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KnoWhy #31

¿Los antiguos Israelitas construyeron templos fuera de Jerusalén?

febrero 8, 2017
KnoWhy #31
Las ruinas de la isla de Elefantina
“Y yo, Nefi, edifiqué un templo”
2 Nefi 5:16

El conocimiento

Algún tiempo después de su llegada en el nuevo mundo, Nefi y sus seguidores se separaron de los lamanitas y establecieron una pequeña comunidad de creyentes (2 Nefi 5:5 – 15). El Libro de Mormón menciona que en ese momento, Nefi construyó un templo. “Y yo, Nefi, edifiqué un templo, y lo construí según el modelo del templo de Salomón, salvo que no se construyó de tantos materiales preciosos, pues no se hallaban en esa tierra; por tanto, no se pudo edificar como el templo de Salomón. Pero la manera de su construcción fue semejante a la del templo de Salomón; y su obra fue sumamente hermosa” (2 Nefi 5:16)

Algunos han preguntado si la construcción de un templo fuera de Jerusalén hubiera sido apropiada para devotos israelitas que siguen la ley de Moisés. Al menos tres diferentes antagonistas del Libro de Mormón durante la vida de José Smith atacaron inmediatamente el registro nefita por supuestamente contravenir la ley bíblica, pues insistieron que era prohibido construir cualquier templo fuera de Jerusalén.1 Otros también han preguntado cómo habría sido logísticamente posible para un pequeño grupo de nefitas construir un templo “a la manera de Salomón”, que tomó años de mano de obra intensa, una obra de gran escala para construir.2

Aunque no se conocía en los días de José Smith, trabajos arqueológicos han descubierto que los antiguos israelitas sí, de hecho, construyeron templos “según el modelo de Salomón”, que se han localizado fuera de Jerusalén y aún fuera de las tierras de Israel.  Según William J. Hamblin and David Rolph Seely, “los arqueólogos han descubierto evidencia de al menos cuatro templos israelitas que no se mencionan en la Biblia que florecieron durante [el tiempo antes de Lehi].” Estos templos se han encontrado en Megido, Arad, Laquis y Beersheva.3

Concerniente al templo de Arad, por ejemplo, Philip J. King y Lawrence E. Stager escribieron: “El templo [es] dedicado al Dios de Israel” y consiste en una estructura tripartita con «un patio, sala principal y Lugar Santísimo,» al igual que el templo de Salomón. Mientras que el templo de Arad no era precisamente como el templo de Salomón (es del tipo de “cuarto amplio” opuesto al “cuarto largo” del templo de Jerusalén), comparten suficientes similitudes en su arquitectura y función para que sea inconfundible como un templo auténtico israelita, compuesto por su propia fuerza y administración del sacerdocio.4

Además, la misma Biblia “describe por lo menos once edificios que pueden ser identificados como santuarios dedicados a la obra de Jehová” como Hamblin y Seely claramente lo demostraron. Su lista incluye lugares sagrados en “Shiloh, Dan, Betel, Gilgal, Mizpa, Hebrón, Belén, Nob, Efraín, Ofra y Guibeá.”5 Así, ademas de los templos actuales, los antiguos israelitas no estaban evidentemente vacilantes en construir pequeños lugares fuera de Jerusalén para adorar al Señor.

Pero quizás, el más famoso, y, para el Libro de Mormón, el más importante, ejemplo de un antiguo templo israelita que fue construido fuera de Jerusalén fue el que los judíos refugiados construyeron en la isla de Elefantina en Egipto. Como lo confirmó un conjunto de cartas escritas por los judíos que vivían en la isla a los funcionarios en Judá, la comunidad había sido saqueada por los egipcios paganos y los líderes locales solicitaron una reparación. “[Una] columna muy fragmentada [en uno de los papiros] se refiere a los sacrificios del templo e incluye tres peticiones, al parecer para la protección y la reconstrucción del templo,” según lo informado por un erudito judío líder Bezalel Porten.6

Todavía otra carta en esa colección se refiere explícitamente al templo (y las ordenanzas de sacrificio que ocurrían allí) un número de veces, y “rastros del mismo templo pudieron haber sido descubiertos en recientes excavaciones”.7 Aunque el templo en Elefantina es posterior a la salida de Lehi de Jerusalén por cerca de dos siglos, da pruebas sólidas de que los antiguos judíos no eran reacios a construir santuarios fuera incluso de la misma tierra de Israel cuando fuera necesario.

El porqué

La evidencia de antiguos israelitas construyendo templos fuera de Jerusalén indica que Nefi no quebrantaba la costumbre establecida en la construcción de un templo en el nuevo mundo.8 Nefi fue, sin duda, bien instruido en las escrituras y prácticas religiosas de su tiempo y sabía la importancia de contar con las bendiciones del templo en su vida y en las vidas de sus seguidores. Siguiendo un precedente indiscutible, él mantuvo continuidad con su herencia israelita al construir un templo donde él y su pequeño grupo de seguidores podrían enfocar su amor, dedicación, sacrificios y la obediencia a Dios.

Las pruebas de Elefantina apoyan la veracidad del informe del Libro de Mormón que los israelitas refugiados construyeron templos fuera de la tierra de Israel. Después de la destrucción del templo de Salomón, algunos judíos en Egipto construyeron un pequeño templo para continuar con las prácticas religiosas de la comunidad, precisamente como los nefitas hicieron, como se registra en el Libro de Mormón.

