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KnoWhy #423

¿Es realista la representación de guerra de guerrillas en el Libro de Mormón?

septiembre 10, 2018
KnoWhy #423
Zeniff Battle (La batalla de Zeniff) por James Fullmer, adaptación de Book of Mormon Central
Zeniff Battle (La batalla de Zeniff) por James Fullmer, adaptación de Book of Mormon Central
“Y cometían asesinatos y robos; y entonces se refugiaban en las montañas, y en el desierto, y en parajes secretos, ocultándose para que no los descubriesen, aumentando sus números diariamente a causa de que había disidentes que se unían a ellos”.
Helamán 11:25

El conocimiento

En muchos sentidos, el estilo de guerra descrito en el Libro de Mormón es bastante diferente al tipo de guerra común para la mayoría de los norteamericanos en los días de José Smith.[1] Un ejemplo notable es el relato real de la guerra de guerrillas que se encuentra en el libro de Helamán y 3 Nefi.

Durante el siglo XIX, era común esperar que las tropas opositoras se pusieran en filas para la batalla y que así combatieran con todo en un campo de batalla. La guerra de guerrillas, por otro lado, opera sobre los principios de sigilo, sorpresa, campamentos ocultos, escaramuzas de pequeña escala, retiradas estratégicas, terreno favorable y—de manera importante—propaganda. Este tipo de tácticas, aunque extraño e incluso vergonzoso para el pensamiento del siglo XIX, fue utilizado repetidamente por los ladrones de Gadiantón del Libro de Mormón.

Al igual que muchos otros revolucionarios, los ladrones de Gadiantón comenzaron como un grupo político marginado.[2] Después de que “la voz del pueblo” se opuso a ellos y se descubrió su banda secreta, “huyeron de la tierra, por un camino secreto, al desierto” (Helamán 2:2, 11). Años más tarde, los nefitas disidentes revivieron “los planes secretos” y comenzaron a librar una guerra extendida con los nefitas (Helamán 11:26).[3]

Se nos dice que “cometían asesinatos y robos; y entonces se refugiaban en las montañas, y en el desierto, y en parajes secretos, ocultándose para que no los descubriesen, aumentando sus números diariamente a causa de que había disidentes que se unían a ellos” (Helamán 11:25). Como es el caso en la mayoría de ejemplos históricos, la táctica de guerrilla de golpear y correr que utilizaban los ladrones funcionaba excepcionalmente bien en contra de los nefitas más estacionarios y con sus ejércitos regulares (Helamán 11:27-33).

Al reconocer los claros paralelos de la historia militar moderna, Daniel Peterson señaló:

Como aquellos que más tarde enfrentarían las insurgencias marxistas en Cuba, China y Vietnam, las autoridades nefitas y lamanitas tuvieron que hacer algo. No podían simplemente sentarse y tolerar las depredaciones que los enemigos gadiantones practicaban sobre ellos. Pero ellos aprenderían, como lo harían los franceses, los norteamericanos, Batista y Zaldívar, Chiang Kai-shek y el general Westmoreland, que las fuerzas de guerrilla son extremadamente difíciles de vencer y virtualmente imposible de desplazar de su territorio elegido.[4]

Los ladrones no solamente fueron difíciles de desarraigar militarmente, sino que fueron difíciles de contrarrestar políticamente. De acuerdo con el historiador militar y general de brigada Samuel Griffith: “[L]os líderes de guerrillas pasan mucho más tiempo en el trabajo de organización, instrucción, agitación y propaganda que luchando, ya que su trabajo más importante es ganarse a las personas”.[5] Este programa está claramente presente en el comportamiento de los ladrones de Gadiantón. En algunas ocasiones parecía que habían “desaparecido” (Helamán 11:10), pero aparentemente solo estaban esperando el momento oportuno, integrándose entre la gente, promoviendo secretamente su causa y reclutando disidentes hasta que tuvieran suficiente apoyo para emprender otra insurgencia prometedora (vv. 24-34).

