¿Que dice El Libro de Mormón acerca del Sacerdocio y Templos?
Gerardo Glez Barr y Horacio García

¿Que dice El Libro de Mormón acerca del Sacerdocio y Templos?

¿Que dice El Libro de Mormón acerca del Sacerdocio y Templos?

mayo 8, 2018
Por Noé Correa

¡CONTESTÁNDO LAS PREGUNTAS DE NUESTROS SEGUIDORES!

Hemos recibido dos preguntas relacionadas y las contestaremos juntas.

Primera pregunta: ¿Por qué en el Libro de Mormón no se habla de los templos como en el Antiguo Testamento? (Gerardo Glez Barr, vía Facebook)

Segunda pregunta: ¿Qué posibilidad hay de que, con el grupo de Lehi, Nefi y demás, hayan estado acompañados por levitas? Ya que el Libro de Mormón constantemente cita ordenanzas que se hicieron, y aún menciona templos construidos. Hasta la muerte de Cristo, ellos vivían bajo la ley mosaica en la que en el templo solo podían administrar las ordenanzas los levitas. (Horacio García, vía correo electrónico)

El sacerdocio y el templo en el Libro de Mormón

En las páginas del Antiguo Testamento había una relación integrada entre la autoridad del sacerdocio y el uso de los templos en la Biblia y el Libro de Mormón. Es un tema bastante extenso y no muy conocido incluso por los que llevan muchos años de miembros en la Iglesia. Con el fin de tener un fundamento para entender e interpretar pasajes del Libro de Mormón, primero es necesario un repaso de lo que dice la Biblia, y más en particular el Antiguo Testamento, sobre sacerdocio y templos. Este paso es imperativo para comprender la autoridad que poseía el pueblo del Libro de Mormón.

En este estudio (respuesta) se analizarán algunos puntos:

  • Quién en la tierra tenía autoridad sobre el sacerdocio
  • Quién en la tierra tenía autoridad sobre el templo
  • Cómo era el sacerdocio antes
  • Qué mensaje hay detrás de la respuesta que Alma le da a Antiona

 

Al empezar la Biblia, los primeros seres humanos se encuentran en un templo, el jardín de Edén[1]. El texto indica que el jardín fue un templo. Primero, el templo de Salomón fue decorado por dentro como un jardín. Tenía que ser decorado con símbolos y representaciones de mucha vegetación y querubines (1 Rey 6:29 ; 7:19-10). Los únicos pasajes en la Biblia donde aparecen los querubines son en el jardín de Edén y en el templo/tabernáculo (Gén 3:24 ; Éx 25:18-20, 22 ; 1 Rey 6:23-25, 27-29, 32, 35 ; Ezeq 28:13-14, 16)[2]. Había lámparas que parecían árboles, como si uno estuviera en un bosque dentro del Lugar Santo (1 Rey 7:49). Como sacerdote, Adán fue puesto para labrar (עָבַד) y guardar (שָׁמַר) el jardín (Gén 2:15). Estos verbos en hebreo son los mismo usados para describir las tareas de los sacerdotes y levitas de dar servicio (עָבַד) y cuidar (שָׁמַר) lo sagrado del templo/tabernáculo (Núm 3:7-8 ; 8:25-26 ; 18:5-6 ; 1 Crón 23:32 ; Ezeq 44:14-15)[3]. En otras palabras, Adán tenía que obrar simbólicamente como sacerdote (o poseedor del sacerdocio) en el jardín de Edén. Junto con estas tareas dentro del templo, Dios les otorgó a Adán y a Eva autoridad y dominio. El relato de Génesis da a entender que Adán y Eva eran el rey y la reina de la tierra. El símbolo de ser levantado o formado “del polvo de la tierra” (Gen 2:7) representa ser levantado “del polvo y [puesto] como príncipe sobre [el] pueblo”, o sea, ser rey (1 Rey 16:2)[4]. En Génesis 1:26 , cuando Dios dice que el “hombre” (אָדָם) será hecho a su “imagen” y “semejanza”, se refiere la humanidad. Los únicos dos humanos en ese momento eran el varón y la hembra, Adán y Eva. “Y creó Dios al hombre [la humanidad] a su imagen … varón y hembra los creó” (Gén 1:27). Ellos dos representaban a Dios en imagen y semejanza. Por lo tanto, a Adán y a Eva se les dio “dominio” sobre todo lo que se movía sobre la tierra (Gén 1:26, 28). En resumen, el texto bíblico parece indicar que en este jardín, el primer templo, Adán y Eva eran reyes, rey y reina, sacerdote y sacerdotisa [5]. Cuando salieron del jardín, y perdieron ese dominio, sus hijos seguramente recibieron de Adán la autoridad de dar ofrendas y sacrificios (Gén 4:3-4).

