Cómo Pablo y el Libro de Mormón nos ayudan a detectar a los “lobos rapaces”

Cómo Pablo y el Libro de Mormón nos ayudan a detectar a los “lobos rapaces”

Cómo Pablo y el Libro de Mormón nos ayudan a detectar a los “lobos rapaces”

julio 23, 2019
Post contribuido por: Neal Rappleye

 

Al leer sobre los viajes misionales de Pablo en Hechos, uno se enfrenta al instante con una increíble variedad de nombres de lugares. Derbe, Listra, Iconio, Frigia, Galacia, Misia, Troas, Macedonia, Samotracia, Neápolis y Filipos— ¡y eso en tan solo los primeros 12 versículos de Hechos 16! Es claro que Pablo tomó seriamente “la obra a la que [el Espíritu Santo había] llamado” (Hechos 13:1–3) y sientió la urgencia de difundir el evangelio a todo el mundo (cf. Mateo 28:19).

Tal como los grandes misioneros del Libro de Mormón, Pablo enfrentó una severa oposición, incluido el encarcelamiento y el trato severo, pero también fue testigo de poderosos milagros.1 Después de extensos viajes que incluyeron predicar el evangelio y visitar diferentes ramas de la iglesia, Pablo convocó a los líderes locales de Éfeso y les aconsejó una última vez antes de regresar a Jerusalén para el día de Pentecostés. (Hechos 20:16–17). Pablo temía que esta fuera la última oportunidad que tendría de impartir consejo y sabiduría a estas áreas periféricas de la iglesia  (Hechos 20:22–24).

En ese contexto urgente, Pablo sintió que era importante advertir a los líderes de esta región periférica de la iglesia que después de su partida, “entrar[ían] en medio de vosotros lobos rapaces que no perdonarán al rebaño” (Hechos 20:29). De hecho él advirtió, “de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para arrastrar a los discípulos tras sí” (Hechos 20:30).

Hoy, la amenaza de lobos “rapaces” que surgen dentro de las filas de la Iglesia, “vestidos de oveja” (Mateo 7:15) sigue siendo una seria preocupación entre el pueblo del Señor. Afortunadamente, tenemos el Libro de Mormón para proporcionar orientación adicional y ayudarnos a evitar las trampas de aquellos que buscan desviarnos.

Nefi en particular, proveyó una vívida descripción de las tácticas del adversario, que vio que se utilizaron en su visión de los últimos días (2 Nefi 28). Un erudito del Libro de Mormón se refirió a esto como “el libro de apuestas profano” de los enemigos del Señor, abierto y expuesto para que podamos ver sus estrategias claramente.2 Un estudio documentó 48 ideologías y métodos diferentes de engaño empleados por los enemigos del Señor en 2 Nefi 28–30.

El Libro de Mormón también incluye las historias de antiguos antagonistas tales como Sherem (Jacob 7), Nehor (Alma 1), Zeezrom (Alma 14), y Korihor (Alma 30), cuyas enseñanzas y lisonjerías pueden ser estudiadas y reconocidas en sus muchas formas modernas.

El valor de tener estas tácticas expuestas en el Libro de Mormón no se puede exagerar. Cualquier persona que esté familiarizada con las competencias deportivas entiende la importancia de conocer las tácticas y tendencias de su oponente. Sin duda, los lobos continuarán emergiendo entre los rebaños fieles, disfrazados con ropa de oveja, buscando “pacific[ar] y adormec[er] con seguridad carnal” (2 Nefi 28:21). Pero los estudiantes reflexivos del Libro de Mormón pueden ver fácilmente a través de su disfraz y permanecer firmemente plantados sobre la roca de la verdad del evangelio en medio de los esfuerzos del Adversario por derribarlos (2 Nefi 28:28; Helamán 5:12).

 

1. Compare las historias de Pablo en Hechos 16–21 con los de Alma y Amulek en Alma 5–16, así como la historia de Ammón y sus hermanos en Alma 17–26, y Nefi y Lehi en Helamán 5.
2. Dennis L. Largey, “The Enemies of Christ: 2 Nephi 28,” en The Second Nephi, The Doctrinal Structure, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1989), 287.

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