Perspectivas antiguas sobre Enós, Jarom, Omni, y Palabras de Mormón

Perspectivas antiguas sobre Enós, Jarom, Omni, y Palabras de Mormón

Perspectivas antiguas sobre Enós, Jarom, Omni, y Palabras de Mormón

marzo 26, 2020
Post contribuido por: Equipo BMC

Publicación proveniente del blog Studio et Quoque Fide, (sitio en inglés)

Esta semana, para el programa Ven, Sígueme estudiamos la corta serie de libros que llenan el vacío entre Nefi y Jacob (ambos miembros de la generación fundadora de los nefitas) y el Rey Benjamín (que reinó alrededor del año 476 después de que Lehi dejara Jerusalén). Naturalmente, a todos nos encantaría tener más información sobre este período intermedio. Es imposible llenar todos los huecos, pero como en otras partes del Libro de Mormón, me parece que mirar las perspectivas antiguas aporta una luz adicional a esta breve sección del registro nefita.

Así que aquí presentamos cuatro antiguas ideas en estos cuatro libros cortos, una para cada libro.

1. Enós: Alusión literaria antigua y juego de palabras

Enós comienza imitando la introducción de Nefi en 1 Nefi, pero modificándola de manera que en lugar de hacer un juego de palabras con Nefi (en egipcio “bueno”) mencionando “buenos padres”, hace un juego de palabras con Enós (en hebreo “varón”) refiriéndose a su padre como “varón justo” (Enós 1:1). El padre de Enós, por supuesto, era Jacob, llamado así por el patriarca Jacob. Es importante señalar esto porque va a hablar de la “lucha” que tuvo con Dios (Enós 1:2), recordando la lucha que tuvo el patriarca Jacob donde vio a Dios cara a cara (Génesis 32). Gran parte de la narrativa de Enós hace alusiones a la historia de la lucha de Jacob con Dios, e incluye varios juegos de palabras sobre el nombre Jacob. Enós concluye, “entonces veré su faz con júbilo” (Enós 1:27). Esto no solamente se vincula con la historia de Jacob viendo el rostro de Dios cuando lucha (Génesis 32:30), sino que también parece ser una alusión a Job 33:26, incluyendo un juego de palabras sobre su propio nombre—Enós (“varón”): “ver[á] su faz con placer : y él restituirá al hombre [enoš] su justicia”.

 

2. Jarom: Cambios en el arte de la guerra

En la época de Jarom -que fue entre el 400 y el 360 a.C. (Jarom 1:5,13), menciona que los nefitas “empeza[ron] a fortificar [sus] ciudades” y a fabricar “armas de guerra, sí, la flecha puntiaguda, y la aljaba, y el dardo, y la jabalina” (Jarom 1:7-8). Habían habido guerras con los Lamanitas desde los días de Nefi, así que, ¿qué estaba pasando en la época de Jarom que obligaría a los Nefitas a fortificar sus ciudades y específicamente a desarrollar varios tipos de armas de proyectiles?

Resulta que en Mesoamérica, alrededor del siglo IV a.C., la naturaleza de la guerra estaba cambiando. El aspecto militar se estaba profesionalizando, lo que llevó a la especialización de las armas y al aumento de las fortificaciones, exactamente lo que Jarom dijo que estaba ocurriendo entre los nefitas. Además, Jarom menciona tres tipos diferentes de armas de proyectiles: flechas, dardos y jabalinas. Las lanzas afiladas y mortíferas y otros proyectiles desarrollados por los olmecas fueron específicamente el tipo de “armas especializadas” que se extendieron en Mesoamérica hacia el siglo IV a.C., y de la misma manera en Mesoamérica hubo tres tipos diferentes de armas de proyectiles: flechas disparadas por un arco, dardos lanzados desde átlatls y lanzas impulsadas con la mano (es decir, jabalinas).

Los nefitas en los días de Jarom fueron evidentemente forzados a adaptarse a las más sofisticadas artes de guerra desarrolladas por sus culturas circundantes y la amenaza que tales desarrollos representaban para sus ciudades.

 

3. Omni: La piedra grande de Coriántumr

Cuando los nefitas se encuentran con el pueblo de Zarahemla, traen a Mosíah una “piedra grande”, que fue grabada con escritos de Coriántumr – el último rey jaredita – hablando de la gran guerra que se libró durante su reinado y también discutiendo sobre sus antepasados hasta los orígenes de los jareditas (Omni 1:20-22). Basado en la descripción dada en el Libro de Mormón, parece que están describiendo lo que un erudito de hoy llamaría una estela. Los antiguos mayas las llamaban lakam-tuun, un término que literalmente se traduce como “piedra grande”. Las estelas en la antigua Mesoamérica típicamente conmemoraban al rey, a menudo representándolo como un guerrero, documentaban sus logros o acciones y enumeraban a sus ancestros. Esto es ampliamente consistente con la estela de Coriántumr. Es interesante que la práctica evidentemente comenzó a finales de la época olmeca, lo que corresponde cronológicamente con los últimos días de los jareditas.

 

4. Palabras de mormón: Una presentación tardía

Una vez que finalmente terminamos de leer las planchas menores, recibimos una breve nota editorial de Mormón explicando lo que son estas “planchas menores” y por qué incluyó este material con el resto de su registro (Palabras de Mormón 1:1-11). En otras palabras, Mormón presenta las planchas menores a sus lectores, lo que parece una cosa extraña de hacer al final, en lugar del principio. La portada, que está impresa en la parte delantera del Libro de Mormón hoy en día, estaba también al final de las planchas pero en la última hoja, de acuerdo con José Smith. Podría parecer extraño que Mormón (con Palabras de Mormón) y Moroni (con la portada) colocaron introducciones al final de estos registros, pero es consistente con una práctica del Antiguo Cercano Oriente conocida como suscriptio, donde la información como el título de una obra y el nombre del autor se coloca al final del texto, en lugar del principio.

 

Pensamientos finales

Como siempre, hay mucho más que podría decirse sobre cada una de estas ideas, y hay muchas ideas adicionales que se podrían obtener leyendo Enós, Jarom, Omni, y Palabras de Mormón desde una perspectiva antigua. Pero espero que estos breves comentarios sean útiles para ustedes al estudiar estos cortos pero interesantes libros esta semana.

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