Este modelo, de autoridad de sacerdocio relacionado con el templo, sigue en el Antiguo Testamento. Melquisedec era rey y sacerdote del Dios Altísimo (Gén 14:18) y tenía más autoridad que Abram (después llamado Abraham), el futuro padre del pueblo de Dios (Heb 7:1-6). Basado en lo que dice Hebreos, este sacerdocio de Melquisedec, de ser rey y sacerdote, sobrepasa el sacerdocio levítico que vendría en el futuro a través de los descendientes de Abraham. Tal como Adán, Melquisedec fue un rey y un sacerdote.

Jetro de Madián, suegro de Moisés, también fue líder y sacerdote (Éx 18:1). No solo tenía el sacerdocio él, no siendo israelita, sino que también había otros sacerdotes en Israel antes de que se apartaran a los levitas (Éx 19:22, 24). En otras palabras, el sacerdocio levítico no era el único en Israel. Jehová deseaba que todo el pueblo fuera un “reino de sacerdotes” (Éx 19:6), cosa que nunca se logó. El sacerdocio levítico no se establece hasta Éxodo 38:21 . Tal como con Caín (Gén 4:3), Abel (4:4), Abraham (12:8, 13:18), Jacob (31:54) y muchos otros, las familias ya tenían poder y autoridad de ofrecer sus propios sacrificios (Éx 12:3, 6-7).

Sin un rey, Moisés toma el papel de líder y profeta sobre el pueblo de Israel. Como líder, él está encargado de construir el tabernáculo (Éx 25-30, 35-40). Él está encargado también del sacerdocio. Aunque Aarón llega a ser el Sumo Sacerdote, Moisés es el que lo ordena al sacerdocio, mostrando su autoridad superior o mayor (Éx 24:14 ; 27:21 ; 28:1). Cuando los israelitas emprendieron su marcha, Moisés organizó a los levitas de acuerdo con sus asignaciones establecidos por revelación que vino a él, no a Aarón (Núm 1:52-54 ; 3:5-10, 32 ; 4:5, 15-16, 27-28, 33, 37, 49). Visto que había sacerdotes no levitas en Éxodo 19:22, 24 , Moisés también organizó doce “príncipes” o “capitanes”, uno para cada tribu (Núm 1:16), los cuales también tenían el poder y autoridad de dar ofrendas “delante del tabernáculo” y “delante del altar”:

[E]ntonces los príncipes de Israel, las cabezas de sus casas paternas, que eran los príncipes de las tribus que estaban sobre los contados, hicieron ofrenda, y trajeron sus ofrendas delante de Jehová: seis carros cubiertos y doce bueyes; por cada dos príncipes un carro, y por cada uno un buey, lo cual ofrecieron delante del tabernáculo. … Y los príncipes presentaron las ofrendas para la dedicación del altar el día en que este fue ungido; ofrecieron los príncipes su ofrenda delante del altar. (Núm 7:2-3, 10)

Esto aclara por qué Jehová dice que “pondrán los hijos de Israel sus manos sobre los levitas y Aarón presentará a los levitas delante de Jehová como ofrenda” (Núm 8:10-11). Había “hijos de Israel” que tenían la autoridad de imponer sus manos sobre los levitas, tal como Moisés “puso sobre [Josué] sus manos y le dio el cargo” (Núm 27:23 ; Deut 34:9). Cuando Doctrina y Convenios dice que el Señor “tomó a Moisés de entre ellos, y el Santo Sacerdocio también” (84:25), significa que nadie más que los levitas podría entrar en el tabernáculo/templo: “Y cuando haya que trasladar el tabernáculo, los levitas lo desarmarán; y cuando haya que armar el tabernáculo, los levitas lo armarán; y el extraño que se acerque morirá” (Núm 1:51). A pesar de estas normas, había sacerdotes o poseedores del sacerdocio en Israel, aparte de los levitas.

