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KnoWhy #329

¿Por qué la maldad nunca fue felicidad?

marzo 14, 2018
KnoWhy #329
Imagen por Book of Mormon Central
Imagen por Book of Mormon Central
“No vayas a suponer, porque se ha hablado concerniente a la restauración, que serás restaurado del pecado a la felicidad. He aquí, te digo que la maldad nunca fue felicidad”.
Alma 41:10

Contexto y contenido

Durante la misión de Alma a los zoramitas, su hijo Coriantón “[dejó] el ministerio” y se fue “tras la ramera Isabel” (Alma 39:3).1 Con el propósito de ayudar a su hijo a arrepentirse y regresar a la obra misional, Alma advirtió: “No vayas a suponer, porque se ha hablado concerniente a la restauración, que serás restaurado del pecado a la felicidad. He aquí, te digo que la maldad nunca fue felicidad” (Alma 41:10).

En este versículo, el término “restauración” se refiere a la resurrección y juicio final. 2 Estas doctrinas fueron tema de gran controversia entre las personas del Libro de Mormón. El apóstata Nehor, por ejemplo, había llevado a muchos a la creencia equivocada de que “al fin todos los hombres tendrían vida eterna” sin importar si sus actos fueron buenos o malos (Alma 1:4, énfasis añadido).3 Este tipo de enseñanza puede explicar el por qué Coriantón asumió que si no se arrepentía de sus pecados de alguna manera podría ser feliz después de la resurrección.4

Para ayudar a Coriantón a comprender el por qué una persona no puede ser “restaurado del pecado a la felicidad”, Alma utilizó una forma de poesía llamada quiasmo (Alma 41:10).5 Este tipo de poema da una serie de palabras o frases y luego los coloca en orden inverso:

A.     No vayas a suponer, porque se ha hablado concerniente a la restauración, que serás restaurado del pecado a la felicidad.

B.      He aquí, te digo que la maldad nunca fue felicidad.

C.      Y así, hijo mío, todos los hombres que se hallan en un estado natural,

D. o más bien diría, en un estado carnal,

E. están en la hiel de amargura

E. y en las ligaduras de la iniquidad

D. se encuentran sin Dios en el mundo,

C. y han obrado en contra de la naturaleza de Dios;

B. por tanto, se hallan en un estado que es contrario a la naturaleza de la felicidad.

A.     Y he aquí, ¿significa la palabra restauración tomar una cosa de un estado natural y colocarla en un estado innatural, o sea, ponerla en una condición que se opone a su naturaleza? (Alma 41:10–12)6

El centro del quiasmo es usualmente la parte más importante de su mensaje.7 Por lo que, en este caso, Alma colocó “hiel de amargura” y “ligaduras de la iniquidad” en medio, enfatizando las terribles e inevitables consecuencias del pecado (Alma 41:11). Edificando sobre esta importante verdad, él mostró cómo la “naturaleza de Dios” y la “naturaleza de la felicidad” están inseparablemente conectadas (v. 11). El vivir en contra de los mandamientos de Dios es vivir en contra de la eterna naturaleza de la felicidad. Y debido a que la resurrección no puede restaurar nada a “un estado innatural”, es imposible vivir en un estado de iniquidad en la mortalidad y luego, sin un arrepentimiento sincero, ser recompensado con un estado de paz y felicidad en el cielo (v. 12).

Dominio de la Doctrina Alma 41:10. Infográfico a través de Book of Mormon Central

Dominio de la Doctrina Alma 41:10. Infográfico a través de Book of Mormon Central

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Coriantón seguramente no era la primera persona en malinterpretar este principio. La declaración de Alma de que “la maldad nunca fue felicidad” sugiere una larga historia de conceptos erróneos (Alma 41:10, énfasis añadido). El primero y tal vez más notable ejemplo en las Escrituras de esta falsa creencia es cuando Caín mató a su hermano Abel.

Después de haber cometido su terrible crimen, Caín dijo: “Verdaderamente yo soy Mahán, el maestro de este gran secreto, a fin de que yo pueda asesinar y obtener lucro… y se gloriaba de su iniquidad” (Moisés 5:31).8 Aparentemente, Caín sintió satisfacción por haber matado a su hermano. Sin embargo, después de haber sido maldecido por el Señor, Caín dijo: “[M]i castigo es más de lo que puedo soportar” (v. 38). Las escrituras demuestran que, desde los días de Adán hasta el día de hoy, la maldad nunca ha dado la verdadera felicidad. Tal como Samuel el lamanita les recordó a los nefitas malvados: “[H]abéis buscado la felicidad cometiendo iniquidades, lo cual es contrario a la naturaleza de esa justicia que existe en nuestro gran y Eterno Caudillo” (Helamán 13:38).

Doctrinas y Principios

Al igual que Coriantón, muchas personas ahora en día están confundidas acerca de la naturaleza eterna de las leyes “inmutables e inalterables” de Dios.9 Algunos creen que no hay leyes morales absolutas. Otros imaginan que Dios tolerará cualquier mala conducta debido a su amor infinito y eterno.10 La verdad, sin embargo, es que el amor de Dios por sí solo no puede eliminar las consecuencias eternas del pecado.11 Solo la fe, el arrepentimiento y la obediencia a los mandamientos de Dios pueden activar el poder purificador y redentor de la expiación infinita de Cristo.

