En 3 Nefi 1, versículo 14, ¿Qué querrá decir con cumplir la voluntad del Hijo a causa de la carne?
Israel López

En 3 Nefi 1, versículo 14, ¿Qué querrá decir con cumplir la voluntad del Hijo a causa de la carne?

En 3 Nefi 1, versículo 14, ¿Qué querrá decir con cumplir la voluntad del Hijo a causa de la carne?

marzo 14, 2018
Por Noé Correa

Como en todo, hay muchas maneras de entender las escrituras de acuerdo con lo que sabemos. Lo siguiente es solo una manera de entender lo que dice 3 Nefi 1:14. El versículo dice:

“He aquí, vengo a los míos para cumplir todas las cosas que he dado a conocer a los hijos de los hombres desde la fundación del mundo, y para hacer la voluntad así la del Padre como la del Hijo: la del Padre por causa de mí, y la del Hijo POR CAUSA DE MI CARNE. He aquí, ha llegado el momento y esta noche se dará la señal”. (Énfasis añadido)

Hay una respuesta sencilla y otra más detallada. La sencilla es que se refiere simplemente a la misión mortal del Hijo de Dios.

Para empezar una explicación detallada basada en el mismo Libro de Mormón, primero debemos ver de qué manera se usa el término “carne” y qué es lo que representa. Para este tema, vemos que hay dos frases parecidas: “causa de la carne” y “según la carne”.

Los profetas del Libro de Mormón, y Nefi en particular, usó estas frases para describir su (nuestro) estado imperfecto, rodeado de pecado.

1 Nefi 19:6:

“…no que quiera excusarme por causa de otros hombres, sino por motivo de la debilidad que hay en mí, según la carne, quiero disculparme”.

Y 2 Nefi 4:17, 27:

“Sí, mi corazón se entristece a causa de mi carne. Mi alma se aflige a causa de mis iniquidades…

“Y, ¿por qué he de ceder al pecado a causa de mi carne?”

Incluso, Jesucristo también ha dicho: “[El] espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (Marcos 14:38).

Pablo también dijo: “[Y] libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo como humano, por la debilidad de vuestra carne” (Rom 6:18-19).

Sabemos que Jesucristo vino a la tierra, tomó carne sobre sí, pero su experiencia fue muy distinta porque nunca cedió al pecado.

En el Libro de Mormón, podemos ver toda su misión cumplida con el uso de la frase “según la carne”.

SU NACIMIENTO

1 Nefi 11:18

“Y me dijo: He aquí, la virgen que tú ves es la madre del Hijo de Dios, SEGÚN LA CARNE”. (Énfasis añadido)

SU OBEDIENCIA AL PADRE

2 Nefi 31:7

“¿No sabéis que era santo? Mas no obstante que era santo, él muestra a los hijos de los hombres que, SEGÚN LA CARNE, él se humilla ante el Padre, y testifica al Padre que le sería obediente al observar sus mandamientos”. (Énfasis añadido)

SU EXPERIENCIA MORTAL Y LA EXPIACIÓN

Alma 7:11-13

“Y él saldrá, sufriendo dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases; y esto para que se cumpla la palabra que dice: Tomará sobre sí los dolores y las enfermedades de su pueblo. Y tomará sobre sí la muerte, para soltar las ligaduras de la muerte que sujetan a su pueblo; y sus debilidades tomará él sobre sí, para que sus entrañas sean llenas de misericordia, SEGÚN LA CARNE, a fin de que SEGÚN LA CARNE sepa cómo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las debilidades de ellos. Ahora bien, el Espíritu sabe todas las cosas; sin embargo, el Hijo de Dios padece SEGÚN LA CARNE, a fin de tomar sobre sí los pecados de su pueblo, para borrar sus transgresiones según el poder de su liberación”. (Énfasis añadido)

SU MUERTE Y RESURRECCIÓN

2 Nefi 2:8

Por lo tanto, cuán grande es la importancia de dar a conocer estas cosas a los habitantes de la tierra, para que sepan que ninguna carne puede morar en la presencia de Dios, sino por medio de los méritos, y misericordia, y gracia del Santo Mesías, quien da su vida, SEGÚN LA CARNE, y la vuelve a tomar por el poder del Espíritu, para efectuar la resurrección de los muertos, siendo el primero que ha de resucitar. (Énfasis añadido)

Aquí podemos ver la misión completa de nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios.

El élder Neal A. Maxwell (1926–2004), del Quórum de los Doce Apóstoles, escribió sobre este tema:

“Él lo sabe por experiencia personal y real, no solamente porque sufrió nuestros dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases durante Su segundo estado, sino porque tomó sobre Sí nuestros pecados y también nuestros dolores y enfermedades. (Véase Alma 7:11–12.) Por lo tanto, Él conoció, no en lo abstracto sino en lo real, ‘según la carne’, la totalidad del sufrimiento humano. Llevó nuestras enfermedades antes de que nosotros las padeciéramos. Él sabe perfectamente bien cómo socorrernos. No le podemos enseñar nada sobre el dolor, las tentaciones ni la aflicción, ya que Él aprendió ‘según la carne’, ¡y Su triunfo fue total!” (We Will Prove Them Herewith, 1982, pág. 46).

Además de su misión mortal, vemos que la escritura en cuestión también habla de uno de dos papeles que cumple Jesucristo. Si regresamos a 3 Nefi 1:14, vemos que la voluntad cumplida “por causa de [su] carne” es la del Hijo. O sea, los hijos somos los que Dios el Padre ha mandado a este mundo a recibir un cuerpo de carne. El libro de Hebreos lo explica bien:

“Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir, mediante la muerte, al que tenía el imperio de la muerte, a saber, al diablo” (Hebreos 2:14).