De manera similar, el rey David parece tener una autoridad mayor también. Después de ser ungido rey por Samuel (1 Sam 16:13 ; 1 Crón 11:3), conquistó el ciudad de Jebús (Jerusalén; 1 Crón 11:4-7) e hizo preparativos para traer el Arca del Convenio ahí, que era el centro del tabernáculo y del futuro templo:

Así los sacerdotes y los levitas se santificaron para traer el arca de Jehová Dios de Israel. Y los hijos de los levitas llevaron el arca de Dios puesta sobre sus hombros, en las barras, como lo había mandado Moisés, conforme a la palabra de Jehová. Asimismo dijo David a los jefes de los levitas que designasen de sus hermanos a cantores, con instrumentos de música, salterios, y arpas y címbalos, que resonasen, y que alzasen la voz con alegría. (1 Crón 15:14-16)

David no solo tenía la autoridad de cambiar las tareas del sacerdocio (1 Crón 23:26-28 ; 24:6-19) y cuidar los utensilios sagrados del tabernáculo, sino que era un sacerdote él mismo. 1 Crónicas 15:27 dice que “David iba vestido con un manto de lino fino … Llevaba también David sobre sí un efod de lino”. Lino fino y el efod eran artículos del sumo sacerdocio (Éx 28:4). Y 2 Samuel 6:13 dice que David “sacrificó un buey y un carnero engordado”, y sabemos que él no era levita. Aunque a David no se le permitió construir el templo, esa obra y responsabilidad permanecería bajo el siguiente rey, Salomón, y no bajo el sumo sacerdote (1 Crón 22:8-10 ; 28:3-6).

Algo muy particular del reinado de David es que al principio tuvo dos sumos sacerdotes, Abiatar y Sadoc (2 Sam 8:17 ; 1 Crón 15:11). El texto no nos dice de dónde vino el sacerdocio de Sadoc. Aunque Abiatar era el sumo sacerdote del tabernáculo (1 Sam 23:9), Sadoc parece haber sido uno de los soldados fuertes y valientes de David (1 Crón 12:28)[6]. El texto parece indicar que la figura de Sadoc está muy conectada con Melquisedec. Abraham se encuentra con Melquisedec después de una batalla (Gén 14), igual David con Sadoc (1 Crón 11). Melquisedec era de Salem (שָׁלֵם) y ahora David se encontraba en Jerusalén (Jeru-Salem; יְרוּשָׁלַם), o sea el mismo lugar. El nombre Sadoc (צָדוֹק), que significa “justicia”, forma parte del nombre de Melquisedec (Melqui-Sadoc), que significa “rey de justicia” (מַלְכִּי־צֶדֶק) [7]. Parece indicar que Sadoc tenía el mismo sacerdocio que Melquisedec y que se necesitaba para que el reino de David se pudiera establecer. Sadoc, no Abiatar, fue el que ungió a Salomón a ser el siguiente rey (1 Reyes 1:34, 39).

Con todos estos detalles, que son muchos pero no todos, ahora se comparará esta estructura con lo que tenemos en el Libro de Mormón.

Primero, el texto revela que la familia de Lehi pertenecía a la tribu de Manasés (Alma 10:3). Él no era levita. Sin embargo, ejerció un sacerdocio. El primer acto sacerdotal de Lehi fue que “erigió un altar de piedras y presentó una ofrenda al Señor” (1 Ne 2:7). Levantar un altar sigue el modelo de Noé (Gén 8:20), Abraham (12:7-8), Jacob (33:20) y Moisés (Éx 17:15) antes de que se estableciera el sacerdocio levítico en Éxodo 38:21 y Números 1:48-50 . La ofrenda de Lehi encaja bien con las ofrendas que hicieron los príncipes y capitanes de las tribus de Israel en Números 7:2-3, 10 , mencionadas arriba. Es completamente posible que Lehi haya tenido una autoridad no levita que le permitía actuar en esta capacidad. En dos ocasiones más, Lehi y su familia ofrecieron “sacrificios y holocaustos” (1 Ne 5:9 ; 7:22). El rey David, que no era levita, hizo algo similar:

Y edificó allí David un altar a Jehová, en el que ofreció holocaustos y ofrendas de paz; e invocó a Jehová, quien le respondió por fuego desde los cielos en el altar del holocausto. (1 Crón 21:26)

