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KnoWhy #233

¿Por qué Moroni escribió tantas despedidas?

octubre 24, 2017
KnoWhy #233
Ultimas páginas por Jorge Cocco
“He aquí que yo, Moroni, doy fin al registro de mi padre Mormón”
Mormón 8:1

El Conocimiento

Pasando a la página de despedida final de Mormón en Mormón 7, los lectores son presentados a un nuevo autor: “He aquí que yo, Moroni, doy fin al registro de mi padre Mormón” (Mormón 8:1). Lleno de tristeza, Moroni explicó que los lamanitas mataron a su padre y que se quedó “solo para escribir el triste relato de la destrucción de [su] pueblo” (v. 3). Los comentarios de Moroni en Mormón 8-9 no solo terminan el registro de su padre,1 sino también da la sensación de ser su propia despedida.2

Es posible que los lectores se pregunten por qué Moroni pronunció un discurso de despedida y más tarde incluyó un compendio del libro de Éter, diez capítulos más de un libro con su propio nombre y dos finales más de despedida, uno en Éter 12:38-41 y el otro en Moroni 10:34. Una consideración es que, a medida que pasaba el tiempo, sus circunstancias y perspectivas pudieron haber cambiado y la agonía de la derrota pudo haberse atenuado y sanado. En cualquier caso, Moroni pudo haberle dado la bienvenida a la oportunidad de transmitir diferentes mensajes finales que él sentía que el Libro de Mormón merecía.3

Primer despedida

Al principio, en Mormón 8-9, Moroni explicó su incertidumbre sobre el futuro, declarando: “Y no sé si me matarán o no” (Mormón 8:3) y “cuánto tiempo el Señor permitirá que yo viva, no lo sé” (v. 5). Informó que ni siquiera podía escribir el propósito del registro porque no tenía “espacio en las planchas”, y en cuanto al ” mineral no ten[ía], porque [se hallaba] solo” (v. 5). Estos versículos pueden indicar que al escribir su despedida inicial, Moroni se sentía perdido. Se estaba quedando sin espacio y sin tiempo, y se sintió obligado a concluir la historia de su padre en caso de que sufriera una muerte prematura.4

Bajo este sentido de urgencia, Moroni puso claras las reglas. Publicó una serie de advertencias para proteger el registro (Mormón 8:14-22), profetizó acerca de las condiciones cuando el Señor sacaría a luz el registro (vv. 26-30), testificó a los pueblos del futuro (v. 35; Mormón 9:1, 7, 30), él hizo una serie de preguntas penetrantes, y mencionó cuatro declaraciones de juicio (“continuará, continuará, permanecerá, todavía”; Mormón 9:14) Luego desafió a cualquiera que se oponga a él (“¿quién puede resistir?”; “¿Quién puede negar?”; “¿Quién despreciará?”; Mormón 9:2-26), declaró casi dos docenas de mandamientos (vv. 27-31), validó su trabajo con atestaciones (vv. 31-35), y concluyó con tres súplicas de que Jesús, no obstante, respondiera a las oraciones de los santos justos, que recordara su convenio con la Casa de Israel y que los bendijera (v. 37).

Segunda despedida

En los años siguientes, Moroni debió haber encontrado suficiente mineral para crear planchas adicionales.5 En algún momento, él asumió que solo agregaría el libro de Éter y, por lo tanto, escribió su segundo adiós, incluyéndolo en Éter 12. Aquí fue mucho menos legalista y mucho más conciliador. Tal vez se sintió calmado por el destino que le sucedió no solo a los jareditas, sino también a su propio pueblo. Aquí él quería que los gentiles y sus hermanos, los lamanitas, supieran que los amaba (v. 38), que él había visto a Jesús y que había aprendido de Él (v. 39), y que él les encomendó a Jesús—para que la gracia del Padre y el Hijo permaneciera con ellos para siempre, al dar testimonio el Espíritu Santo (v. 40).

Despedida final

Después de terminar su compendio de la historia jaredita, Moroni regresó por tercera vez, informando: “[H]abía pensado no escribir más, pero no he perecido todavía… Por consiguiente, escribo unas pocas cosas más, contrario a lo que había supuesto” (Moroni 1:1-4). Explicó además: “[E]scribo unas cuantas cosas más, que tal vez sean de valor a mis hermanos los lamanitas en algún día futuro, según la voluntad del Señor” (v. 4).6 Su sumisión “a la voluntad del Señor” es reveladora, lo que sugiere que el Señor estuvo involucrado—ya sea por inspiración o revelación directa—en su decisión de agregar sus capítulos finales al registro.7

En este punto, Moroni incluyó en su registro las palabras sagradas para ser usadas en efectuar las ordenanzas del sacerdocio (Moroni 2-6), y él copió tres cartas de su padre Mormón que son de gran valor, con respecto a la gracia, los dones, la fe, la esperanza, el amor (Moroni 7), bautismo (Moroni 8), y las atrocidades por las cuales los nefitas fueron borrados (Moroni 9).

