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KnoWhy #125

¿Por qué los siervos de Lamoni presentaron los brazos de sus enemigos?

junio 2, 2017
KnoWhy #125
"Defending the Flocks" (Defendiendo el rebaño) por Brian C. Hales
“[Los siervos] se presentaron delante del rey llevando los brazos que Ammón había cortado con su espada, que eran los de aquellos que intentaron matarlo; y los llevaron al rey como testimonio de las cosas que habían hecho”
Alma 17:39

El conocimiento

Hugh Nibley observó: “Todo el asunto en las aguas de Sebús debe parecerle muy extraño a cualquier persona”1. Pocos detalles son más extraños, quizás, que imaginar a los siervos de Ammón trayendo un montón de brazos cortados para presentáserlos al rey. Ammón “no mató a nadie con la espada, salvo que fuera su líder” (Alma 17:38)2, pero “con su espada Ammón le cortaba el brazo” a cada uno aparentemente con un solo golpe (v.37)3. Los siervos entonces diligentemente “se presentaron delante del rey llevando los brazos… como testimonio de las cosas que habían hecho” (v.39).

Un lector reciente ha propuesto que los “brazos” deben interpretarse como armas4. En parte porque “la imagen de un siervo arrastrando una bolsa empapada de sangre por del piso del palacio del rey para mostrarle los sagrientos miembros amputados de sus enemigos parece algo poco realista”5. Sin embargo, un par de eruditos SUD señalaron hace mucho que “la práctica de cortar los brazos u otras partes del cuerpo de los enemigos, específicamente como un testimonio de la conquista de las víctimas, está atestiguada en el antiguo Cercano Oriente”6. Las partes del cuerpo cortadas (comúnmente cabezas o manos) serían entonces “enviadas como evidencia y trofeos del éxito” de un guerrero en la batalla.

Las representaciones antiguas7 muestran a los soldados “amontonándolos en señal de triunfo”, a fin de llevar una cuenta de todos los muertos o autorizar el pago a los mercenarios. Esto era, según los estudiosos bíblicos Cyrus Gordon y Gary Rendsburg, “un procedimiento rutinario a través de todo el antiguo Cercano Oriente” y “simbolizaba la victoria en la batalla”8. Recientes excavaciones arqueológicas en Egipto, encontraron pozos en las proximidades de un palacio de los Hicsos que contenían más de una docena de manos derechas, dichos pozos fueron declarados por el famoso arqueólogo y egiptólogo Manfred Bietak como evidencia de la ceremonia del “oro por valentía”, en la que los soldados presentaban las manos de los enemigos conquistados y recibían oro como recompensa9. Jueces 7:25 y 8:6 indican que los primeros israelitas se dedicaban a tales prácticas, que están bien atestiguadas en fuentes egipcias, cananeas y mesopotámicas10.

Templo de Medinet Habu, “Piles of Hands” (pilas de manos), foto de Steven C. Price, imagen a través de Wikimedia Commons.

Cambiando hacia el Nuevo Mundo11, en el Popul Vuh, las antiguas tradiciones de los mayas-quiché12, los míticos héroes gemelos luchan contra el pájaro-demonio Vucub Caquix. Durante el conflicto, uno de los gemelos intentó atrapar a Vucub Caquix, “pero en lugar de eso, Vucub Caquix arrancó el brazo” del gemelo, se fue a casa y “colgó el brazo” sobre el fuego, “hasta que [los gemelos] vinieron a recuperarlo”13. Esta historia está representada en la Estela 25 de Izapa, con el brazo cortado de un gemelo héroe, que data del 300 al 50 a. C.14. Una vasija clásica maya (ca. 250 d.C. –900 d.C.) también plasma un recipiente con brazos y otros restos humanos siendo ofrecidos a una deidad. Las antropólogas Ana Luisa Izquierdo y de la Cueva y María Elena Vega Villalobos afirman que esta escena es una representación de los “triunfos sobre los enemigos”15. Aunque son mitológicos, estos ejemplos probablemente reflejan verdaderas actitudes y prácticas mayas en la guerra y el conflicto.