Lo que hizo David fue aprobado por Jehová. El libro de Levítico muestra que las “ofrendas de paz” eran “sacrificios” de animales (Lev 3:1). Jetro, el suegro de Moisés, había hecho lo mismo y él ni siquiera era israelita (Éx 18:12). En el libro de Jueces, Gedeón de la tribu de Manasés (6:15) también edificó un altar y ofreció holocaustos (6:24-26). A pesar de no haber detalles específicos en 1 Nefi, se puede deducir que Lehi era el profeta y sacerdote de este pueblo (1 Ne 16:8-10) y, como Moisés, él estaba embarcando en su propio éxodo (17:13-14)[8].

La poca información que Nefi da encaja con la autoridad de los reyes del Antiguo Testamento. Después de la muerte de Lehi, Nefi llegó a ser el nuevo líder (2 Ne 5:5-6). Como líder y profeta, Nefi dice: “[E]difiqué un templo, y lo construí según el modelo del templo de Salomón” (5:16). Tal como el rey Salomón, Nefi no necesitaba el sacerdocio levítico para construir un templo. Luego nos dice Nefi que “ellos quisieron que yo fuera su rey. Pero yo, Nefi, deseaba que no tuvieran rey; no obstante, hice por ellos cuanto estaba en mi poder” (5:18). A pesar de su humildad, Jacob, su hermano menor, aclara que Nefi sí había sido el rey del pueblo (Jacob 1:9-11). En 2 Nefi 5, ya con un templo y ahora nombrado rey, Nefi dice: “[C]onsagré a Jacob y a José para que fuesen sacerdotes y maestros sobre la tierra de mi pueblo” (2 Ne 5:26).

Nefi, como rey, estaba encargado del templo y del sacerdocio. Como rey y sacerdote, no se debe dudar que tenía la misma autoridad sacerdotal de Melquisedec, el rey y sacerdote de Salem (Gén 14:18), o de Moisés o David. Para apoyar este argumento, donde en la Biblia habla de “sacerdotes” y “levitas” (Éx 38:21 ; Núm 3:32 ; 1 Rey 8:4 ; 1 Crón 9:2 ; Esd 1:5 ; Isa 66:21 ; Jer 33:18; Lucas 10:31-32 ; Juan 1:19), el Libro de Mormón habla de “sacerdotes” y “maestros” (Jacob 1:18 ; Jarom 1:11 ; Mos 23:17 ; Alma 15:13 ; Hel 3:25). O sea, que el mismo texto del Libro de Mormón indica que los nefitas no dependían del sacerdocio levítico. Y si no era el sacerdocio levítico, tenía que haber sido el de Melquisedec, debido a que es el único otro sacerdocio mencionado en la Biblia. Salmo 110:4 también indica que los reyes tenían el sacerdocio de Melquisedec.

Sin tener toda la historia, el rey Benjamín (tal vez por orden de su padre Mosíah; Omni 1:23) tenía un templo en Zarahemla en el cual se hicieron sacrificios durante la coronación de su hijo Mosíah (Mos 2:1, 3, 30). Antes de morir, el rey Benjamín nombró “sacerdotes para enseñar al pueblo, a fin de que así pudiesen oír y saber los mandamientos de Dios” (Mos 6:3). Todo esto cuadra con los relatos del rey David y del rey Nefi. Incluso, un rey de autoridad cuestionable intentó hacer lo mismo. El rey inicuo Noé tenía un templo (Mos 11:10, 12) y “destituyó a todos los sacerdotes que su padre había consagrado, y en su lugar consagró a otros” (11:5).

En el caso de Alma padre, él empieza a organizar una iglesia cerca de las aguas de Mormón, lejos de la civilización. “[T]eniendo autoridad de Dios, ordenó sacerdotes; sí, un sacerdote por cada cincuenta de ellos ordenó él para predicarles y para enseñarles en cuanto a las cosas pertenecientes al reino de Dios” (Mos 18:18). Jetro también le había aconsejado a Moisés a poner “jefes de cincuenta” (Éx 18:21). Una vez que Alma padre se encontró en la tierra de Zarahemla, cedió toda autoridad al rey Mosíah. Regresando al modelo de David, Nefi y Benjamín, el rey Mosíah era el que tomaba las decisiones sobre el sacerdocio:

Y aconteció que el rey Mosíah le concedió a Alma que estableciera iglesias por toda la tierra de Zarahemla, y le dio poder para ordenar sacerdotes y maestros en cada iglesia. (Mos 25:19)

Como se puede ver, fue el rey Mosíah que “le dio poder para ordenar”. Aún así, el rey Mosíah seguía “consult[ando] con sus sacerdotes” (27:1) La Biblia enseña que los sacerdotes con una historia desconocida (Melquisedec, Jetro, Sadoc) se acercaban a los líderes del pueblo (Abraham, Moisés, David). En el Libro de Mormón, se relata la historia del sacerdote (Alma) que se acerca al rey del pueblo (Mosíah). Alma y su pequeño grupo “llegaron a la tierra de Zarahemla; y el rey Mosíah también los recibió con gozo” (Mos 24:25). El Libro de Mormón y el registro bíblico no exigen la necesidad de ningún sacerdocio levítico.

Debido a que el templo es sagrado para los santos hoy en día, se puede imaginar que lo era también para los discípulos en el Libro de Mormón. Entonces, el siguiente tratado del simbolismo del templo en el Libro de Mormón será sin comentarios explicativos.

Durante la predicación de Alma hijo y Amulek, un tal Antiona les hizo una pregunta:

¿Qué significa la Escritura que dice que Dios colocó querubines y una espada encendida al oriente del Jardín de Edén, no fuese que nuestros primeros padres entrasen y comiesen del fruto del árbol de la vida y viviesen para siempre? (Alma 12:21)

Lo que muchos lectores del libro no ven, y menos los hispanohablantes, es que la respuesta extiende hasta el capítulo 13. En inglés, la respuesta completa de Alma se trata cómo regresar alrest del Señor, en los capítulos 12 y 13 de Alma. La palabra rest, en español significa reposo o descanso. En el Libro de Mormón en español, se pierde la respuesta completa porque en el capítulo 12 se usa la palabra “descanso” (Alma 12:34-37) mientras que el capítulo 13 usa “reposo” (13:6, 12-13, 16, 29), como si fueran dos temas distintos, y no lo son.

Si la respuesta completa se lee con las palabras del presidente Ezra Taft Benson, se manifiesta lo relacionado con el templo. En la Liahona de Abril-Mayo de 1986, sale un discurso que él dio antes de la rededicación del templo de Logan, en 1984, llamado: ” Lo que espero enseñéis a vuestros hijos acerca del templo [9].

Aunque el presidente Benson habló de lo que se puede enseñar a los hijos y Alma habló de cómo entrar al jardín o reposo del Señor, hay mucho que ambos dijeron que se puede comparar. Casi contestándole la pregunta a Antiona, el presidente Benson dijo: “Cuando nuestro Padre Celestial puso sobre esta tierra a Adán y a Eva, lo hizo con el fin de enseñarles la manera de volver a Su presencia”[10].

La pregunta misma de Antiona implica templo, independientemente de si él lo sabía o no. Tal como se señala arriba, los querubines solamente se mencionan en el jardín y en el tabernáculo/templo. El lado oriente, en este caso del jardín, se utiliza en las escrituras para describir cómo la gloria de Dios sale (Ezeq 11:1, 23) y entra (43:1-2, 4, 17) el templo. En otras palabras, entrar por el lado oriente del jardín, era entrar al templo. Alma especifica que la vida es “un tiempo de preparación para presentarse ante Dios” (Alma 12:24). Aquí de nuevo se pierde la alusión en la traducción. En inglés, este pasaje dice que se preparan para meet God, lo cual significa verse o reunirse con Dios. En Éxodo 30:6 , Dios le dice a Moisés que debe poner utensilios del tabernáculo “delante del velo que está junto al arca… donde yo me reuniré contigo”. En inglés, también se utiliza el verbo meet: “… where I will meet with thee“. Por lo tanto, “entrar en [el] descanso”, o regresar al jardín, era reunirse con Dios “delante del velo”. Y el sueño de Lehi da a entender que el fruto del árbol de vida, mencionado por Antiona, se tiene que gozar como familia (1 Ne 8:12-13).

Alma, usando a Adán y a Eva como ejemplos, muestra lo que Dios ha hecho para que ellos pudieran regresar a su reposo. Alma le dice a Antiona que Dios tenía un plan de redención (Alma 12:25-27).

