pueblo… Sobre las otras planchas se debe grabar la historia del reinado de los reyes, y las guerras y contiendas de mi pueblo; por lo tanto, estas planchas son mayormente para el ministerio; y las otras son principalmente para el reinado de los reyes, y las guerras y contenciones de mi pueblo”. (1 Nefi 9:2, 4)

De acuerdo con su hermano Jacob, Nefi hizo las “planchas menores” (Jacob 1:1), que es lo que tenemos hoy en el Libro de Mormón, y también las “planchas mayores”, que contenían la historia de su pueblo (Jacob 3:13), lo cual no tenemos.

Nefi primero fue mandado a registrar la historia (1 Nefi 19:1) y después lo espiritual (2 Nefi 5:29-31).

“[L]a historia de mi padre, y la genealogía de sus padres, y la mayor parte de todo cuanto hicimos en el desierto están grabadas sobre aquellas primeras planchas de que he hablado; de modo que en las primeras planchas ciertamente se hace más particular mención de lo que aconteció antes que yo hiciera estas.” (1 Nefi 19:2)

Sabemos que Mormón hizo “un compendio de las planchas de Nefi, hasta el reinado [del] rey Benjamín” (Palabras de Mormón 1:3). Lo que tenemos hoy en el Libro de Mormón no incluye este compendio, sino los escritos mismos de varios autores (Nefi, Jacob, Enós, Jarom, Omni, Amarón, Quemis, Abinadom, Amalekí). Antes de la publicación del Libro de Mormón, el escriba Martin Harris perdió 116 páginas de la traducción (véase encabezado de DyC 10). En el prefacio del Libro de Mormón, alrededor de agosto 1829, José Smith escribió que “ciento dieciséis páginas, que tomé del Libro de Lehi, el cual era un registro compendiado de las planchas de Lehi, por la mano de Mormón… alguna persona o personas han robado y guardado de mí”. (https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/preface-to-book-of-mormon-circa-august-1829/1). Este compendio del Libro de Lehi parece ser similar o igual al que Mormón mismo menciona en sus escritos. Es posible que José Smith lo haya llamado el “Libro de Lehi” porque comenzaba con el relato de Lehi. (El Libro de Omni también lleva el nombre del primero nombrado.) Por lo tanto, esa genealogía y registro se ha perdido.

2. “Se halla en los anales que mi padre ha llevado, y por eso no la escribo en esta obra”. (1 Nefi 6:1)

Lo que se conoce como el Libro de Lehi (mencionado en la cita de José Smith arriba) es poco. Además de su genealogía, contenía “muchas cosas que profetizó y habló a sus hijos” (1 Nefi 1:16), que pudo haber contenido el viaje por el desierto y todo lo que enseñó hasta su muerte en la tierra prometida. (Es muy posible que del libro de su padre Nefi haya aprendido de la discusión entre sus padres cuando él y sus hermanos aún no regresaban de Jerusalén [1 Nefi 5:1-6]). Hoy día, no tenemos el Libro de Lehi, y su genealogía, en nuestra posesión (véase S. Kent Brown, “Lehi, book of”, en Book of Mormon Reference Companion, editor general Dennis Largey [Salt Lake City, Ut: Deseret Book Company, 2003], 511).

3. “Básteme decir que somos descendientes de José”. (1 Nefi 6:2)

Por motivo de que este capítulo sigue el relato del viaje a Jerusalén por las Planchas de Bronce (1 Nefi 3-5), es posible que esas escrituras hayan servido para atestiguar a Nefi de su propia genealogía. Lehi le dijo a Nefi: “Labán tiene … una genealogía de mis antepasados; y están grabados sobre planchas de bronce” (1 Nefi 3:3). Una vez que tuvo los anales en su posesión, Lehi los “examinó desde el principio” (1 Nefi 5:10), hallando sobre ellos “la genealogía de sus padres, por lo que supo que descendía de José” (1 Nefi 5:14). No sabemos exactamente lo que significa que “supo que descendía de José”, pero parece indicar que Lehi también confirmó su linaje con las genealogías en las Planchas de Bronce. El versículo 16 dice: “Así fue que mi padre Lehi descubrió la genealogía de sus antepasados”. Es posible que haya conocido su linaje pero no su genealogía. Por tanto, “supo que descendía de José y también “descubrió [su] genealogía”. Los padres ancestrales de Labán y Lehi, descendientes de la tribu de Manasés, hijo de José (1 Nefi 5:16Alma 10:3Génesis 41:51), habrían pertenecido originalmente al reino del norte, el reino de Israel, y habrían traído parte de este registro con ellos al reino del sur, el reino de Judá (véase Robert L. Millet, “Plates of Brass”, en Book of Mormon Reference Companion, editor general Dennis Largey [Salt Lake City, Ut: Deseret Book Company, 2003], 643). Sabemos que antes de la destrucción del reino de Israel, por los Asirios en 722 a.C., muchos de la tribu de Manasés habían huido al sur:

