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KnoWhy #424

La ley de Moisés enseña acerca de la expiación

septiembre 11, 2018
KnoWhy #424
Imagen representando "The Crucifixion" (La crucifixión) por Harry Anderson e ilustración por 2dmolier a través de Adobe Stock
Imagen representando "The Crucifixion" (La crucifixión) por Harry Anderson e ilustración por 2dmolier a través de Adobe Stock
“Y he aquí, este es el significado entero de la ley, pues todo ápice señala a ese gran y postrer sacrificio; y ese gran y postrer sacrificio será el Hijo de Dios”.
Alma 34:14

El conocimiento

La ley de Moisés se puede ver, en ocasiones, que tiene poca de relevancia para el mundo de hoy. Sus reglas detalladas con respecto a todo tipo de sacrificio animal (Levítico 1) y la manera de recubrir las casas (Levítico 14:42) pueden parecer extrañas para los lectores modernos. Afortunadamente, el Libro de Mormón provee una solución a este problema: leer la ley de Moisés con Cristo en mente.

Jacob 4:4–5 explica que “con este fin guardamos la ley de Moisés, dado que orienta nuestras almas hacia él; y por esta razón se nos santifica como obra justa, así como le fue contado a Abraham en el desierto el ser obediente a los mandamientos de Dios al ofrecer a su hijo Isaac, que es una semejanza de Dios y de su Hijo Unigénito”.1 Tal como el sacrificio de Isaac señala al sacrificio del Hijo de Dios, Jacob creía que el resto de la ley de Moisés también señala a la expiación de Cristo.2

El versículo al que Jacob hace referencia aquí es Moisés 5:7, el cual apoya esta interpretación. En este versículo, un ángel explicó a Adán que el sacrificio de los animales es “una semejanza del sacrificio del Unigénito del Padre, el cual es lleno de gracia y de verdad”. Amulek también testificó que “este es el significado entero de la ley, pues todo ápice señala a ese gran y postrer sacrificio; y ese gran y postrer sacrificio será el Hijo de Dios” (Alma 34:14, énfasis añadido).

Si los nefitas pensaban que cada aspecto de la ley de Moisés señalaba a Cristo, esto plantea la pregunta: ¿hay algún ejemplo concreto de cómo los nefitas conectaron la ley de Moisés a Cristo? Un posible ejemplo se encuentra en Alma 30:2-3: “[D]espués que hubieron sepultado a sus muertos, y también después de los días de ayuno, de llanto y de oración… empezó a haber continua paz por toda la tierra. Sí, y el pueblo se esforzaba en guardar los mandamientos del Señor; y obedecía estrictamente las ordenanzas de Dios, según la ley de Moisés”.

De acuerdo con Números 19:16, “cualquiera que en campo abierto toque un muerto a espada”, incluyendo aquellos que enterraban a los muertos, eran impíos por una semana. La declaración de Mormón acerca de “los días de ayuno, de llanto y de oración” sugiere que había un número de días fijos asignados para esto. Esto podría haber sido la semana de impureza mencionada en Números. Cuando esa semana de purificación ritual terminaba, la ley de Moisés dice que una persona debía lavarse con agua mezclada con cenizas de una vaca completamente roja (Números 19:2-6, 17-18)

La referencia a la ley de Moisés en Alma 30:3, inmediatamente después de la descripción que Mormón da de la práctica de sepultura nefita sugiere que los nefitas de hecho observaban este ritual, aunque posiblemente de una forma ligeramente modificada, ya que una vaca rojiza habría sido difícil de conseguir en las Américas.3 Pero ¿qué tienen que ver un animal rojo, los cuerpos muertos y el agua de ceniza con Cristo?

Números 19:2 manda al sacerdote sacrificar una vaca rojiza como parte de este ritual de purificación. De acuerdo con Mosíah 3:7, Cristo sangró por cada poro de su cuerpo cuando expió nuestros pecados, lo cual lo habría puesto completamente rojo de la cabeza a los pies.4 Cuando los sacerdotes quemaban la vaca rojiza, arrojaban la madera de cedro, hisopo y escarlata al fuego con el sacrificio (Números 19:6). Aunque nadie conoce de qué tipo de madera era la cruz de Cristo, el cedro es una opción muy probable.5 Juan 19:29 registra que a Cristo se le dió algo de tomar en un palo de hisopo mientras estaba en la cruz, y Mateo 27:28 declara que a Él se le dio una túnica escarlata justo antes de que fuera enviado a ser crucificado.6

Finalmente, la vaca rojiza era sacrificada fuera del campamento (véase Números 19:3). Cristo, también fue sacrificado fuera de los muros de Jerusalén, como se menciona en el Nuevo Testamento: “Porque los cuerpos de aquellos animales, cuya sangre, por el pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta de la ciudad” (Hebreos 13:11-12).