Y después que Dios hubo dispuesto que estas cosas sobrevinieran a los hombres, he aquí, vio entonces que era necesario que estos supieran acerca de las cosas que él había dispuesto para ellos; por tanto, envió ángeles para conversar con ellos, los cuales hicieron que los hombres contemplaran la gloria de Dios. (12:28-29)[11]

Igual como en Génesis, “hombres” se puede interpretar como “la humanidad” que consistía de Adán y Eva, o sea, los “primeros padres” mencionados por Antiona y Alma (12:21, 26). Dios les envió ángeles y recibieron “obras santas” (v. 30) y “segundos mandamientos” (v. 37). “[P]or tanto, después de haberles dado a conocer el plan de redención, Dios les dio mandamientos” (v. 32). El presidente Benson concuerda:

Les dio el plan de salvación y les indicó que enseñaran a sus hijos la fe en Jesucristo y el arrepentimiento. Además, les dio a Adán y a su posteridad el mandamiento de bautizarse, de recibir el Espíritu Santo y de entrar en el orden del Hijo de Dios [12].

Profundizándose más en estos mandamientos, Alma enseña:

Y además, hermanos míos, quisiera dirigir vuestros pensamientos hacia la época en que el Señor Dios dio estos mandamientos a sus hijos; y quisiera que os acordaseis de que el Señor Dios ordenó sacerdotes, según su santo orden, que era según el orden de su Hijo, para enseñar estas cosas al pueblo. (Alma 13:1)

Aunque parece que Alma está abriendo el tema a todos los hijos de Dios, el presidente Benson aplica la misma enseñanza a la familia de Adán y Eva.

Entrar en el orden del Hijo de Dios es el equivalente actual de entrar en la plenitud del Sacerdocio de Melquisedec, cuya plenitud solo se recibe en la Casa del Señor. A causa de que Adán y Eva cumplieron con esos requisitos, Dios le dijo a Adán: “Eres según el orden de aquel que fue sin principio de días ni fin de años, de eternidad en eternidad” (Moisés 6:67) [13].

Se puede entender que uno de los mandamientos que recibieron Adán y Eva, y los demás hijos de Dios, era de recibir el sacerdocio, como familia, “y así son llamados mediante este santo llamamiento y ordenados al sumo sacerdocio del santo orden de Dios, para enseñar sus mandamientos a los hijos de los hombres, para que también entren en su reposo” (Alma 13:6). De nuevo, aquí se pueden aplicar las palabras del presidente Benson:

He aquí un explicativo pasaje de la sección 107 de Doctrina y Convenios que nos dice cómo podría Adán llevar a los justos de su posteridad, junto con él mismo, a la presencia de Dios: “El orden de este sacerdocio se confirmó para descender de padre a hijo; y por derecho pertenece a los descendientes literales del linaje escogido, al cual se hicieron las promesas.
“Este orden se instituyó en los días de Adán, y descendió por linaje… de que su posteridad sería la elegida del Señor, y que sería preservada hasta el fin de la tierra.” (D. y C. 107:40-42; cursiva agregada.)
¿Cómo llevaría Adán a sus descendientes a la presencia de Dios?
La respuesta es: Adán y sus descendientes entrarían en el orden del sacerdocio de Dios. Hoy en día, diríamos que irían a la Casa del Señor a recibir sus bendiciones.
El orden del sacerdocio de que se habla en las Escrituras se menciona a veces como el orden patriarcal debido a que se ha transmitido de padres a hijos.
Pero en la revelación moderna, este orden se describe de otro modo, el cual es: el orden del gobierno de la familia según el cual un hombre y una mujer hacen un convenio con Dios —de la misma forma en que lo hicieron Adán y Eva— de ser sellados por la eternidad, de tener posteridad y de hacer la voluntad de Dios y la obra de Dios a lo largo de toda su vida terrenal.
Si los cónyuges son fieles a sus convenios, tienen derecho a recibir la bendición del más elevado grado de gloria del reino celestial. En la actualidad, esos convenios solo se pueden hacer en la Casa del Señor [14].