“Después [Asa rey de Judá] reunió a todo Judá y Benjamín, y con ellos a los forasteros de Efraín, y de Manasés y de Simeón, porque muchos de Israel se habían pasado a él al ver que Jehová su Dios estaba con él”. (2 Crónicas 15:9)

Desafortunadamente, tampoco tenemos las Planchas de Bronce y el registro de los antepasados de Lehi.

4. “No me parece importante ocuparme en una narración completa de todas las cosas de mi padre”. (1 Nefi 6:3)

No es que no haya sido importante su genealogía, sino que no era importante incluirla en estos escritos. Él y su padre ya la tenían escrita/grabada en otro lugar, y también se encontraba en las Planchas de Bronce.

Hablando de lo que tenemos hoy en el Libro de Mormón, Nefi dice: “Por tanto, el Señor me ha mandado hacer estas planchas para un sabio propósito suyo, el cual me es desconocido” (1 Nefi 9:5; énfasis agregado. Compárese con 1 Nefi 19:3). Luego, Mormón, al juntar los escritos de las planchas menores con su propio compendio del mismo período de tiempo, dice: “Y hago esto para un sabio propósito; pues así se me susurra, de acuerdo con las impresiones del Espíritu del Señor que está en mí” (Palabras de Mormón 1:7; énfasis agregado). Lo que no sabían estos hombres de Dios era que una parte de estos dos registros se perdería. Cuando José Smith estaba a punto de prestarle las 116 páginas traducidas a Martin Harris (para mostrárselas a sus familiares), el Señor le dijo: “He aquí, en verdad te digo, he reservado esas cosas que te he confiado a ti, mi siervo José, para un sabio propósito mío, y será revelado a las generaciones futuras” (DyC 5:9; énfasis agregado). Este “sabio propósito”, de tener dos registros, era para que no se perdieran los escritos espirituales de las planchas menores.

5. “Toda mi intención es persuadir a los hombres a que vengan [a Dios] y sean salvos”. (1 Nefi 6:4)

A todos nos interesan las historias con todos sus detalles. Tal como vemos en la Biblia, hay una razón por la que se registraban las genealogías (por ejemplo, para establecer derecho al sacerdocio; véase Esdras 2). En este caso de Nefi, Mormón y José Smith, había un registro histórico y otro del ministerio de los hombres de Dios, ambos buenos pero no de igual valor. Hablando de la diferencia entre cosas buenas, mejores y excelentes, el élder Oaks enseñó: “Debemos abandonar algunas cosas buenas a fin de elegir otras que son mejores o excelentes porque desarrollan la fe en el Señor Jesucristo y fortalecen a nuestra familia” (Conferencia General, Octubre 2007). Para Nefi y nosotros también, venir a Dios y ser salvos es la meta principal. Jesucristo dijo: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). Solo podemos venir al Padre por medio de Jesucristo (Juan 14:6). El mensaje del Libro de Mormón es venir a Cristo y perfeccionarnos en él (Moroni 10:30, 32). Antes de aparecer en las Américas, desde los cielos Cristo dijo: “Sí, en verdad os digo que si venís a mí, tendréis vida eterna. He aquí, mi brazo de misericordia se extiende hacia vosotros; y a cualquiera que venga, yo lo recibiré; y benditos son los que vienen a mí” (3 Nefi 9:14; énfasis agregado).

Todo esto muestra la consistencia interna de no solo el Libro de Mormón, sino también de la historia bíblica y la propia vida de José Smith. El libro es muy completo en sus temas y teología. Contiene demasiado para ser invento de José Smith. De hecho, es imposible que lo sacara de su propia mente.

Aunque Nefi no conocía el “sabio propósito” de Dios (1 Nefi 9:5), sus palabras transmiten la voluntad del Señor:

“Básteme decir que somos descendientes de José”.

Lecturas relacionadas

Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué las genealogías eran importantes para los pueblos del Libro de Mormón? (Jarom 1:1)“, KnoWhy 76.

Bradley, Don, “Piercing the Veil: Temple Worship in the Lost 116 Pages“, 2012 Fairmormon Conference.

Millet, Robert L., “The Influence of the Brass Plates on the Teachings of Nephi“, en Second Nephi, The Doctrinal Structure, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1989), 207–25.