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KnoWhy #531

¿Por qué aparecen palabras y frases del Nuevo Testamento en el Libro de Mormón? Parte 4: Revelaciones a los profetas nefitas como la fuente (Parte B)

octubre 22, 2019
KnoWhy #531
"The Apocalypse of Saint John the Evangelist" (El apocalipsis de San Juan el evangelista) por Jan Massijs
"The Apocalypse of Saint John the Evangelist" (El apocalipsis de San Juan el evangelista) por Jan Massijs
“[T]e doy poder, de que cuanto sellares en la tierra, sea sellado en los cielos; y cuanto desatares en la tierra, sea desatado en los cielos”
Helamán 10:7

Este es el cuarto de una serie de KnoWhys que analiza la pregunta “¿Por qué aparecen las palabras y frases del Nuevo Testamento en el Libro de Mormón?”

El Conocimiento

En la Parte 3 de esta serie, se demostró que la frase “Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca”, que es similar a Mateo 3:2, fue entregada directamente a Alma hijo por el Espíritu Santo, como Alma mismo dice en Alma 7:9. Parece claro que antes de la aparición de Jesús en el nuevo mundo, Él (o su ángel o el Espíritu Santo) habló a los profetas del Libro de Mormón como a Nefi, Jacob, Abinadí, Benjamín, Alma y otros, y aprendieron frases de Él como las del Nuevo Testamento. La Parte 4 de esta serie discutirá ejemplos específicos de esta fuente potencial del lenguaje del Nuevo Testamento en el Libro de Mormón. El siguiente es un buen ejemplo:

  • En 2 Nefi 31:15, el primer Nefi escribió que había escuchado “la voz del Padre que decía: Sí, las palabras de mi Amado son verdaderas y fieles. Aquel que persevere hasta el fin, este será salvo”. Esta última frase usa un lenguaje casi idéntico al que se encuentra en Mateo 10:22, 24:13 y Marcos 13:13.

 

A través de la revelación, a los profetas nefitas también se les pudo haber enseñado doctrinas y principios que posteriormente también serían enseñados o revelados en el cristianismo del Nuevo Testamento. Por ejemplo:

  • Según los informes, Alma enseñó, con respecto a la simiente de la palabra de Dios, que “cuando el calor del sol llegue y lo abrase, se secará porque no tiene raíz” (Alma 32:38). Esto es esencialmente lo mismo que Jesús enseñaría más tarde en la parábola del sembrador (Mateo 13:6). Es posible que Jesús revelara alguna versión de la parábola directamente a Alma antes de enseñarla durante su ministerio mortal.
  • A Nefi se le mostraron en visión muchas cosas que sucederían a medida que se desarrollara la historia del mundo, incluido el destino de la Iglesia de Cristo tanto en sus primeros años como en los últimos días (1 Nefi 12–14), algunas de los cuales son similares a las palabras y representaciones encontradas en el libro de Apocalipsis. A Nefi se le instruyó por un guía angelical que no escribiera todo lo que vio, “porque el Señor Dios ha ordenado que las escriba el apóstol del Cordero de Dios” (1 Nefi 14:24–25).

El por qué

Este último punto, en el que a Nefi y al apóstol Juan se les mostraron las mismas cosas en visión por un ángel de Dios, es un buen ejemplo de cómo el mismo conocimiento divino puede ser revelado a dos personas diferentes en tiempos y lugares diferentes. Si el Espíritu Santo pudo haber dado la misma visión tanto a Nefi como a Juan, ¿No pudo haber hecho lo mismo con otros profetas tanto en la Biblia y el Libro de Mormón?.

Otro posible ejemplo de este fenómeno, dentro de la misma Biblia, es la repetición de la misma visión tanto en Miqueas 4:1-5 como Isaías 2:1-5. La famosa profecía del monte de la casa de Jehová siendo establecida en la cima del monte en los últimos días aparece en ambos libros proféticos con solo unas pequeñas variaciones.

Aunque algunos eruditos han argumentado que un profeta debió haber tomado prestado de otro o que ambos dependieron de alguna fuente profética desconocida, no hay una evidencia final para cualquier conclusión.1 Algunos comentaristas bíblicos han sugerido que los dos profetas pudieron haber recibido la misma revelación de Dios de manera independiente.2 Para aquellos que creen que el Espíritu Santo es quien entrega la palabra de Dios a los profetas, por medio de la revelación divina, esto tiene sentido.