El presidente Benson dice que este era el “orden patriarcal” o el “orden del gobierno de la familia según el cual un hombre y una mujer hacen convenio con Dios”. Visto así, la respuesta de Alma indica que para regresar al reposo del Señor y pasar por los querubines del templo/jardín, Adán y Eva, o cualquier familia, deben entrar en convenios sagrados (“obras santas”; Alma 12:30) bajo la autoridad “según el orden de su Hijo” (13:1-2, 6-7). Alma aclara que este “orden” era el mismo que tenía Melquisedec: “Melquisedec, habiendo ejercido una fe poderosa, y recibido el oficio del sumo sacerdocio según el santo orden de Dios, predicó el arrepentimiento a su pueblo” (13:18). Se deduce que Adán y Eva entraron en “en este orden del sacerdocio [es decir, el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio]” (DyC 131:2), siendo “sacerdote y sacerdotisa”. Jacob declaró que recibió lo mismo de Nefi: “[Y]o, Jacob, [he] sido llamado por Dios y ordenado conforme a su santo orden … habiendo sido consagrado por mi hermano Nefi…” (2 Ne 6:2)

Era el sacerdocio de los sumos sacerdotes, o sea, el sumo sacerdocio, el de Melquisedec. Revelación moderna dice “que un sumo sacerdote del Sacerdocio de Melquisedec tiene la autoridad para oficiar en todos los oficios menores” (DyC 107:17). Otra indicación de que los nefitas no precisaban ser levitas. Conjuntamente, en el Antiguo Testamento, los “sumos sacerdotes” podían entrar en el Lugar Santísimo detrás del velo (Lev 16:12 ; Heb 9:7).

Además, tal como Jehová había mandado que el pueblo, hombres y mujeres, lavaran sus vestidos antes de presentarse ante Él (Éx 19:10, 17), para que fuera un “reino de sacerdotes” (Éx 19:6), Alma también dijo que los hijos de Dios “fueron llamados según este santo orden, y fueron santificados, y sus vestidos fueron blanqueados mediante la sangre del Cordero” (Alma 13:11-12). Los que han entrado en el templo entenderán el simbolismo. Adán y Eva, y todos los discípulos de Cristo, podrán “entrar en ese reposo” (13:13), el jardín o templo, pasando los querubines o centinelas, habiendo sido “ordenados con una santa ordenanza” (13:8). El presidente Benson dijo:

Por eso, recalco nuevamente: Solo podemos entrar en este orden del sacerdocio si cumplimos con todos los mandamientos de Dios y si vamos en busca de las bendiciones de nuestros padres, como lo hizo Abraham, a la casa de nuestro Padre. ¡Esas bendiciones no se pueden recibir en ningún otro lugar de la tierra! [15]

Solo un pueblo israelita con la cultura y conocimiento del sacerdocio no levítico y del templo pudo haber escrito un relato tan intrincado y consistente con la Biblia.

En el Antiguo Testamento, el rey, o cualquier líder inspirado del pueblo, tenía autoridad sobre sacerdocio y el tabernáculo/templo. Estos líderes y algunos otros tenían autoridad de levantar altares y ofrecer sacrificios y ofrendas aunque no eran levitas. Esto pasó antes y después de que los levitas fueron apartados por Jehová. En la respuesta de Alma en el Libro de Mormón, Adán y Eva fueron representados para describir el proceso de entrar en el reposo/descanso del Señor, usando símbolos del templo. Suponer que José Smith o cualquiera de sus compañeros pudieron haberse fijado tanto para asegurarse de que los mismos sacrificios mencionados en el Libro de Mormón fueran efectuados en el Antiguo Testamento por un no levita y que los reyes tuvieran autoridad sobre el templo y el sacerdocio como el rey David o el rey Ezequías (1 Crón 29-31) es demasiado de esperar. José Smith y sus contemporáneos jamás hablaron de estos detalles, indicando que ellos no los sabían. La explicación que tiene más sentido es que Lehi y Nefi sí habían salido de Jerusalén con el mismo sacerdocio que tenían hombres justos como los capitanes de Israel (Núm 7:2-3, 10), Gedeón (Jue 6:15), Elcana (1 Sam 1:1, 4) y quién sabe cuántos más que no pertenecían a la tribu de Leví.

