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KnoWhy #216

¿Por qué Jesús cita a Isaías 54?

septiembre 29, 2017
KnoWhy #216
Amanecer en la tierra de desolación, por James Fullmer
“Porque tu Hacedor, tu Marido, el Señor de los Ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel, será llamado el Dios de toda la tierra”
3 Nefi 22:5; Isaías 54:5

El conocimiento

Jesús, al concluir su gran discurso del convenio, citó a Isaías 54 en su totalidad (3 Nefi 22).1 Era costumbre en el antiguo Cercano Oriente concluir un convenio con las bendiciones prometidas. Como tal, Jesús parece haber citado el capítulo como un camino de bendiciones prometidas al final de su convenio con el pueblo. Al hacerlo, Él volvió a citar Isaías 54 a los nefitas, ayudándoles a aplicarlo directamente a sus propias circunstancias. Al comparar cuidadosamente Isaías 54 con las circunstancias de los nefitas, se puede ver cómo Isaías 54 pudo haber tenido un gran impacto en la audiencia de Cristo, mostrándoles las bendiciones que Dios les estaba prometiendo.

Isaías 54 comienza con una analogía sobre las mujeres y la esterilidad (3 Nefi 22:1, Isaías 54:1). La mujer antes desolada tendrá que “[ensanchar] el sitio de [su] tienda” con el propósito de acomodar a todos los niños que llevará en el futuro (v. 2).2 Isaías explicó que esto es simbólico de Israel, quien florecerá para que no haya espacio entre ellos (v. 3).3 Aunque Isaías originalmente se estaba dirigiendo a la gente de su tiempo, estos versículos probablemente habrían traído esperanza a los nefitas. Así como Israel prosperaría después de enfrentar el desastre y la desolación de la guerra, los nefitas también prosperarían después de los desastres que les habían sucedido en 3 Nefi 8.4 Ellos también debieron dispersarse nuevamente por la tierra y “habitaban” las ciudades que la destrucción dejó “desoladas”, como Isaías había dicho.

Entonces Isaías continuó con la imagen de la mujer estéril, diciendo a Israel que el dolor y la vergüenza del pasado serían borrados. Tal como una viuda puede volver a casarse con el hermano de su esposo, llamado “redentor”, así Israel algún día volvería a casarse simbólicamente con el Señor a través de los convenios, a pesar del sufrimiento del pasado (3 Nefi 22:4-6; Isaías 54:4-6).5 Para los nefitas, la vergüenza del pasado era reciente, pues habían rechazado el convenio con el Señor. Pero el Señor les aseguró que Él, “el Dios de toda la tierra” haría convenio con ellos también, a pesar de su rechazo a los convenios pasados (3 Nefi 22:5; Isaías 54:5).

Isaías entonces declaró que podría haber parecido que el Señor los había “abandonado” “por un momento… mas con misericordia eterna ” Él “tendr[ía] compasión” de ellos. Así como Cristo prometió que la tierra no sería destruida de nuevo por un diluvio,  Él prometió que no castigaría a Su pueblo de nuevo de una manera tan devastadora.6 Los mismos “montes” y “collados” que habían sido cubiertos por el diluvió de Noé acabarían desmoronándose hasta el polvo.7 Sin embargo, la “bondad” de los convenios de Dios, “no se apartará” de ellos, y “el convenio de [su] paz” nunca más “será quitado” (3 Nefi 22:7-10; Isaías 54:7-10).

Los nefitas pudieron haber sentido como si Dios los hubiera “dejado” cuando experimentaron la destrucción de muchas de sus ciudades. Las “montañas” literalmente se habían “partido” y los “cerros” literalmente se habían “movido” cuando la gran destrucción cayó sobre los nefitas (3 Nefi 8:9-12). Así estos versículos habrían enfatizado la verdadera naturaleza de los convenios de paz de Dios comparada con las montañas aparentemente permanentes.

Entonces Isaías dijo a aquellos que eran “azotad[os] por la tempestad” que su riqueza regresaría a ellos y sería aún mayor de lo que cualquiera podría imaginar (3 Nefi 22:11-12; Isaías 54:11-12).8 Para las personas que habían literalmente experimentado “una grande y horrenda tempestad” sabiendo que Dios reconstruiría sus vidas sería alentador (3 Nefi 8:6). 3 Nefi 22:13 (cf. Isaías 54:13) declara que “todos tus hijos serán instruidos por el Señor; y grande será la paz de tus hijos”. Cuando Isaías dijo que los hijos serían “instruidos por el Señor”, pudo haberse referido a que serían enseñados o instruidos acerca del Señor.9 Ser “instruidos por el Señor” fue exactamente lo que sucedió cuando Cristo estaba entre los nefitas (3 Nefi 17:11).10

Finalmente, Isaías declara que el pueblo sería establecido en justicia y paz, y que ningún enemigo extranjero o común triunfaría sobre ellos.11 El Señor fue quien creó al herrero que hace las armas y los soldados quienes las usan, por lo que Él ciertamente podría proteger a Su pueblo (3 Nefi 22:14-17; Isaías 54:14-17).12 Para una sociedad que había estado inmersa en la guerra y la rebelión por muchos años, y había sido completamente destruida, esta garantía de protección probablemente habría sido un alivio inimaginable.

El porqué

Nefi, el hijo de Lehi, dijo “comparé todas las Escrituras a nosotros mismos para nuestro provecho e instrucción” (1 Nefi 19:23). Sin embargo, para los lectores modernos del Libro de Mormón, relacionar las escrituras a ellos mismos puede parecer difícil de hacer. Afortunadamente en 3 Nefi 22, Jesús mismo mostró cómo se puede hacer esto.13 Cristo citó un capítulo de Isaías que les habría sido relevante a ellos en un nivel tanto literal como figurativo, mostrando a los nefitas cómo algunas partes de las escrituras se podrían conectar directamente a sus vidas.