Aunque mucho después del tiempo de Ammón, también hay algunos indicios de prácticas similares entre los aztecas16. En el relato de la conquista mexicana que dejó el conquistador Bernal Díaz, “los guerreros aztecas mantenían en alto los brazos cortados de las víctimas mientras se burlaban y amenazaban a los españoles y a sus aliados nativos que estaban a su alcance”17. Díaz declaró específicamente que los aztecas “les arrojaban piernas asadas de indios y los brazos de nuestros soldados” y se burlaban: “Coman la carne de… vuestros hermanos”18.

Como en el antiguo Cercano Oriente, estas fuentes aztecas y mayas describen que los brazos cortados de un enemigo eran como “un trofeo de su valentía”19. Las extremidades eran usadas para presumir su destreza como guerreros, burlarse de sus enemigos y demostrar su valentía y sus logros.

El porqué

A la luz de estas prácticas del antiguo Cercano Oriente y Mesoamérica, los siervos que llevan los brazos cortados al rey Lamoni como “testimonio” de los eventos que presenciaron parecen mucho menos fantasiosos que a primera vista. En cambio, parecería que “los asombrados siervos del rey Lamoni, quienes llevaron los brazos que Ammón había cortado al rey” estaban actuando convencionalmente, según la costumbre20. Como era de esperar, el montón de “trofeos de guerra” impresionó grandemente al rey Lamoni. Él “se asombró en extremo” hasta el punto de sospechar que Ammón era “algo más que un hombre” (Alma 18:2). Los criados estaban convencidos de que “los enemigos del rey no lo [podían] matar” (v.3).

La parte inusual de la historia es que el mismo Ammón no llevó los brazos al rey para probar que él era un gran guerrero. Como señalaron Robert L. Millet y Joseph Fielding McConkie: “Ammón, cuyo poder era enviado por los cielos, no buscó honor para sí mismo”21. Este hecho se hace aún más evidente al comprender el honor y la gloria que él pudo haber buscado con los brazos de sus enemigos como prueba de su gran fuerza. Como John Lundquist y John Welch consideran, “el hecho de que la evidencia fue presentada al rey, que podría haberle dado derecho a un pago, aumenta aún más el hecho de que Ammón no buscó reconocimiento ni recompensa”22.

Con este contexto en mente, las propias palabras de Ammón a su hermano Aarón toman mayor significado: “No me jacto de mi propia fuerza… sino que me gloriaré en mi Dios” (Alma 26:11-12). Ammón tuvo una gran oportunidad para jactarse de su propia fuerza después del episodio en las aguas de Sebús. En su lugar, Ammón siguió haciendo lo que le habían dicho, alimentando a los caballos del rey, lo cual impresionó aún más al rey Lamoni (Alma 18:9-11).

Las bendiciones del Señor fueron derramadas sobre Ammón porque él reconoció la mano de Dios en todas las cosas. Su humildad, combinada con el poderoso impacto de esos brazos como prueba innegable de su grandeza en sus expectativas culturales, contribuyó sin duda a que Ammón fuera capaz de “convertir a un rey y, a través de él, a un pueblo”23.

Otras lecturas

Bruce H. Yerman, “Ammon and the Mesoamerican Custom of Smiting Off Arms”, Journal of Book of Mormon Studies 8, no. 1 (1999): 44–47, 78–79.

John M. Lundquist and John W. Welch, “Ammon and Cutting Off the Arms of Enemies”, en Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1992), 180–181.