 


[1] El término “hombre” [אָדָם] en hebreo, en Gén 1:26 , significa “humanidad” a diferencia de “varón” [זָכָר] en Gén 1:27 (Alfonso Ropero Berzosa ed. gen., Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia [Barcelona: Editorial Clie, 2013], 1193). Este detalle tendrá importancia más abajo. “[E]l hombre y la mujer fueron creados a imagen de Dios (1:27). En otras palabras, la humanidad fue creada para representar a Dios sobre la tierra y para dominar en su nombre sobre todas las cosas” (David S. Dockery ed., Comentario Bíblico Conciso Holman [Nashville: B&H Publishing Group, 2005], p. 8.)

[2] S. Leticia Calçada, Diccionario Bíblico Ilustrado Holman (Nashville: B&H Publishing Group, 2008), 1336.

[3] Alex Douglas, “The Garden of Eden, the Ancient Temple, and Receiving a New Name”, en Ascending the Mountain of the Lord: Temple, Praise, and Worship in the Old Testament (2013 Sperry Symposium), ed. Jeffrey R. Chadwick, Matthew J. Grey y David Rolph Seely (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University; Salt Lake City: Deseret Book, 2013), 36–48.

[4] David E. Bokovoy, “‘Ye Really Are Gods’: A Response to Michael Heiser concerning the LDS Use of Psalm 82 and the Gospel of John” in FARMS Review 19.1 (2007), 290.

[5] Se tratará este punto de nuevo en el Libro de Mormón más abajo.

[6] Hay mucho más de este tema que no se podrá explorar aquí. H.H. Howley ha explicado que su genealogía no está clara: “Mientras que 2 Sam 8:17 declara que él es el hijo de Ahitob, así de la familia de Elí aparentemente, 1 Crón 24:3 representa que pertenece a la casa de Eleazar, que en contraste es de la casa de Ithamar, a la cual Elí pertenecía, y al mismo tiempo 1 Crón [6:4-8, 50-53] da una genealogía completa de él que regresa hasta Aarón”. Véase H.H. Howley, “Zadok and Nehushtan”, Journal of Biblical Literature 58.2 (Jun., 1939), 113.

[7] Howley, “Zadok and Nehushtan,” 123.

[8] El relato completo seguramente se encontraba en las planchas mayores (Jacob 3:13).

[9] Presidente Ezra Taft Benson, “Lo que espero enseñéis a vuestros hijos acerca del templo”, Liahona Abril/Mayo de 1986, 1-6.

[11] La gloria de Dios también está relacionada con el tabernáculo/templo: “Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre este, y la gloria de Jehová llenaba el tabernáculo de reunión” (Éx 40:34-35).

 

Lecturas relacionadas

Benson, Ezra Taft. ” Lo que espero enseñéis a vuestros hijos acerca del templo Liahona Abril/Mayo de 1986, 1-6.

Book of Mormon Central en Español, “¿ Por qué Jacob citó tanto de los Salmos ? (Jacob 1:7; Salmo 95:8)”, KnoWhy # 62 (Marzo 17, 2017).

Book of Mormon Central en Español, ¿ Qué le permitía a Lehi ofrecer sacrificios afuera de Jerusalén ? (1 Nefi 7:22)”, KnoWhy # 9 (Enero 11, 2017).

Brown, S. Kent. “What Were Those Sacrifices Offered by Lehi?” en From Jerusalem to Zarahemla: Literary and Historical Studies of the Book of Mormon (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1998), 1–8.

Douglas, Alex. “ The Garden of Eden, the Ancient Temple, and Receiving a New Name ”, en Ascending the Mountain of the Lord: Temple, Praise, and Worship in the Old Testament (2013 Sperry Symposium). Ed. Jeffrey R. Chadwick, Matthew J. Grey y David Rolph Seely (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University; Salt Lake City: Deseret Book, 2013), 36–48.

Hauer, Christian E. Jr. “Who was Zadok?” Journal of Biblical Literature Vol. 82, No. 1 (Mar., 1963): 89-94.

Howley, H.H. “Zadok and Nehushtan.” Journal of Biblical Literature Vol. 58, No. 2 (Jun., 1939): 113-141.

Japhet, Sara. I & II Chronicles. London: Westminster John Knox Press, 1993.

Peterson, Daniel C. “Priesthood in Mosiah” en The Book of Mormon: Mosiah, Salvation Only Through Christ. Eds. Monte S. Nyman y Charles D. Tate, Jr. (Provo: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1991), 187–210.

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