¿Se habla realmente del bautismo por los muertos en el Libro de Mormón?
Aporte del Equipo de Central del Libro de Mormón

¿Se habla realmente del bautismo por los muertos en el Libro de Mormón?

¿Se habla realmente del bautismo por los muertos en el Libro de Mormón?

octubre 8, 2020
Por BMC Team

Julio,

Es sumamente importante que los miembros de la iglesia recuerden y apliquen las palabras de Isaías: “Porque mandamiento sobre mandamiento, mandato tras mandato, línea sobre línea, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá” (Isaías 28:10; compárese con 2 Nefi 28:30). O sea, que como pueblo siempre estamos aprendiendo. Aunque existen dispensaciones, no significa que cada dispensación haya tenido el mismo conocimiento. Hay templos en el Libro de Mormón (2 Nefi 5:16; Mosíah 2:1; 3 Nefi 11:1), pero son templos de la ley de Moisés, como el del Antiguo Testamento, donde no se hacía obra vicaria. Analizando las palabras de Alma, él no parece creer en una esperanza para los espíritus en prisión:

“Debe haber, pues, un intervalo entre el tiempo de la muerte y el de la resurrección. … Y entonces acontecerá que los espíritus de los malvados, sí, los que son malos —pues he aquí, no tienen parte ni porción del Espíritu del Señor, porque escogieron las malas obras en lugar de las buenas; por lo que el espíritu del diablo entró en ellos y se posesionó de su casa— estos serán echados a las tinieblas de afuera; habrá llantos y lamentos y el crujir de dientes, y esto a causa de su propia iniquidad, pues fueron llevados cautivos por la voluntad del diablo” (Alma 40:6, 13).

Para Alma, todos los “espíritus de los malvados… serán echados a las tinieblas de afuera”. No estaba mintiendo ni queriendo engañar, solo no había recibido las visiones de la dispensación final, las enseñanzas de José Smith (D. y C. 128) y Joseph F. Smith (D. y C. 138).

Sin embargo, Alma da una pista sin dar detalles: “Y ten presente, hijo mío, que de no ser por el plan de redención (dejándolo a un lado), sus almas serían miserables en cuanto ellos murieran, por estar separados de la presencia del Señor” (énfasis añadido; Alma 42:11). Alma continúa hablando de las condiciones del arrepentimiento durante el “estado probatorio” (Alma 42:13). Pero eso no fue lo que dijo en el versículo 11. Alma dice que si no fuera por el plan de redención “sus almas serían miserables en cuanto ellos murieran”, dando a entender que el plan el Señor redime aún después de la muerte. Diciéndolo de otra manera, “por el plan de redención sus almas tendrán esperanza aun después de que mueran”. Esto da lugar a que haya más del plan que todavía no conocen. Además, Alma estaba hablando del pueblo nefita-lamanita que había tenido la oportunidad de escuchar o rechazar el evangelio. No estaba hablando de los que no han escuchado nada. A pesar de que no dice nada del bautismo por los muertos, Alma da a entender que el plan de redención tiene poder después de la muerte.

Cuando viene Jesucristo, Él le da al pueblo algunos párrafos del libro de Malaquías, entre los cuales está el siguiente pasaje: “He aquí, yo os enviaré a Elías el Profeta antes que venga el día grande y terrible del Señor; y él volverá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a sus padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con una maldición” (3 Nefi 25:5-6; véase Malaquías 4:5-6). Son las mismas palabras, con una variación, que Moroni le dijo a José Smith la noche del 21 de septiembre de 1823 (D. y C. 2) y las que apoyaron en establecer la enseñanza del bautismo por los muertos en 1842 (D. y C. 128:17-18). De nuevo, el Señor no dijo nada en específico en la tierra de Abundancia sobre la obra vicaria. Sin embargo, por lo menos Jesucristo dejó los pasos necesarios al pueblo lehita para que se pudiera revelar la práctica del bautismo por los muertos en una generación futura. Además, viendo ese señalamiento futuro en los versículos siguientes da a entender que existía una conexión entre estos pasajes y “la época en que él viniera en su gloria… hasta el grande y postrer día en que todos… comparezcan ante Dios” pero se informa que “no puede escribirse en este libro ni la centésima parte de las cosas que Jesús verdaderamente enseñó” (3 Nefi 26:4-6). ¿Por qué indica una conexión entre Malaquías y el Milenio? ¿Por qué señala que basado solamente en estos dos capítulos Jesús explayó presumiblemente enseñanzas nuevas y extensas? Eso da pie a que él efectivamente haya empezado a expandir el concepto de la salvación universal de los Gentiles más allá del velo como lo hizo en la época apostólica en el Viejo Mundo.

Por mencionar algo del contexto prehispánico adicional, vemos en la cultura religiosa maya el concepto de lo estrecho de la relación entre los vivos y los muertos por la acción divina. En la época clásica, en el Templo Mayor ocurría la ceremonia de “la visión de la serpiente” donde se ofrecía la quema del copal, una resina que producía un humo blanco semejante a una serpiente que se elevaba hacia los cielos, cuya presencia simbólica permitiría al sacerdote comunicarse con el inframundo de los muertos y colaborar con ellos. Era tan arraigada la tradición, que una vez ya en la época de los conquistadores, aún los mayas continuaron la práctica en las cimas de los cerros. Es cierto que no es un bautismo, pero señala un rito religioso que, a través de un mediador humano (el sacerdote) y divino (representado en el humo) conecta y une el mundo de los vivos y los muertos.

Lecturas relacionadas

Sharp, Ryan, “Alma, Ambiguity, and the Development of Doctrinal Understanding”, en Give Ear To My Words: Text and Context of Alma 36-42 (Provo, Utah: Religious Studies Center BYU y Deseret Book Company, 2019), 51-72.

Schele, Linda y Mary Ellen Miller. Blood of Kings: Dynasty and Ritual in Maya Art. (New York: George Braziller, 1992). ISBN 0-8076-1278-2. OCLC 41441466.

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