 

 

1. Hugh Nibley, The Prophetic Book of Mormon, The Collected Works of Hugh Nibley, Volume 8 (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and FARMS, 1989), 539. Véase las páginas 539-542 para el análisis de Nibley sobre este extraño suceso en el contexto de los deportes aztecas. Brant A. Gardner, Traditions of the Fathers: The Book of Mormon as History (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2015), 285–289 también analiza lo extraño del episodio y lo contextualiza con un trasfondo mesoamericano.
2. Esta es una interpretación conjeturada de Royal Skousen, ed., The Book of Mormon: The Earliest Text (New Haven, CT: Yale University Press, 2009), 342. La edición actual SUD dice que “solo a su cabecilla mató con la espada”. En el manuscrito impreso (la versión más antigua de este texto), “with t/his sword” (con esta/su espada) está escrito como una enmienda supralinear de José Smith en 1837. Véase Royal Skousen y Robin Scott Jensen, eds., Revelations and Translations—Volume 3, Part 1: Printer’s Manuscript of the Book of Mormon, 1 Nephi–Alma 35, The Joseph Smith Papers (Salt Lake City, UT: Church Historians Press, 2015), 446–447. Para entender las razones que da Skousen para enmendar el texto, véase Royal Skousen, Analysis of Textual Variants of the Book of Mormon, Part 3: Mosíah 17–Alma 20, The Critical Text of the Book of Mormon, Volume 4 (Provo, UT: FARMS, 2006), 1972–1975.
3. El historiador militar William J. Hamblin, escribiendo con Brent J. Merrill, describió la técnica requerida para cortar un brazo y concluyó: “La técnica de la espada de Ammón tiene mucho sentido”. William J. Hamblin y Brent J. Merrill, “Swords in the Book of Mormon,” en Warfare in the Book of Mormon, ed. Stephen D. Ricks y William J. Hamblin (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1990), 335–347, cita en la pág. 337, seguido por un análisis extenso de la afilada navaja de obsidiana macuahuitl usada en Mesoamérica en épocas precolombinas, esp. pág. 341. Brant A. Gardner, está de acuerdo Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 4:280, quien repite: “¿Un golpe de un macuahuitl podría cortar un brazo? Según un informe de Titulo C’oyoi, creado por Quiché durante la conquista española, el golpe de un macuahuitl cortó la cabeza de un caballo en algún momento durante la batalla entre 1523 y 1527. Ciertamente decapitar a un caballo hubiera sido más difícil que cortar el brazo humano”.
4. Véase por ejemplo, Alonzo L. Gaskill, Miracles of the Book of Mormon: A Guide to the Symbolic Messages (Springville, UT: Cedar Fort, 2015), 198–203; Alonzo L. Gaskill, “Ammon and the Arms of the Lamanites: Have we Been Misreading the Book of Mormon?” Restoration Studies 15 (2014): 82–94.
5. Gaskill, Miracles of the Book of Mormon, 202.
6. John M. Lundquist y John W. Welch, “Ammon and Cutting Off the Arms of Enemies,” en Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1992), 180.
7. C.L. Crouch, War and Ethics in the Ancient Near East: Military Violence in Light of Cosmology and History (Berlin: Walter de Gruyter, 2009), 120–121, señalan que en las representaciones en el antiguo Cercano Oriente, muchas cabezas “eran frecuentemente mostradas en lo alto en señal de triunfo” y “eran presentadas al rey” como “trofeos de guerra o prueba de éxito”.
8. Cyrus Gordon y Gary Rendsburg, The Bible and the Ancient Near East, 4th edition (Nueva York, NY: W.W. Norton, 1997), 179–180.
9. Manfred Bietak, Nicola Math, Vera Muller y Claus Jurman, “Report on the Excavations of a Hyksos Palace at Tell El-Dab c A/Avaris (23 de agosto-15 de noviembre de 2011)”, Egypt and the Levant 22/23 (2012/2013), 31–32; Manfred Bietak, “The Archaeology of the ‘Gold of Valour’”, Egyptian Archaeology 40 (2012): 42–43. Véase “Manos y brazos como trofeos de valentía: Ejemplos de la Arqueología”, artículo destacado de Central del Libro de Mormón