Finalmente, terminó con una serie de exhortaciones, rogando a la gente que recuerde, que pregunte, que no niegue y que venga a Cristo, que sea perfecta en él por la gracia de Dios (Moroni 10:32) y ser triunfantes “ante el agradable tribunal del gran Jehová” (v. 34). Aquí, Moroni afirmó que la gracia de Dios ofrece el camino para que todos se vuelvan santificados y no más confundidos (vv. 31-33).8

El Porqué

Moroni escribió su primer despedida en el año 400 (véase Mormón 8:6), aproximadamente 15 años después de la batalla final en Cumorah (véase Mormón 6:5), y su despedida final fue entregada después del año 420 (véase Moroni 10:1), 20 años después de su primer adiós.9 La larga brecha entre estas conclusiones es significativa. Durante un período considerable de tiempo, Moroni probablemente no estaba seguro de lo que le sucedería, y después de su primer adiós, tuvo 20 años para pensar en el registro y lo que podría agregar a sus páginas.

Cuando los lectores reconocen que las tres despedidas de Moroni fueron escritas en diferentes etapas de su vida y en el contexto de los diferentes proyectos de guardar los registros, pueden comprender mejor el propósito y el significado de cada uno. En el primero, habló con la voz de justicia. En el segundo, se sintió conmovido por la simpatía. Como lo observó Steve Walker: “A través de este [segundo] escenario final, sorprendido por su finalidad, estamos mirando por encima del hombro de Moroni mientras mira por encima del hombro del testigo presencial, Éter, estupefacto por la absoluta falta de sentido de esta total destrucción”.10

En el tercero, Moroni entregó el asunto a la voluntad y la gracia de Dios. Como ha destacado el élder M. Russell Ballard: “la Restauración no es un evento, sino que sigue en pleno desarrollo”.11 También con Moroni, sus finales para el Libro de Mormón también se desarrollaron, ya que pudo revisar y agregar punto por punto a sus mensajes finales.

Las tres despedidas por separado de Moroni proveen a los lectores tres oportunidades diferentes para entender los propósitos del Libro de Mormón a través de los ojos de Moroni, su último autor y registrador. Como una solemne advertencia para nosotros hoy, Thomas describió poéticamente a Moroni como un “santo errante en el límite de la vida y la muerte, en el límite de significado y falta de sentido, [quien] nos envía una nota sobre el colapso de nuestra propia casa encima de nuestra propia Cumorah final”.12

Sorprendentemente, y a pesar de lo deplorable de su situación, Moroni finalmente fue capaz de entregar un mensaje de redención, una promesa de que los lectores podrían ser perdonados y convertirse en “santos, sin mancha” (Moroni 10:33). Como Walker concluyó: “Esa esperanza final, deslumbrante en medio de las finalidades por lo demás sombrías, dramatiza el alcance literario del “Libro de Mormón entero”.13

Otras lecturas

James E. Faulconer, “Sealings and Mercies: Moroni’s Final Exhortations in Moroni 10,” Journal of the Book of Mormon and Other Restoration Scripture 22 , no. 1 (2013): 4–19.

Steve Walker, Last Words: 4 Nephi–Moroni,” en The Reader’s Book of Mormon, ed. Robert A. Rees y Eugene England, Volume 7 (Salt Lake City, UT: Signature Books, 2008), vii–xxii.

Mark D. Thomas, “Moroni: The Final Voice,” Journal of Book of Mormon Studies 12, no. 1 (2003): 88–99, 119–120.

Sidney B. Sperry, “Moroni the Lonely: The Story of the Writing of the Title Page to the Book of Mormon,” Journal of Book of Mormon Studies 4, no. 1 (1995): 255–259.