La Ley de Moisés estipulaba que al menos dos testigos debían confirmar cualquier testimonio: “Por boca de dos testigos o por boca de tres testigos se establecerá el asunto” (Deuteronomio 19:15). Si aplicamos este principio a la idea de que Dios siempre revelará Su voluntad con respecto a la humanidad a Sus profetas (Amós 3:7), se puede esperar que las doctrinas importantes, principios y enseñanzas serán reveladas al mundo a través de más de un profeta. Como se indica en 2 Nefi 27:14, “en la boca de cuantos testigos a él le plazca, [Dios] establecerá su palabra”.

El Libro de Mormón por sí mismo es “otro testamento de Jesucristo” el cual contiene muchas enseñanzas, profecías y revelaciones que confirman y nos ayudan a comprender ideas similares reveladas en la Biblia. Con respecto a la aparición del Libro de Mormón como otro testigo de Su palabra, el mismo Señor dijo:

¿Por qué murmuráis por tener que recibir más de mi palabra? ¿No sabéis que el testimonio de dos naciones os es un testigo de que yo soy Dios, que me acuerdo tanto de una nación como de otra? Por tanto, hablo las mismas palabras, así a una como a otra nación. Y cuando las dos naciones se junten, el testimonio de las dos se juntará también” (2 Nefi 29:8, énfasis añadido).

 

Este KnoWhy fue posible gracias a las generosas contribuciones de Arlo y Jackie Luke

Otras lecturas

Book of Mormon Central en Español, “¿Por qué hay necesidad del testimonio de dos naciones? (2 Nefi 29:8)”, KnoWhy 56, (10 de marzo de 2017).

Bruce A. Van Orden, “The Law of Witnesses in 2 Nephi“, en Second Nephi, The Doctrinal Structure, ed. Monte S. Nyman y Charles D. Tate Jr. (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1989), 307–21.

Glenn L. Pearson, “The Book of Mormon As a Witness of the Old Testament“, Ensign (junio de 1986).

Joseph F. McConkie, “A Comparison of Book of Mormon, Bible, and Traditional Teachings on the Doctrines of Salvation“, en The Book of Mormon: The Keystone Scripture, ed. Paul R. Cheesman (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1988), 73–90.

Ensign Staff, “The Book of Mormon: A Witness with the Bible,” Ensign (October 2011): 24–27.

Russell M. Nelson, “A Treasured Testament,” Ensign (July 1993): 61–65.

 

1. Véase Thomas E. McComiskey, The Expositor’s Bible Commentary, Vol. 7: Daniel–Minor Prophets (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1985), 422; John N. Oswalt, The New International Commentary on the Old Testament: Isaiah, Chapters 1–39 (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1986), 115; McComiskey y Oswalt argumentan que Miqueas fue el autor original y que Isaías lo tomó prestado y adaptó a su propio mensaje profético. Alec Motyer, Tyndale Old Testament Commentaries: Isaiah (Downers Grove: InterVarsity, 1999), 51; Geoffrey Grogan, The Expositor’s Bible Commentary, Vol. 6: Isaiah–Ezekiel (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1986), 34 –– Motyer y Grogan creen que Miqueas tomó prestado de Isaías. Kenneth L. Barker y Waylon Bailey, The New American Commentary, Vol. 20: Micah, Nahum, Habakkuk, Zephaniah (Nashville: Broadman & Holman, 1998), 83; John J. Collins, Introduction to the Hebrew Bible (Minneapolis, MN: Fortress Press), 323 ––sugiere que ambos profetas tomaron de una fuente profética común; John Goldingay, New International Biblical Commentary: Isaiah (Peabody, MA: Hendrickson, 2001), 42; Elizabeth Achtemeier, New International Biblical Commentary: Minor Prophets I (Peabody, MA: Hendrickson, 1996), 328 ––concluyó que no es posible saber el autor original del oráculo.
2. Véase Barker y Bailey, The New American Commentary, 83; Grogan, The Expositor’s Bible Commentary, Vol. 6, 34; McComiskey, The Expositor’s Bible Commentary, Vol. 7, 421.

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Referencia a las escrituras

Traducido por Central del Libro de Mormón