En un vistazo de primera mano se puede ver la inteligencia política de la banda de Gadiantón en una carta de uno de sus líderes, Giddiani. Su epístola a Laconeo intenta halagar e intimidar al gobernador nefita y a sus soldados.[6] Después de invitar a los nefitas a “uni[rse] a [ellos], y [familiarizarse] con [sus] obras secretas”, Giddiani amenazó con destruirlos completamente dentro de un mes si no se sometían (3 Nefi 3:7-8). Sin embargo, como un número de fuerzas de guerrilla a lo largo de la historia, estos ladrones hicieron una transición rápida a tácticas de batallas.[7]

El primer impulso de los nefitas fue “caer sobre los ladrones y destruirlos en sus propias tierras” (3 Nefi 3:20). Pero su capitán en jefe profético, Giddiani, les advirtió que tal decisión les conduciría a un desastre—tanto militar como espiritualmente. En cambio, él propuso: “[N]os prepararemos en el centro de nuestras tierras y reuniremos a todos nuestros ejércitos; y no saldremos en contra de ellos, sino que esperaremos hasta que vengan contra nosotros” (v. 21). Esto también involucró reunir sus alimentos y animales, dejando sus tierras completamente desoladas, con el propósito de aguantar el asedio (v. 22).

Esta táctica revirtió la estrategia que los ladrones habían estado utilizando en contra de los nefitas todo el tiempo. De acuerdo con Peterson: “Giddiani habría forzado a los ejércitos de Gadiantón a atacar a los nefitas en sus propias fortalezas. Las ciudades fortificadas nefitas tomarían efectivamente el lugar en los campamentos de montaña. … Al ceder territorio en una ‘estrategia [clásica] de retirada’, él estaba ‘atrayendo al enemigo en lo profundo’ (tomando una frase de Mao)”.[8] Los ladrones se quedaron sin comida, no pudieron sitiar la ciudad y perdieron la batalla de manera definitiva (3 Nefi 4:1-14).

El porqué

En los principios básicos así como también en las sutilezas matizadas, la representación de la guerra de guerrilla en el Libro de Mormón es increíblemente auténtica.[9] Peterson lo describe como “un complejo totalmente creíble y coherente de comportamiento y respuestas militares”.[10] Esta característica del Libro de Mormón es especialmente notable porque está muy fuera de lugar viniendo de un granjero del siglo XIX como José Smith.

Mientras que los ejemplos de estilos de tácticas de guerrillas han sido utilizados por diferentes grupos militares a lo largo de la historia, “solamente en nuestro siglo han sido sistematizados en términos teóricos formales”.[11] De acuerdo con Peterson, la guerra de guerrilla que se muestra en el Libro de Mormón:

…va considerablemente más allá de lo que José Smith hubiera podido crear con su propia imaginación. No es simplemente la representación precisa de la guerra irregular del Libro de Mormón que es extraña para José y su ambiente. Sus narrativas de guerras realistas y totalmente poco románticas no parecen, me parece claro, venir de la mente de ese José Smith, quien, mientras aborrecía la batalla real, amaba los desfiles y esplendores militares, disfrutaba su comisión como teniente general de la legión de Nauvoo y, uniformado elegantemente en azul y oro, nada le gustaba más que revisar a las tropas mientras montaba sobre su semental negro, Charlie.[12]

En otra ocasión, Peterson señaló que en “las representaciones que el Libro de Mormón da de los ladrones de Gadiantón encontramos descripciones detalladas y realistas de una prolongada lucha de guerrilla—ausente de cualquier romanticismo, uniformes, encanto o desfiles, sino que coincide notablemente bien con la conducta actual de tal conflicto convencional”.[13]

Estos hallazgos proveen una buena evidencia de que José Smith fue un verdadero profeta. También indica que el registro del Libro de Mormón sobre las combinaciones secretas y sus esfuerzos de guerrillas para desestabilizar y destruir gobiernos no es una fábula. De hecho, estamos viendo que se desarrolla de nuevo ante nuestros ojos mientras grupos terroristas en todo el mundo buscan secretamente reclutar ejércitos y derribar gobiernos. Con respecto al conflicto de los nefitas con los ladrones, el profesor de ciencias políticas Ray C. Hillam ha señalado: “No fue simplemente un combate de armas, sino de ideas”.[14] Lo mismo es cierto también en nuestros días.