 

1. En la edición de 1830 del Libro de Mormón, Mormón 8-9 comprendía un solo capítulo. Véase John W. Welch and J. Gregory Welch, Charting the Book of Mormon: Visual Aids for Personal Study and Teaching (Provo, UT: FARMS, 1999), gráfica 170.
2. Moroni explica que en este punto tenía “sino pocas cosas que escribir” (Mormón 8:1) y dice: “[E]scribiré y esconderé los anales en la tierra; y no importa a dónde yo vaya” (v. 4). Estas declaraciones no solo tienen un sentido de finalidad, sino que, según Mark D. Thomas, la despedida de Moroni siguió la “típica fórmula final nefita”. Véase Mark D. Thomas, “Moroni: The Final Voice,” Journal of Book of Mormon Studies 12, no. 1 (2003): 92.
3. Véase Thomas, “Moroni: The Final Voice,” 96.
4. Para la expectativa de Mormón de que Moroni terminara el registro, véase Palabras de Mormón 1:2.
5. Parece que durante el período de paz entre los nefitas y los lamanitas, Moroni pudo haber sido un aprendiz de su padre, ayudándole con la investigación y las responsabilidades de mantener registros de la composición del Libro de Mormón. En este proceso, Moroni probablemente habría aprendido las habilidades metalúrgicas necesarias para crear sus propias planchas. Además, el hecho de que mencionara la falta de mineral implica, en primer lugar, que si tuviera mineral, podría usarlo. Para un estudio de lo que pudo haber ocurrido durante los diez años de paz, véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué es importante el tratado de paz que duró 10 años? (Mormón 3:1), ” KnoWhy 228 (Octubre 17, 2017).
6. Steve Walker ha descrito este material adicional como “unas veinte páginas de la filosofía más compacta de todas las Escrituras”. Véase Steve Walker, Last Words: 4 Nephi–Moroni,” en The Reader’s Book of Mormon, ed. Robert A. Rees y Eugene England, Volume 7 (Salt Lake City, UT: Signature Books, 2008), xviii.
7. Hay al menos tres explicaciones plausibles de por qué Moroni sintió que Éter sería su proyecto final de redacción. Una posibilidad es que Moroni no estuviera seguro de cuánto espacio llevaría terminar su compendio de Éter. En este escenario, puede haber escrito sus comentarios de despedida en Éter 12 para asegurarse de que dio el cierre adecuado al texto. Luego, cuando terminó y descubrió que tenía más espacio, él incluyó Moroni 1-10. Otra posibilidad es que Moroni solo tuviera espacio suficiente en las planchas para agregar el libro de Éter. Luego, en algún momento posterior, pudo obtener acceso a suficiente mineral para hacer algunas planchas adicionales y agregarlos a su registro. Una tercera posibilidad es que Moroni tuviera suficiente espacio en las planchas, pero creyó que el libro de Éter era lo último que el Señor quería que él escribiera. Luego, después de su compilación, el Señor inspiró o explícitamente le ordenó que escribiera más.
8. Es posible que fuera en respuesta directa a las inseguridades o insatisfacción de Moroni con su primer final que el Señor le brindó más oportunidades para completar el registro.
9. La decisión de Moroni de concluir la historia de su padre en el año 400 y luego concluir la suya después del año 420 puede guardar relación con las prácticas de registro del tiempo en la antigua América. Mark Wright explicó: “La mayoría de los monumentos del período Clásico comienzan con una ‘Cuenta larga’, que comienza con un conteo de un baktún (400 años) y katuns (20 años). Notablemente, el capítulo final del Libro de Mormón también comienza con una cuenta de ‘cuatrocientos veinte años’ (Moroni 10:1), tal vez una alusión intencional a la Cuenta Larga Maya”. Véase Mark Alan Wright, “Nephite Daykeepers: Ritual Specialists in Mesoamerica and the Book of Mormon,” en Ancient Temple Worship: Proceedings of the Expound Symposium, 14 May 2011, ed. Matthew B. Brown, Jeffrey M. Bradshaw, Stephen D. Ricks y John S. Thompson (Salt Lake City y Orem, UT: Eborn Books y Interpreter Foundation, 2014), 253. Véase también John E. Clark, “Archaeology, Relics, and Book of Mormon Belief,” Journal of Book of Mormon Studies 14, no. 2 (2005): 46–47; Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Samuel hizo profecías tan cronológicamente precisas? (Helamán 13:5)”, KnoWhy 184 (Agosto 16, 2017).
10. Walker, “Last Words,” xiii. Véase también, Thomas, “Moroni: The Final Voice,” 98: “Después de terminar el registro nefita dos veces con historias de angustiosa aniquilación, Moroni termina una última vez con un mensaje de esperanza… Las tres despedidas pueden resumirse, en orden que aparecen en el registro, como la destrucción pasada 1 (los nefitas), la destrucción pasada 2 (los jareditas) y la futura restauración”.
11. M. Russell Ballard, “¿A quién iremos?Liahona (octubre 2016): 90.
12. Thomas, “Moroni: The Final Voice,” 99.
13. Walker, “Last Words,” xviii.

Traducido por Central del Libro de Mormón