10. Véase Lundquist y Welch, “Ammon and Cutting Off the Arms”, 180–181; Gordon and Rendsburg, The Bible and the Ancient Near East, 179–180, 187 n.6; Crouch, War and Ethics in the Ancient Near East, 120–121.
11. Bruce H. Yerman, “Ammon and the Mesoamerican Custom of Smiting Off Arms”, Journal of Book of Mormon Studies 8, no. 1 (1999): 44–47, 78–79.
12. Generalmente datan de mediados del siglo XVI: “Muchos de los mitos delineados en el texto tienen antecedentes en el arte y las creencias religiosas de los pueblos de Mesoamérica que datan de unos dos mil años antes de la transcripción del manuscrito por sus autores K’iche’”. Allen J. Christenson, trans. and ed., Popol Vuh, The Mythic Sections—Tales of First Beginnings From the Ancient K’iche’-Maya, Ancient Texts and Mormon Studies, no. 2 (Provo, UT: FARMS, 2000), 25. Christenson después dice: “Hay un valor, por lo tanto, en la lectura cuidadosa del texto desde una perspectiva SUD, que revela conceptos teológicos antiguos vigentes entre los pueblos de Mesoamérica en un momento contemporáneo con la historia del Libro de Mormón” (pág. 25).
13. Christenson, Popol Vuh, The Mythic Sections, 59. Compare Dennis Tedlock, Popol Vuh, The Definitive Edition of the Mayan Book of the Dawn of Life and the Glories of Gods and Kings (Nueva York, NY: Simon and Schuster, 1986), 92.
14. Véase V. Garth Norman, Izapa Sculpture, Part 1: Album, NWAF Papers, no. 30 (Provo, UT: New World Archaeological Foundation, Brigham Young University, 1973), planchas 41–42; V. Garth Norman, Izapa Sculpture, Part 2: Text, NWAF Paper, no. 30 (Provo, UT: New World Archaeological Foundation, Brigham Young University, 1976), 132–137. Para fechar los monumentos de Izapan, Norman, Izapa Sculpture, Part 1, 1 los fecha entre el 300 a. C. y 250 d. C.. Sin embargo, los excavadores del sitio sostuvieron que lo más probable es que daten a principios de este período, probablemente entre el 300 y 50 a. C., con algunos que posiblemente datan a finales del 100 d. C. Véase Gareth W. Lowe, Thomas A. Lee Jr. y Eduardo Martinez Espinoza, Izapa: An Introduction to the Ruins and Monuments, NWAF Papers, no. 31 (Provo, UT: New World Archaeological Foundation, Brigham Young University, 1982), 23.
15. Ana Luisa Izquierdo y de la Cueva y Maria Elena Vega Villalobos, “El lugar del pavo ocelado entre las energías divinas del pensamiento maya”, PARI Journal 16, no. 4 (2016): 19. Gracias a Mark A. Wright por llevar esta publicación a la atención del equipo de Central del Libro de Mormón. Véase el post “Manos y brazos como trofeos de valentía: Ejemplos de la Arqueología”, artículo destacado de Central del Libro de Mormón.
16. Yerman, “Ammon and the Mesoamerican Custom of Smiting Off Arms”, 44–47.
17. Yerman, “Ammon and the Mesoamerican Custom of Smiting Off Arms”, 46.
18. Bernal Díaz del Castillo, The Discovery and Conquest of Mexico, 1517–1521, trans. A.P. Maudslay (London, Eng.: Broadway House, 1928), 570.
19. Yerman, “Ammon and the Mesoamerican Custom of Smiting Off Arms,” 47.
20. Lundquist y Welch, “Ammon and Cutting Off the Arms”, 180.
21. Robert L. Millet y Joseph Fielding McConkie, Doctrinal Commentary on the Book of Mormon, 4 vols. (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 1987–1992), 3:130.
22. Lundquist y Welch, “Ammon and Cutting Off the Arms”, 181.
23. D. Kelly Ogden y Andrew C. Skinner, Verse by Verse: The Book of Mormon, 2 vols. (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2011), 1:424.

Traducido por Central del Libro de Mormón