Si el objetivo moderno más importante de los ladrones de Gadiantón es, como Griffith lo dice, “ganarse a la gente”, entonces hay algo que cada uno de nosotros puede hacer.[15] Podemos unirnos, vivir el evangelio y compartir su gozo y bondad con el mundo. Porque, como aprendemos en Alma 31, la palabra de Dios “había surtido un efecto más potente en la mente del pueblo que la espada o cualquier otra cosa que les había acontecido” (Alma 31:5).

Otras lecturas

John W. Welch y Kelly Ward, “Thieves and Robbers“, en Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1992), 248–249.

Daniel C. Peterson, “The Gadianton Robbers as Guerrilla Warriors“, en Warfare in the Book of Mormon, ed. Stephen D. Ricks y William J. Hamblin (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1990), 146–173.

Ray C. Hillam, “The Gadianton Robbers and Protracted War“, BYU Studies Quarterly 15, no. 2 (1975): 215–224.


[1] Véase Stephen D. Ricks y William J. Hamblin, eds., Warfare in the Book of Mormon (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1990).

[2] Para conocer un estudio de grupos similares, véase Kent P. Jackson, “Revolutionaries in the First Century”, en Masada and the World of the New Testament, ed. John F. Hall y John W. Welch (Provo, UT: BYU Studies, 1997), 129–140; John W. Welch, “Legal and Social Perspectives on Robbers in First Century Judea”, en Masada and the World of the New Testament, 141–153; John W. Welch y John F. Hall, Charting the New Testament (Provo, UT: FARMS, 2002), tablas 3–12; Daniel C. Peterson, “Exploratory Notes on the Futuwwa and Its Several Incarnations“, en Bountiful Harvest: Essays in Honor of S. Kent Brown, ed. Andrew C. Skinner, D. Morgan Davis y Carl W. Griffin (Provo, UT: Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2011), 287–312.

[3] Para más información sobre los ladrones de Gadiantón y sus combinaciones secretas, véase David R. Benard, John W. Welch y Daniel C. Peterson, “Secret Combinations“, en Reexploring the Book of Mormon: A Decade of New Research, ed. John W. Welch (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y FARMS, 1992), 227–229; John W. Welch y Kelly Ward, “Thieves and Robbers“, en Reexploring the Book of Mormon, 248–249; Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué el Libro de Mormón utiliza la frase ‘combinaciones secretas’?” KnoWhy 377 (12 de junio de 2018).

[4] Daniel C. Peterson, “The Gadianton Robbers as Guerrilla Warriors“, en Warfare in the Book of Mormon, 152.

[5] Samuel B. Griffith, trans., Mao Tse-tung on Guerrilla Warfare (U.S. Marine Corps, 1989), 8.

[6] Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué fue Giddiani tan educado (3 Nefi 3:2)?“, KnoWhy 190 (24 de agosto de 2017).

[7] Véase Peterson, “The Gadianton Robbers as Guerrilla Warriors“, 158–162.

[9] Véase también, Book of Mormon Central en Español, “¿Qué tan realistas son las estrategias de batalla nefita? (Alma 56:30)“, KnoWhy 164 (19 de julio de 2017).

[13] Daniel C. Peterson, “Not Joseph’s, and Not Modern“, en Echoes and Evidences of the Book of Mormon, ed. Donald W. Parry, Daniel C. Peterson y John W. Welch (Provo, UT: FARMS, 2002), 197.

[14] Ray C. Hillam, “The Gadianton Robbers and Protracted War“, BYU Studies Quarterly 15, no. 2 (1975): 221.

[15] Griffith, trans., Mao Tse-tung on Guerrilla Warfare, 8.

 

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Referencia a las escrituras

Traducido por Central del Libro de Mormón