El presidente Boyd K. Packer explicó: “Hay leyes tanto morales como físicas ‘irrevocablemente decretada[s] en el cielo antes de la fundación de este mundo’ que no se pueden cambiar. La historia demuestra una y otra vez que las normas morales no se pueden cambiar mediante el combate ni por votación”.12 Reconociendo las leyes eternas de Dios, el élder Jeffrey R. Holland enseñó que “si el amor debe ser nuestro lema, tal como debe ser, entonces, según la palabra de Aquel que es el amor personificado, debemos abandonar la transgresión y cualquier indicio de que la apoyamos en otras personas”.13

Debido a que Alma amaba profundamente a su hijo Coriantón, le enseñó la naturaleza eterna de las leyes de Dios y le advirtió sobre las consecuencias inevitables del pecado. Así también, todos los padres deberían amorosamente “criar a [sus] hijos en la luz y la verdad” (DyC 93:40). El élder D. Todd Christofferson explicó que “[l]a motivación para elevar la voz de amonestación es el amor: el amor a Dios y a los semejantes”.14

En este espíritu de amor, el élder Dallin H. Oaks advirtió: “No hay felicidad en el alcohol ni en las drogas, solo esclavitud. No hay felicidad en la violencia, solo dolor y lamentos. No hay felicidad en las relaciones sexuales ilícitas ni en las caricias impúdicas fuera de los lazos del matrimonio, sino solo degradación y un aumento del impulso que lleva por el camino de la muerte espiritual”.15 Lo mismo podría decirse de cualquier tipo de pecado.

La maldad a veces puede proporcionar satisfacción temporal (3 Nefi 27:11),  aquellos que quebrantan los mandamientos de Dios solo pueden “gozar de los placeres temporales del pecado” (Hebreos 11:25). Tarde o temprano, tal maldad siempre terminará en miseria. Por otro lado, el persistir en la justicia, eternamente resultará en “una felicidad duradera o a un gozo eterno”.16

Otras lecturas

Élder D. Todd Christofferson, “La voz de amonestación”, Liahona, Mayo 2017, 108–111, en línea en lds.org.

Élder L. Tom Perry, “La obediencia a la ley es libertad”, Liahona, Mayo 2013, 86-88, en línea en lds.org.

Presidente Boyd K. Packer, “Limpiemos el vaso interior”, Liahona, Noviembre 2010, 74-77, en línea en lds.org.

Élder Dallin H. Oaks, “El gozo y la miseria”, Liahona, Noviembre 1991, en línea en lds.org.

 

1. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué el pecado de Coriantón fue tan grave? (Alma 42:13)”, KnoWhy 150 (Junio 28, 2017); Book of Mormon Central en Español, “¿Qué dice Alma sobre evitar el pecado sexual? (Alma 39:9)”, KnoWhy 326.
2. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué y cómo explicó Alma el significado de la palabra ‘restauración’? (Alma 40:9)”, KnoWhy 149 (Junio 30, 2017); Richard O. Cowan, “A New Meaning of ‘Restoration’: The Book of Mormon on Life After Death”, en Alma, The Testimony of the Word, Book of Mormon Symposium Series, Volume 6, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate, Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1992), 195–210; Denis L. Largey, “Restoration, plan of”, en Book of Mormon Reference Companion, ed. Dennis L. Largey (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2003), 679–680; Robert J. Matthews, “Resurrection, the”, en Book of Mormon Reference Companion, 680.
3. Véase Douglas J. Merrell, “The False Priests of the Book of Mormon”, en Selections from the Religious Education Student Symposium 2005 (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 2005), 87–90.
4. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué Coriantón estaba tan preocupado por la resurrección? (Alma 40:9)”, KnoWhy 148 (Junio 29, 2017).
5. Véase Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué es significativa la presencia de quiasmos en el Libro de Mormón? (Mosíah 5:10–12)”, KnoWhy 166 (Julio 21, 2017).
6. El formato sigue a Donald W. Parry, Poetic Parallelisms in the Book of Mormon: The Complete Text Reformatted (Provo, UT: Neal A. Maxwell Institute for Religious Scholarship, 2007), 332.
7. Véase John W. Welch, “Criteria for Identifying and Evaluating the Presence of Chiasmus”, Journal of Book of Mormon Studies 4, no. 2 (1995): 8.
8. El Señor incluso dijo a Caín que “se dirá en tiempos venideros que estas abominaciones procedieron de Caín” (Moisés 5:25).
9. Élder L. Tom Perry, “La obediencia a la ley es libertad”, Liahona, Mayo 2013, 86, en línea en lds.org.
10. Véase Elder Dallin H. Oaks, “La verdad y la tolerancia”, Devocional del SEI para jóvenes adultos, 11 de septiembre de 2011, en línea en lds.org.
11. Alma enseñó que para aquellos que persisten en la iniquidad, “se hallarán como si no se hubiese hecho ninguna redención; porque no pueden ser redimidos de acuerdo con la justicia de Dios” (Alma 12:18).
12. Presidente Boyd K. Packer, “Limpiemos el vaso interior”, Liahona, Noviembre 2010, 76, en línea en lds.org.
13. Élder Jeffrey R. Holland, “El costo —y las bendiciones— del discipulado”, Liahona, Mayo 2014, 8, en línea en lds.org (puntuación modificada).
14. Élder D. Todd Christofferson, “La voz de amonestación”, Liahona, Mayo 2017, 109, en línea en lds.org.
15. Élder Dallin H. Oaks, “El gozo y la miseria”, Liahona, Noviembre 1991, en línea en lds.org (ortografía actualizada).
16. Élder Oaks, “El gozo y la miseria”, en línea en lds.org.

Traducido por Central del Libro de Mormón