Como Hugh Nibley explicó: “El descubrimiento de los documentos de Elefantina en 1925 mostraron que las colonias de Judíos realmente huyeron hacia el desierto de la misma manera que lo hizo Lehi, durante su vida, y por las mismas razones; llegaron a su nuevo hogar lejos del Nilo, ellos procedieron a construir una réplica del Templo de Salomón, exactamente como Lehi lo hizo a su desembarco al nuevo mundo”. Hablando de los Nefitas, Nibley por consiguiente resumió en otros lugares “en todas estas cosas ellos estaban simplemente siguiendo lo que estaba establecido sin quebrantar ninguna ley del pasado”.9

Los judíos justos en la antigüedad eran personas que construían templos. Ellos construyeron un tabernáculo en el desierto como el Señor les mandó hacerlo. Queriendo mantener la presencia del Señor como el centro de sus vidas y en su comunidad, los israelitas observantes transportaron ese precursor del templo con ellos mientras caminaban por cuarenta años en el desierto y aun mucho después de que se acentuaron en su tierra prometida. Una vez que el tiempo lo permitió, Salomón construyó un templo permanente en Jerusalén. De la misma manera, Nefi y su pueblo siguieron su camino a la devoción consagrada una vez que hubieron alcanzado la tierra de promisión dada a ellos por el Señor su Dios.

Otras lecturas

Brant Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon (Salt Lake City: Greg Kofford Books, 2007), 2:101–104.

William J. Hamblin and David Rolph Seely, Solomon’s Temple: Myth and History (London: Thames and Hudson, 2007), 33–36.

Jared W. Ludlow, “A Tale of Three Communities: Jerusalem, Elephantine, and Lehi-Nephi,” Journal of Book of Mormon Studies 16, no. 2 (2007): 28-41, 95.

 

1. “[El Libro de Mormón] representa la obra del templo como si continuara en la nueva tierra prometida contrario a cada precepto de la ley, y el pueblo de Nefi está más feliz que nunca por derramar lágrimas por un registro de escisión, no por mirar hacia el templo de Jerusalén o de Dios.” Alexander Campbell, “Delusions”, Millennial Harbinger 2, no. 2 (7 February 1831): 92. “[El libro de Mormón] representa el servicio de un templo en esta tierra, contrario a cada precepto de la ley divina dada a los judíos en la Biblia.” “Mormonism,” New York Weekly Messenger and Young Men’s Advocate (29 April 1835). “[El Libro de Mormón] encuentra a los indios de América del norte… construyendo templos 5 mil millas de Jerusalén, donde solo los judíos fueron a adorar, pero [también] ofreciendo sacrificios y realizando todas las funciones del sacerdocio aceptables al Señor y sigue exhortando el uno al otro para mantener la ley de Moisés.”James H. Hunt, Mormonism: Embracing the Origin, Rise and Progress of the Sect, with an Examination of the Book of Mormon; Also, Their Troubles in Missouri, and Final Expulsion from the State (St. Louis: Ustick & Davies, 1844), 86.
2. Véase por ejemplo el argumento a lo largo de estas líneas presentadas por B. H. Roberts, Studies in the Book of Mormon, 2nd ed., ed. Brigham D. Madsen (Salt Lake City: Signature Books, 1992), 259–261. Brant Gardner y Mark Wright han respondido a esta preocupación señalando que templo de Nefi posiblemente podría haber sido “a la manera de Salomón” en la función cósmica, ritual y tal vez un diseño arquitectónico básico (aunque más adelante los templos nefitas seguramente habrían adoptado y seguido patrones de los templos de Mesoamérica), no necesariamente en escala y la grandeza, que reconocen que habría sido prácticamente imposible replicar para la pequeña colonia nefita. Véase Brant Gardner, Second Witness: Analytical and Contextual Commentary on the Book of Mormon (Salt Lake City: Greg Kofford Books, 2007), 2:101–104; Mark Alan Wright, “Axes Mundi: Ritual Complexes in Mesoamerica and the Book of Mormon,” Interpreter: A Journal of Mormon Scripture 12 (2014): 81–82.
3. William J. Hamblin and David Rolph Seely, Solomon’s Temple: Myth and History (London: Thames and Hudson, 2007), 33.
4. Philip J. King and Lawrence E. Stager, Life in Biblical Israel (Louisville, Kentucky: Westminster John Knox Press, 2001), 338; William G. Dever, What Did the Biblical Writers Known And When Did They Know It? (Grand Rapids, Mich.: William B. Eerdman’s Publishing, 2001), 181. “Varias familias sacerdotales en Arad, con nombres idénticos a las familias en la Biblia, son, de hecho, conocidas de los óstraka, o cerámica inscrita, que también menciona la ‘casa/templo de Jehová’.”
5. Hamblin and Seely, Solomon’s Temple, 33.
6. Bezalel Porten, “Petition for Reconstruction of Temple(?) (Draft),” in The Context of Scripture, Volume III: Archival Documents from the Biblical World, ed. William W. Hallo (Leiden/Boston: Brill, 2003), 123.
7. Porten, “Request for Letter of Recommendation (First Draft), in The Context of Scripture, Volume III, 125.
8. Hugh Nibley, “Two Shots in the Dark,” in Book of Mormon Authorship: New Light on Ancient Origins, ed. Noel B. Reynolds (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1982), 108.
9. Hugh Nibley, An Approach to the Book of Mormon, The Collected Works of Hugh Nibley: Volume 6 (Provo, UT: FARMS, 1988), 160. See also Hugh Nibley, Teachings of the Book of Mormon: Semester 1 (Provo, UT: FARMS, 1993), 285–86.

Traducido por Central del Libro de Mormón