Así, el uso de Cristo de las escrituras provee un patrón para los lectores del Libro de Mormón ahora en día. A menudo hay ocasiones donde los eventos descritos en las escrituras tienen una similitud con los eventos de la vida moderna. En esas ocasiones, Cristo parece sugerir que uno puede fácilmente “comparar” las escrituras directamente a su propia vida personal. Si uno se encuentra en un ambiente empresarial difícil, por ejemplo, la historia de Daniel lidiando con sus colegas puede ser instructiva (Daniel 6). Las súplicas de Isaías para ayudar al pobre parece que se escribieron ayer (Isaías 3). Para cualquiera que ha tomado una nueva responsabilidad y se siente abrumado, la experiencia de Pedro tomando el liderazgo de la iglesia cristiana antigua es alentadora (Hechos 1).

Cristo mostró a los nefitas y a todo el que lea el Libro de Mormón, que las escrituras se pueden aplicar directamente a ellos. Isaías 54 tenía por lo menos medio milenio de antigüedad y fue escrito en el antiguo mundo bajo circunstancias totalmente diferentes, cuando Jesús lo citó a los nefitas.14 Sin embargo, se aplican precisamente a sus circunstancias. De la misma manera, las escrituras aún pueden aplicarse directamente a los lectores modernos. Aunque parte de las escrituras fueron escritas en el pasado remoto, no son textos remotos.

Así como Isaías 54 se aplica directamente a los nefitas, aplica a los lectores de hoy. Aunque las bendiciones de Isaías 54 fueron prometidas a los nefitas, el Señor quiere que los lectores modernos vean que pueden reclamar todas estas bendiciones como suyas de acuerdo a su fidelidad. Cristo usó este capítulo como una conclusión del convenio: una promesa de bendiciones para los nefitas. Los lectores modernos pueden y deben reclamar estas bendiciones también.

Otras lecturas

Cynthia L. Hallen, “The Lord’s Covenant of Kindness: Isaiah 54 and 3 Nephi 22,” in Isaiah in the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry and John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 1998), 313–349.

Victor L. Ludlow, “The Father’s Covenant People Sermon: 3 Nephi 20:10–23:5,” in Third Nephi: An Incomparable Scripture, ed. Andrew C. Skinner and Gaye Strathearn (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2012), 147–174.

Joseph Fielding McConkie, “The Doctrine of a Covenant People,” in The Book of Mormon: 3 Nephi 8 Through 30, This is My Gospel, eds. Monte S. Nyman and Charles D. Tate, Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1993), 357–377.

 

1. Véase Book of Mormon Central, “¿Por qué Jesús combinó citas de Miqueas e Isaías? (3 Nefi 20:25)”, KnoWhy 214 (27 de septiembre, 2017).
2. Klaus Baltzer, Deutero-Isaiah: A Commentary on Isaiah 40–55, Hermeneia—A Critical and Historical Commentary on the Bible, trans. M Kohl (Minneapolis, MN: Fortress Press, 2001), 435–436.
3. Baltzer, Deutero-Isaiah, 437.
4. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Qué causó la oscuridad y destrucción en el año 34? (3 Nefi 8:20)”, KnoWhy 197 (4 de septiembre de 2017).
5. Baltzer, Deutero-Isaiah, 443–444.
6. Joseph Blenkinsopp, Isaiah 40–55: A New Translation with Introduction and Commentary, Anchor Bible Commentary, Volume 40 (New York, NY: Doubleday, 2002), 364.
7. Cynthia L. Hallen, “The Lord’s Covenant of Kindness: Isaiah 54 and 3 Nephi 22,” in Isaiah in the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry and John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 1998), 335.
8. Blenkinsopp, Isaiah 40–55, 365.
9. Baltzer, Deutero-Isaiah, 453.
10. Para más información sobre esto, véase el próximo KnoWhy de Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué los niños son tan prominentes en 3 Nefi? (3 Nefi 26:14)”, KnoWhy 220 (octubre 5, 2017).
11. Baltzer, Deutero-Isaiah, 456–457.
12. Baltzer, Deutero-Isaiah, 459.
13. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Cómo puede compararse Isaías 48-49 con la familia de Lehi? (1 Nefi 19:23)”, KnoWhy 23 (27 de enero de 2017).
14. Hay al menos una posibilidad, aunque remota, de que este capítulo de Isaías no estaba en las planchas de bronce y fue escrito después de que Lehi dejó Jerusalén. Si este es el caso, Cristo habría estado dando este capítulo a los nefitas por primera vez, como lo hizo con los capítulos en Malaquías. Para conocer más sobre este tema con respecto al Libro de Mormón, véase John W. Welch, “Authorship of the Book of Isaiah in Light of the Book of Mormon,” in Isaiah in the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry and John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 1998), 423–437; Kent P. Jackson, “Isaiah in the Book of Mormon,” in A Reason for Faith: Navigating LDS Doctrine and Church History, ed. Laura Harris Hales (Salt Lake City and Provo, UT: Deseret Book and Religious Studies Center, Brigham Young University, 2016), 69–78. Para una interpretación evangélica reciente sobre el asunto de la unidad y autoría de Isaías, véase Richard L. Schultz, “Isaiah, Isaiahs, and Current Scholarship,” in Do Historical Matters Matter to Faith? A Critical Appraisal of Modern and Postmodern Approaches to Scripture, ed. James K. Hoffmeier and Dennis R. Magary (Wheaton, IL: Crossway, 2012), 243–261.

Traducido por Central del Libro de Mormón