Los hijos participamos de carne y sangre en esta vida mortal, lo cual también hizo Jesucristo. Pero 3 Nefi 1:14 también dice que vino “para hacer la voluntad así la del Padre como la del Hijo: la del Padre por causa de mí”. Necesitamos recordar que como Jehová (el Cristo premortal) él representaba al Padre Celestial y, por ende, se le dice “padre” también. “Y se llamará Jesucristo, el Hijo de Dios, el Padre del cielo y de la tierra, el Creador de todas las cosas desde el principio” (Mosíah 3:8). Decir que será llamado así, significa que ha sido apartado, designado, investido, etc. para cumplir ese papel. Como Jehová, él hacia la voluntad del Padre Celestial representándolo y la seguía cumpliendo en el momento que habló en 3 Nefi 1:14 antes de venir a la tierra. Como dijo, al día siguiente ya estaría él en el mundo con un cuerpo de carne y sangre, cumpliendo la voluntad de un hijo mortal (3 Nefi 1:13). Así Jesucristo es el Padre y el Hijo, representante del Padre Celestial como Jehová (Padre) y Jesucristo nacido de María (Hijo).

Pedro también nos enseña algo similar. Después de citar el Salmo 110:1 (“Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra”; cf. Hechos 2:34), Pedro dice cómo el Padre Celestial había apartado a Jesucristo para ser ambos Jehová y el Rey Mesías mencionado en Salmo 110: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Hechos 2:36). Necesitamos entender de dónde Pedro sacó los títulos “Señor” y “Cristo”. En el Nuevo Testamento, “Señor” es la traducción de “Jehová” (Hechos 2:34; cf. Salmo 110:1). En Salmo 110:1, “mi señor” se refiere al rey sacerdote. Aunque no lo dice explícitamente, se trata del rey Mesías (Salmo 110:4; Hebreos 7:20-22). “Mesías” es hebreo. En griego, el idioma del Nuevo Testamento, se dice “Cristo”. Cristo significa Mesías, el ungido. Por lo tanto, de acuerdo con Pedro, Dios el Padre hizo que Jesús fuera Jehová (Señor) y también el Cristo. Son dos papeles que cumplió y sigue cumpliendo Jesucristo (véase Jared T. Parker, “Abinadi on the Father and the Son: Interpretation and Application,” en Living the Book of Mormon: Abiding by Its Precepts, ed. Gaye Strathearn y Charles Swift [Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University; Salt Lake City: Deseret Book, 2007], 136–50).

Podemos ahora entender Mosíah 15. Ahí Abinadí dice que ”Dios mismo descenderá”. ¿Quién? Jehová Dios que será llamado “padre”. Estando en carne, hará la misión de un hijo de Dios, o sea, el mismo Hijo del Padre Celestial.

Mosíah 15:1-5

“Y luego les dijo Abinadí: Quisiera que entendieseis que DIOS MISMO DESCENDERÁ entre los hijos de los hombres, y redimirá a su pueblo. Y PORQUE MORARÁ EN LA CARNE, SERÁ LLAMADO el Hijo de Dios, y habiendo sujetado la carne a la voluntad del Padre, siendo el Padre y el Hijo, el Padre porque fue concebido por el poder de Dios; y el Hijo, POR CAUSA DE LA CARNE; por lo que llega a ser el Padre e Hijo; y son un Dios, sí, el verdadero Padre Eterno del cielo y de la tierra. Y así la carne, habiéndose sujetado al Espíritu, o el Hijo al Padre, siendo un Dios, sufre tentaciones, pero no cede a ellas, sino que permite que su pueblo se burle de él, y lo azote, y lo eche fuera, y lo repudie”. (Énfasis añadido)

Una vez más, vemos que es “el Padre porque fue concebido por el poder de Dios”. ¿Concebido por quién? Por Dios el Padre Celestial. Por haber sido apartado por el Padre Celestial, también se le llama “padre”. Y por motivo de que “morará en la carne, será llamado el Hijo de Dios”. Son dos papeles distintos, desempañados por Jesucristo, y asignados por el Padre Celestial.

3 Nefi 1:14

“He aquí, vengo a los míos para cumplir todas las cosas que he dado a conocer a los hijos de los hombres desde la fundación del mundo, y para hacer la voluntad así la del Padre como la del Hijo: la del Padre por causa de mí, y la del Hijo por causa de mi carne. He aquí, ha llegado el momento y esta noche se dará la señal”.

Lecturas relacionadas

Book of Mormon Central en Español, “¿Cómo puede ser Cristo tanto el Padre como también el Hijo? (Mosíah 15:2)”, KnoWhy #92 (Abril 25, 2017).

Holland, Jeffrey R. Cristo y el Nuevo Covenio: El mensaje mesiánico del Libro de Mormón, (Salt Lake City, Ut: Deseret Book, 2002), 185–200.

Ostler, Blake. “Re-vision-ing the Mormon Concept of Deity”. Element 1.1 (2005), 31-58.

Parker, Jared T. “Abinadi on the Father and the Son: Interpretation and Application,” en Living the Book of Mormon: Abiding by Its Precepts, ed. Gaye Strathearn y Charles Swift [Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University; Salt Lake City: Deseret Book, 2007], 136–50.

The Father and the Son: A Doctrinal Exposition by the First Presidency and the Quorum of the Twelve Apostles”. Ensign, Abril 2002.