El porqué

Las similitudes entre el sacrificio y la vaca rojiza y la expiación de Cristo nos enseñan que, sin importar por lo que hayamos pasado, Cristo puede limpiarnos nuevamente. A lo largo del resto de Alma 30, Korihor insiste que todas las profecías acerca de Cristo son falsas. Sin embargo, la yuxtaposición de una de las partes más obviamente cristianas de la ley de Moisés y la negación de Korihor de Cristo muestra lo ridícula que es esta afirmación. También sugiere que Números 19 era un capítulo de la ley de Moisés en la cual los nefitas vieron clara y distintivamente el sacrificio de Cristo, años antes de que Él naciera.

En el mundo de hoy, los cristianos ofrecen “un corazón quebrantado y un espíritu contrito” en lugar de sacrificar animales (3 Nefi 9:20). Pero el leer la ley de Moisés de la manera en que los nefitas lo hicieron, teniendo en cuenta a Cristo, puede ayudarnos a encontrar significado en las Escrituras que parecen no estar relacionadas con la vida moderna. Si la ley de Moisés puede enseñarnos acerca de Cristo, entonces vale la pena estudiarlo cuidadosamente, incluso hoy.

El élder Jeffrey R. Holland ha declarado que “las más claras y preciosas de todas las verdades perdidas… del Antiguo Testamento, son las declaraciones claras e inequívocas de la misión de Jesucristo”.7 Por último, él asegura: “[E]l propósito más elevado del Libro de Mormón es el de restaurar a toda la familia de Dios ese conocimiento crucial del papel de Cristo en la salvación de cada hombre, mujer y niño que vive, que ha vivido o que viva sobre la tierra”.8

El Libro de Mormón nos permite comprender la función crucial de Cristo de una manera profunda y hermosa. Cuando leemos la ley de Moisés de la manera en que lo hicieron los nefitas y vemos a Cristo en cada versículo, la ley de Moisés puede convertirse en una fuente casi ilimitada de comprensión del poder de la expiación de Cristo en nuestras vidas.

Otras lecturas

Hugh Nibley, “The Sacrifice of Isaac“, Nibley on the Timely and the Timeless: Classic Essays of Hugh W. Nibley (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 2004), 143–161.

Élder Jeffrey R. Holland, Cristo y el Nuevo Convenio (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2002), 5–7.

 

1. La explicación de Jacob sobre el significado del sacrificio de Isaac no se encuentra en el Antiguo Testamento, pero hay algo de conocimiento que es similar el cual se expresa en el Nuevo Testamento. El título “unigénito” en Hebreos 11 se refiere a Isaac con una referencia implícita de Cristo, mientras que en Jacob 4, el título utilizado hace referencia directa a Jesucristo. Hebreos 11:17 declara: “Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su unigénito”.
2. Book of Mormon Central en Español, “¿Cómo el sacrificio de Isaac ayuda a comprender la expiación? (Jacob 4:5)”, KnoWhy 412 (21 de agosto de 2018).
3. Para una discusión preliminar sobre esto, véase Brant A. Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon, 6 vols. (Salt Lake City, UT: Greg Kofford Books, 2007), 4:405.
4. La vaca rojiza simbolizaba la sangre. Véase Baruch A. Levine, Numbers 1–20: A New Translation with Introduction and Commentary, Anchor Bible Commentary, Volume 4A (New York, NY: Doubleday, 1993), 460.
5. El cedro crece en Israel y las primeras tradiciones judías sugieren que la cruz fue hecha, al menos en parte, de cedro. Véase “Wednesday Matins of the Fourth Week of Lent, Ode 7,” Lenten Triodion.
6. Algunos de los primeros escritores cristianos hicieron esta conexión también. Véase Caroll Stuhlmueller y John J. Collins, eds., The Catholic Study Bible: New American Bible (New York, NY: Oxford University Press, 1990), 164.
7. Élder Jeffrey R. Holland, Cristo y el nuevo convenio (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2002), 7.
8. Holland, Cristo y el nuevo convenio, 7.

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Referencia a las escrituras

Traducido por Central del Libro de Mormón